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jueves, 13 de diciembre de 2012

Capítulo 11

Hola lectores! ^-^'

Siento mucho si os he causado la espera de este capítulo (que por cierto, me quedó muy interesante xD y además, es el doble de largo que uno normal. Uno normal tendría 2 páginas en un word, este tiene tres páginas y media! Sep, me pasé un poco xD Espero que os guste mucho ^^ Please, no olvidéis dejar el comentario y votar en las encuestas! :D 

(este gif me hace reír, se ve al niño ahí todo motivado x'])


Capítulo 11: Descendiente de Zeus

Durante el día, no pude ver a Jerome para nada y si no recuerdo mal, anoche me dijo que me vería. A la mañana siguiente, me levanto, me visto y me preparo porque Nina me va a acompañar a la primera clase. Le espero sentada en el pequeño y cómodo salón, ella tarda siempre más en salir. Cuando por fin sale de la habitación, me habla:
-Cuando suena la campana significa que tienes una hora para desayunar y prepararte-me explica.-Tienes que tener la hora controlada, porque sino, te pierdes la primera clase o llegas tarde. No pasa nada que te la saltes, pero... Siempre te cae un castigo o te echan una buena bronca.
-Entiendo.
Salimos de la habitación.
Nina es una amiga estupenda (por no decir que es una genial guía...). Cuando estamos bajando los escalones del porche, la secretaria de la gran cabaña no estaba esperando de pie.
-¿Annie Peet?-pregunta y contesto con un ''yo''.-El señor Swits quiere verla de inmediato.
-Las pruebas-me susurra mi amiga al oído.-Luego nos vemos, compi-dice Nina en voz más alta.
Sigo a la secretaria hasta llegar a la gran cabaña que por el interior parece un hotel. Al entrar, me pide que espere un momento y la mujer entra en el despacho del director. Tras varios segundos, casi un minuto, sale y me pide que pase. Entro en la habitación y el señor Swits se pone de pie y con la mano indica que me siente, como hace siempre (¿solo conmigo o con todos?). El director se vuelve a sentar en su silla y me fijo en que, detrás de ese escritorio hay una ventana. Eso... no estaba antes. Me quedo mirando la ventana.
-¿Te gusta?-me pregunta.-Pedí que me la hicieran ayer. Los descendientes de Hefesto son geniales constructores. Y lo mejor es que no se quejan-dice con una mirada pillina.
-Muy bonita-comento.
-He pedido que te llamaran para que hagas unas pruebas y sepamos de qué dioses desciendes. Tu madre te dijo que descendías de Artemisa y Atenea. Pero...-se queda callado.-Te falta uno-añade al fin.-Suelen ser tres.
-Sí. Me dijo que quizás descienda de Zeus, por la marca del rayo que tengo.
-Cierto-dice y acto seguido, hace con la palma de la mano un gesto de espera y sale del despacho.

Me quedo mirando por la ventana un buen rato. El director tarda bastante. Giro la cabeza hacia la puerta, a la espera de que se gire el pomo. Nada. Vuelvo a girar la cabeza y sigo mirando por la ventana. Y aparece una cara conocida; Jerome. ¿Qué hace aquí? Debería de ir a clase... Miro a Jerome que mueve la boca diciendo algo. Frunzo el ceño en señal de que no entiendo lo que ha dicho y lo vuelve ahacer. Esta vez si le he entendido. Me ha preguntado que qué hago aquí. Muevo la boca diciendo 'pruebas' y él lo capta a la primera. No, si a parte de listo es mono... ¡Qué digo! Es sólo un buen amigo.
Se abre la puerta directamente y giro la cabeza corriendo. Entra el director seguido por un hombre alto, de barba corta y negra, pelo corto y ojos marrones y está fuerte. Va vestido con una bata blanca y guantes blancos y en la mano lleva una bolsita de plástico. Miro a la ventana y Jerome ha desparecido. El señor Swits se sienta en su silla y el hombre se coloca al lado del director. Miro a la ventana una vez más y aparece de nuevo el chico.
-Annie, le presento al enfermero Cladius
-Encantado-dice el hombre con un tono de voz fuerte y le estecho la mano con una sonrisa.
-Siento haber tardado tanto, envié a mi secretaria a buscar a Cladius. Pero estaba atendiendo a algunos pacientes. Lo siento-se excusa el director.
-No importa.
-Te va a hacer las pruebas para ver a qué tercer dios desciendes. Mañana, podrás empezar las clases-explica.-La sangre no me hace mucha gracia, así que si no le importan, salgo de la sala.
-No pasa nada, señor-contesta el enfermo.
El señor Swits asiente rápidamente y sale aún más rápido del despacho, quedándome a solas con el enfermero Cladius, que ha cogido el asiento del director.
-Te tengo que sacar un poco de sangre-dice y asiento con la cabeza. El enfermero saca una pequeña bolsa que la une a un tubo transparente, y que éste, se une a la aguja con la que me va a pinchar. Me pide que extienda el brazo de la marca sobre la mesa y lo hago. Acto seguido, me moja con un poco de alcohol la parte del brazo donde se me nota más las venas (al otro lado del codo) y me pincha con la aguja. Pongo una mueca de dolor cuando la aguja se penetra en mi piel.-Aguanta un poco, sólo son unos minutos.-Dice y empieza a salir la sangre, que pasa por el tubo y cae en la bolsita.
Pasan unos minutos y me encuentro algo mareada. Miro a Jerome, que tiene la vista clavada en mí y dice con la boca 'calma'. Pasan otros segundos más y el hombre me quita la aguja y me pone un poco de algodón en el diminuto punto donde me ha clavado la aguja.
-Aprienta con la mano el algodón para que la sangre se corte y pare de salir-dice a la vez que limpia la fina aguja y se la mete en uno de sus bolsillos de la bata.

