Aquí os dejo el capítulo 11. Este es largo, en un word ocupa dos páginas y media, casi tres. Espero que os guste ^-^
Capítulo 11: A prueba
Avisé a los demás y
estuvimos discutiendo si meter al dragón en el grupo o no. Niall nos defendía.
Cuando ya no soportaba más las quejas de ellos, sobre todo de Cat, me agarraba
al cuello de Dragnus y él me tranquilizaba hablándome. Si él quería, solo podía
hablar yo con él.
-¡Lo podemos poner a
prueba!-grité.-Antes me dijo que la próxima vez que atacasen la ciudad, él nos
ayudaría para que veáis que no es un peligro. ¿Y si nos puede ayudar a
encontrar a la otra Noa? Además, pronto podremos atacar al que la tiene
encerrada, una vez que, si queréis, Dragnus aprenda a echar fuego.
Los demás se quedaron
callados cuando oyeron lo que dije y se quedaron dubitativos. ¿Tenía razón?
Dragnus se pone de repente
en pie, estirando el cuello hacia la enorme puerta de su sala que da a la
calle.
-¿No
lo oís?-pregunta entrecerrando los ojos.
-¿El qué?
-Algo se acerca. Lo huelo y lo oigo.
Una alarma suena en todo
el edificio. Esa alarma la hemos instalado y suena cuando ocurre algo ‘raro’.
Dragnus ruge y me monto sobre él al final del cuello y antes de las alas.
-Voy a ver qué ocurre.
Dragnus os avisa mentalmente si ocurre algo-digo mientras las puertas se abren.
Dragnus despega nada más
que pisa la calle. Ahora siento cómo está Cat cuando vuela por el cielo, una
sensación de libertad y alegría me inunda y tengo ganas de gritar, pero no lo
hago por miedo a asustar a mi compañero.
-¿Te
gusta? Por fin lo hemos probado-dice con un tono alegre.
Me aferro a su cuello
mientras Dragnus da unos bucles en el aire.
-Mira esto-dice y mi vista coge tonos diferentes, de colores verdes
y grises.
-¿Qué es esto?
-Es
como veo yo el mundo.
-Interesante… No lo ves en
todos los colores como nosotros-digo. Es asombroso, todo coge tonos verdes y
grises, pero sin llegar a otro color, sin llegar al blanco y al negro. Además,
todo se ve con más calidad, mejor que el ojo humano.
-Cuando vuelo, la vista me aumenta el paisaje. Cuando estoy en tierra,
no está tan aumentada-dice. Nos quedamos callados mientras miro todo desde
arriba y del modo en que lo ve Dragnus.-Eh,
mira eso. ¿Qué tenemos ahí?-dice, mientras mi ojo recupera la visión normal
y veo en mi mente, como si lo estuviese viendo justo delante, a unas cuantas
personas cubiertas entera de telas negras, como asesinan a un hombre.
-¡Quita la imagen!-digo
justo cuando veo que al hombre le están abriendo la garganta.
-Lo
siento. ¿Aviso?
-Sí y rápido-digo mirando
hacia abajo, que es donde están esas personas matando al hombre.
-Ya
vienen.
-Déjame ver de nuevo con
tu vista-digo y tengo el ojo de nuevo en los colores con los que ve Dragnus.
Miro hacia abajo y veo claramente a las personas. Son todas iguales, cubiertas
de negro excepto los ojos, que son como los de una serpiente. Llevan toda clase
de cuchillos y tienen pinta de tener mucha sed de sangre. Pero lo que me
interesa es un paquete marrón como el que nos llegó que tenía el vídeo-Vale,
ya, para. Da asco.
-Josh
dice que bajemos unas calles más para allá.
-Dile que no, que tienen
algo importante en sus manos y que pueden darnos una pista. Nosotros
aterrizaremos y los mataremos.
-Noa,
piensa bien, es peligroso.
-No eres mi padre para
mandarme-replico y Dragnus gira un poco la cabeza y me mira de forma asesina.
Levanto las cejas y le digo mentalmente:-¡Vamos! El tiempo apremia.
Dragnus ruge y sale
disparado hacia el suelo y aterriza perfectamente. Dragnus abre la boca y ruge
todo lo que puede, levantando las telas de las ‘personas’.
