Aquí os dejo el capítulo 41. No os tengo que decir nada más, beshines! :D
Capítulo 41: Traidores
El rayo de Zeus, un gran rayo como mi marca de color
amarillo con pequeños rayos revoloteando y que a su alrededor se extiende sobre su
pálida mano. Quiero gritarle muchas cosas, pero me muerdo la lengua y me
aguanto.
-Sois fuertes, pero seguro que os ha costado trabajo
avanzar.
-¿Por qué lo haces?
-Soy la mejor. En una palabra. No podía dejar que me
arrebatases el trono del campamento...
-¿Qué trono?
-¡La popularidad, so mema!
-Envidiosa.
-¡Calla!-dice y da un chasquido y la jaula baja un
poco.-No me provoques o pagaréis las consecuencias.
-Por Dios, te pareces a una bruja moderna de las
películas de hoy en día-digo poniendo los ojos en blanco.
-¡Qué te calles!-dice y otro chasquido y la jaula se
baja un poco más.-Todo iba bien, era feliz hasta que llegaste tu y pusiste
patas arriba mi popularidad, mi fama con el tiro con arco. El ejercicio en el
falso campo de batalla era mi oportunidad para desahogarme un poco, pero me
pasé y ocurrió lo que ocurrió.
-Y lo pagaste, claro-le recuerdo.
-Estás más guapa calladita, Annie-dice y chasquido.
Jerome se tiene que agachar un poco porque es el más alto de nosotras tres, nos
supera un poco.-Me expulsaron, por tu culpa
-¿Por mi...?-una mano me interrumpe y me tapa la boca.
-Nina entiende lo que ocurre. Ja, ja, ja, ja-dice y
tose un poco.-Cuando me expulsaron, una noche me colé en el campamento y
escondí un objeto en tu cabaña.
-¡Tu eras la de los ruidos!-digo.
-Y por poco me pillas. Antes de esa noche, me dediqué
horas peligrosísimas a entrar en el Olimpo sin que Hermes me viese y a robar
los objetos. Claro que necesitaba la ayuda de algún descendiente que conociese
bien el lugar-dice con una sonrisa malvada.
¿Un aliado?
No la pillo.
-¿Ese descendiente no será...?-empieza a decir Jerome.
-Yo.
Una voz suena lejana y por detrás de Amber. Se acerca a
nosotros con una sonrisa. Entrecierro los ojos. Su cara me suena...
-¿Quién es ese?-pregunto.
-¿No lo recuerdas? ¡Es Leon, mi compañero de
cabaña!-exclama Jerome.
Ah... es verdad, ya lo recuerdo.
-Me ayudó mucho, ¿verdad?-sigue Amber.-Ahora que ya
conocéis los ladrones, traidores... Os vamos a dejar ahí hasta que llegue medio
día y no os presentéis ante Zeus. Leon, coge su mochila, no les hará falta.
-Por supuesto que no-dice él y Amber se da la vuelta y
se aleja. Leon se acerca a nosotros y
con una llave que tiene, la coloca en la cerradura y me echo hacia
atrás.-Quítate la mochila-dice y la dejamos en el suelo.
Una idea se me pasa por la mente, pero es peligrosa y
no queda más remedio que hacerla. Leon abre la puerta y miro de reojo a Nina,
que me mira con incertidumbre. El chico rubio, se agacha y al coger la mochila,
salto por encima de él, me doy la vuelta y lo electrocuto un poco. Jerome coge
la mochila y saco de él la cabeza de Medusa.
-Eh, Leon, mira al pájarito.
Éste, tras tener de nuevo su compostura, se gira hacia
mi y enseño la cabeza de Medusa. Leon, al instante se queda petrificado y meto
de nuevo la cabeza en la mochila y me restriego las manos en mis pantalones.
¡Qué asco! He tocado la cabeza de una “cosa” que está medio viva (lo sé porque
al petrificar a Leon, las serpientes de su pelo se le han movido).
-¿Qué es todo ese jaleo?
Amber aparece por detrás nuestra e inmediatamente cojo
un rayo y se lo lanzo. Ella lo esquiva fácilmente haciendo un simple movimiento
de cuello.
-¡Leon! ¡¿Qué le habéis hecho?!-grita y corre hacia
nosotros con el rayo en mano.
Corro hacia ella y me echo sobre ella y con chispas en
las manos le intento tocar el estómago porque es un buen lugar para dejar
inconsciente a una persona. Entonces, me doy cuenta de que ella también tiene
las chispas en las manos.
-¿Tu también eres descendiente de Zeus?
-Más o menos, aprendí a crear los rayos en mi tiempo
libre-dice y ejerce más fuerza y ahora la tengo encima.
-Mira lo que aprendí yo.
Envío la corriente eléctrica hacia mis brazos y con las
piernas la impulso hacia arriba y se queda como haciendo el pino. La echo hacia
atrás y cae de espaldas con un fuerte golpe. Acto seguido, la electrocuto. Me
suelto de ella y ésta se pone a dar movimientos con el cuerpo, tumbada en el
suelo, para quitarse el calambre de todo su cuerpo.
Mientras se movía, soltó el rayo de Zeus y Jerome lo
coge en el aire. El calambre en su cuerpo para y la electrocuto de nuevo. No es
por manía, de verdad, es sólo por seguridad. Además, la mataría, pero tiene que
estar viva para entregarla a los dioses. Pasamos allí los minutos. ¿Tan largo es
una de mis electrocuciones?
-¡Venga ya! ¿En serio?-digo levantando los brazos.
Mis amigos se encogen de hombros y esperamos a que
termine de moverse. Como siga con energía para levantarse y luchar, le doy otro
voltio. Pasan unos segundos y por fin para. Amber, tirada en el suelo... sin
moverse... sin apenas respirar... Podría estar al borde de la muerte... ¿y qué
más da? Nina se acerca a ella, pero antes me mira para saber si puede o es
peligroso y yo, para asegurarle de que no lo es, asiento con la cabeza. Ella se
arrodilla junto a Amber y coge sus manos y crea unas esposas de hielo que
parecen ser duras como la piedra.
-Al Olimpo-le digo a Amber y ella se pone a llorar.
Haber, Doona Doona Doona...
ResponderEliminarQue sigo visitando tu blog aunque el internet ultimamente me va un poco lento y tarda mucho en escribir un comentario (sorry, como dices), que sigo viendo al Rubius, que me he leído Divergente y que me estoy enterando gracias al blog de las noticias de la película y que tus capítulos siguen siendo fantásticos.
Por ultimo, decirte FELICIDADES retrasadas, ayer no entré ·^· Y que cumplas muchos más, Doona Grigori ^.^
Besos, Misteriosa~
Hahaha, lo sé todo :3 Salvo lo que te has leído Divergente :3 Y muchas gracias por felicitarme :3
EliminarBesos!