El enfermero quita el tubo de plástico que está unido a la bolsa y cierra la bolsa. Finalmente, sale de la habitación sin decir nada. Miro a Jerome, que él también me está mirando (aún) y nos quedamos ambos mirándonos. Luego, se abre la puerta y Jerome desaparece. Entra el señor Swits con una bandeja entre las manos y se sienta y Jerome aparece de nuevo por la ventana.
-Dentro de unos minutos nos darán los resultados. Deberías tomarte esto, me lo ha dicho Cladius, para que te pongas mejor-dice y pone la bandeja de plata con un vaso de zumo de naranja y unas galletas redondas con azúcar.
-¿Para subir el azúcar?-pregunto.
-Veo que entiendes-dice y bebo un poco de zumo y a comer una galleta.
Pasan los minutos y ya me he terminado las galletas. Doy el último sorbo al zumo. 
-Tienes mejor aspecto, pero sigues algo pálida-comenta.-Hoy tendrás el día libre. ¿Llamo a tu compañera de cabaña?
Asiento con la cabeza.
-Me encuentro mareada... Aún.
El señor Swits iba a decir algo, pero llaman a la puerta y entra la secretaria.
-El enfermo Cladius desea hablar con usted.
-Dígale que pase-dice el director y en pocos segundos entra el enfermero con un folio en la mano.
Cladius se coloca junto al director y le pone el folio sobre la mesa. El director lo lee detenidamente y al final, dice:
-¡Qué agradable sorpresa! ¡Tenemos una descendiente de Zeus!-exclama el director, lleno de júbilo mientras el enfermero asiente.-Annie, parece que conservas varios poderes del dios de los dioses, el mismísimo Zeus. Además, también conservas ciertas habilidades de Artemisa y de Atenea, no hablemos. ¡De Atenea eres una verdadera guerrera! Con un poco de práctica, serás una de las mejores descendientes que haya en el campamento.-Toma un poco de aire.-Debería de ir a la cabña y recuperarte del mareo-finaliza el director y me entrega el documento en el que están mis análisis.

Salgo de la gran cabaña con el enfermero, que me iba a acompañar a la cabaña. Antes de bakar la rampa, una chica pálida y un poco más baja que yo, se dirige hacia nosotros corriendo. 
-¡Enfermero! ¡Cladius! ¡Tiene que venir! ¡Un descendiente se ha lastimado! ¡Venga conmigo!
-Voy para allá, espera-dice y mira por los alrededores.-Usted, acompañe a esta descendiente hasta su cabaña-dice y sale corriendo tras la chica. 
Giro la cabeza hasta la persona a la que ha señalado y veo que Jerome está subiendo la cuesta en ese momento. Ahora me encuentro peor y estoy más mareada. Veo a tres Jerome, que raro. Ahora no, ahora veo a uno.
-Tienes la cara como la leche-comenta.-¿Estás bien?-Niego con la cabeza.-Vamos, te llevo a la cabaña-dice y me coge de un brazo y me lo echa por encima de sus hombros y un brazo suyo, me rodea la cintura. Llegamos a la cabaña con un poco de trabajo, porque he tenido que pararme varias veces. Jerome me ayuda hasta llegar a mi habitación.-Ya está, ya hemos llegado-comenta, y me tumbo en la cama.-¿Te ayudo en algo?-dice acariciándome la mejilla. Niego con la cabeza. Ya veo sus planes.-Estoy fuera-dice mientras se levanta de mi cama.
-Espera, espera-digo mientras le cojo de la muñeca.-Quédate aquí.-Él se sienta de nuevo en mi cama y cierro los ojos hasta dormirme tranquila.

4 comentarios:

  1. por que escribes tan bien? *-* es mi favorito de momento¡!

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    Respuestas
    1. Pues no sé... xD Algunos me dicen que tengo un don :3 Me alegro de que te haya gustado ^^

      Eliminar
  2. Es que es un don :DDDDDD por cierto, ese anonimo era yiop!

    by: misteriosa

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