Capítulo 3

Hola descendientes!! :D

De verdad, siento muchísimo la espera que habéis tenido que esperar para que yo suba este capítulo =/ Este capítulo, es algo especial, porque en la historia aparece un nuevo personaje (a parte de Annie y Patricia). Espero que os guste ^^ Por cierto, seguramente ya mañana suba el capítulo 4 ;)

 

 Capítulo  3: Jerome Clark

Andamos por el patio y nos paramos en la pista de atletismo, de color rojo claro con rayas blancas. Patricia me dijo que había elegido varias clases diferentes de las que yo elegí al matricularme en el mismo instituto, pero en un curso más avanzado. Obviamente, mi amiga se enfadó por las clases que yo elegí.

-¡Es que de verdad! Eres...-dice levantando los brazos mientras caminamos por la pista de atletismo.

-¿Soy qué?-le pregunto, desafiante.

-Da igual, déjalo. Somos muy buenas amigas-mejores, diría yo-y tienes que elegir clases diferentes-dice suspirando y empieza a pensar, por la cara que pone. Tras unas milésimas de segundo, dice:-¿Sabes? Gracias por elegir clases diferentes a mí, en una gran amistad, no puede ser todo exactamente igual.

-¿Y tu futuro tatuaje?

-Eso no, eso lo voy a hacer. 

Seguimos andando de un lado para otro, pero siempre en la pista de atletismo, el lugar más tranquilo de todo el instituto. En un momento de nuestro pequeño paseo, pasan los dos chicos de la clase que soltaban risas flojas. Los dos eran de la misma altura, algo que yo no pude ver ya que estaban sentados. El chico de ojos claros era más delgado que el chico moreno, y parecía tener unas manos bastante hábiles. El chico moreno nos saluda con la mano y su compañero nos mira, pero sobre todo, clava la vista en mí. Patricia lo saluda con la mano y ellos siguen su camino.

-¿Quién es?

-Un amigo que he conocido este verano en una academia. Se llama Vick, si no recuerdo mal, porque no nos hablábamos mucho. ¿Sabes una cosa?

-No, no la sé. Cuenta. 

-El chico que iba al lado-menos mal, el que me interesaba-es nuevo este año. Dicen que estaba en un campamento privado y en el que sólo dejan entrar a chicos y chicas 'especiales'.-¡Patricia! Sin que yo te pregunte, dime como se llama.-Creo que se llama Jerome, de apellido Clark, según he oído.

Se nota que es amiga mía...

-Ah. 

La hora termina y en la salida, me coloco de nuevo los patines y la protección y salgo hacia casa. Esta vez, tardo algo en llegar porque me he parado en la cafetería donde trabaja mi madre. Ahora no le toca turno, pero allí se venden golosinas que me gustan bastante. Al entrar en la cafetería, hay bastante gente, pero nadie se inmuta en verme entrar con los patines. A mi madre le da coraje que entre así, pero ella no está ahora mismo... Me apoyo en el mostrador para ver si la persona con la que quiero que me atienda está. Me refiero a la buena amiga y compañera de mi madre, que siempre me da las golosinas que quiera (siempre que no sea una gran cantidad) gratis. Mi madre cuando se entera, le echa a la amiga una pequeña bronca por dejarme las golosinas gratis, pero no sé cómo se entera, porque la compañera no le digo nada y yo las golosinas me las como por el camino. Es unas especie de trato que tenemos: ella me da las golosinas gratis si no le digo nada a nadie. Por fin sale por la puerta de la cocina, con su uniforme negro de camarera (camisa blanca, falda por encima de las rodillas de color negro, un delantal blanco y unos zapatos negros cómodos sin tacón). 

-¡Annie!-me dice cuando me ve apoyada.-Qué alegría verte por aquí. ¿Cómo están tus padres?

-Bien, gracias por preguntar. ¿Y tus hijos? 

-También, muy bien. El pequeño lo tengo alfo resfriado, pero nada grave-dice con una sonrisa y apoya los brazos en el mostrador.-Dime, ¿qué te doy hoy?

-Lo de siempre.

-¿Paquete pequeño?-pregunta, dirigiéndose hacia las cajas transparentes de golosinas.

-Mmm... Sí, claro-contesto. Tras muy pocos minutos, me da una bolsita transparente con mis golosinas favoritas (como se las sabe bien...).-Gracias-digo cogiendo la bolsa.

-Recuerda el trato-dice y asiento con la cabeza.

-Una pregunta-digo antes de girarme e irme.-¿Te suena el nombre de Jerome Clark?

Frunce el ceño y pone cara dubitativa, pero al final contesta con una sonrisa.

-Ah... Sí. Vamos, de vista. Sus padres han estado aquí y su hijo ha venido con ellos. Según he oído, lo han llamado así, por su nombre cuando han estado desayunando. Dicen que el chico viene de un campamento muy privilegiado, y cuando se mudaron aquí, pidieron una casa bastante cara. ¿Por qué preguntas por el chico? Sé que es bastante mono, pero no creo que sea el adecuado para ti... Es ideal para mi hija mayor-dice, y echa a reírse, no sin antes guiñarme un ojo.

-Bah, nada en especial. Es que me ha tocado en la clase y mi amiga me ha hablado de él.

Tras comentar a varias preguntas decómo me ha ido el primer día de clase, me despido de Jane (así es como se llama) y me dirijo a casa. Esta vez, he tardado más de la cuenta y mis padres deben de estar un poco preocupados. Mientras he estado en la cafetería, el cielo se ha nublado, pero al girar la esquina de una calle, han salido rayos de sol. Durante mi camino hacia casa, me he topado con varios amigos de mi nueva clase, que ya conocía de años atrásy al girar una última calle, me he quedado un poco asombrada al ver a Jerome Clark, delante de mi casa montándose en un coche en el que, en los asientos de delante, van montados sus padres, que se parencen mucho a su hijo. Antes de que Jerome entre en el coche, se ha dado cuenta de que me dirijo a mi casa y él de nuevo, me clava sus ojos claros en los míos y por una vez, fuera del instituto, nuestras miradas se cruzan, porque antes de la pista de atletismo, notaba como él me miraba, pero no era capaz de verle. Éste se monta en el coche y el vehículo aranca y se va de la calle marcha atrás. Llego a mí casa y mis padres me saludan, mi madre desde la cocina y mi padre desde el salón. Sé que deben dedarme explicaciones si Jerome y sus padres han venido a visitarnos, pero no tengo ganas de preguntar. Además, ¿cómo sabe Jerome donde vivo? Mi madre me habla desde la cocina, preparando la comida, y me pregunta cómo me ha idoel día y le contesto con un débil ''bien'', aunque no sé si se habrá enterado. Me doy cuenta de que aún llevo los patines puesto, así que me los quito y subo las escaleras y me meto en mi habitación. He subido para nada, porque mi madre me llama para que baje a comer.

-No tengo apetito-contesto desde la escalera.

-Bueno, cómo quieras-me dice, sin pedir explicaciones. 

Me meto de nuevo en mi habitación y me entretengo eligiendo la ropa para mañana, pero al ver que me tocaba día de porte, tuve que cambiar la ropay elegir algo deportivo. Así que elijo unas mallas negras, una camiseta azul de manga corta y una chaqueta para ponérmela por la mañana. A lo largo de la tade, ayudé en casa.