-Ten
cuidado, no vienen en son de paz-me avisa.
-Vale. Creo que tengo un plan-le digo mentalmente.-Señores, no vengo
en busca de peleas, pero creo que tenéis algo que puede interesarme, ¿me dejáis
verlo?
Esos seres hacen un
chirrido que hacen que me piten los oídos.
-Niall está aquí-me dice Dragnus. Lo ha visto, pero yo no lo veo.
Estará invisible. ¿Dragnus lo capta con su vista?
Me acerco un poco y a
medida que me acerco, el suelo se va congelando. Tengo que intentar
inmovilizarles hasta el cuello, excepto el más alto, que lleva el paquete en un
cinturón.
-Dile a Niall que no haga nada que la pueda liar. Dile que el más alto
tiene un paquete y que voy a intentar congelar a los demás. Que vigile.
Transmítelo también a los demás.-Le digo con la mente al dragón y me giro
para mirarlo. Dragnus echa humo por los orificios de la nariz en muestra que lo
ha entendido. Me giro hacia los seres que tengo delante de mí, que no se han
movido ni un centímetro.-¿Me vais a dar el paquete?
No hacen nada y cuando ven
que el hielo les está subiendo por los pies, todos nos miran al dragón y a mí
con una mirada asesina. Acelero el ritmo de congelación, incluso al que tiene
el paquete se lo voy a congelar todo excepto la cintura. Cierro los ojos y
acelero mucho más el ritmo del hielo. De repente se escuchan unos golpes y
Dragnus se coloca junto a mí. Los seres están dando golpes al hielo que ya le
están cubriendo el pecho y que le queda la cabeza y un brazo del codo para
abajo.
Pronto están congelados
totalmente. Me acerco al alto y le cojo con cuidado el paquete marrón, que
tiene escrito con buena letra DESTRUIR INMEDIATAMENTE.
Mientras observo el paquete, el hielo del brazo se rompe y me coge de la
muñeca. Doy un grito ahogado y al ver que no me suelta, intento congelarle el
brazo, pero no puedo con los nervios. Dragnus ruge y echa a volar un poco, se
coloca detrás del que me tiene agarrado y con un bocado, le arranca el brazo y
gran parte del hombro. Los otros se empiezan a mover y el hielo se les cae.
-¡Monta!-me
grita Dragnus y lo hago corriendo.
-¡Espera! ¿Y Niall?-le
digo y el chico aparece una vez que Dragnus ha echado el vuelo, pero éste lo
coge rápidamente, enroscándole la cola alrededor de la cintura.
Dragnus coge altura y una
vez que ya estamos lo bastante alto, Niall habla:
-Son los insectus. Son como garrapatas en la
melena de un león, son muy difíciles de matar.
-¡Tiene que haber un modo!
-La única manera es
haciéndolos arder al fuego vivo.
-¡Dragnus!
Ayudo a Niall a ponerse a
lomos de Dragnus. Casi me caigo hacia abajo cuando el dragón da un giro. Niall
comenta que nos deberíamos de reunir con Josh y Cat en alguna zona.
-Aún no. Tenemos que
enseñar a Dragnus a echar fuego.
-Pues nosotros tres
entretenemos y vosotros dos hacéis lo que tengáis que hacer.
-Me he puesto en contacto con los otros dos. Dice que te deje en la
calle Campo, la que está al lado del parque donde íbamos a practicar el vuelo.
Allí aprenderé a echar fuego-dice Dragnus mirándonos.
En pocos minutos, dejamos
a Niall en la calle donde ya estaban Josh y Cat.
-Los insectus nos perseguían a pocos metros. Estarán al llegar. ¡Iros
ahora que podéis!-anuncia Josh y Dragnus y yo vamos hacia el parque.
Me coloco sobre el lago
congelándolo de nuevo. Le empiezo a decir a Drganus que note algo en su
interior y que lo que sea, lo eche sobre la superficie del lago y derrita el
hielo. Dragnus entrecierra los ojos y de la nariz le sale humo.
-¡No hagas eso!-le
riño.-Cuando te sale humo, es que has perdido el calor del fuego. Tienes que
echarlo al exterior.
-Creo que lo sé hacer.
Pruebo.
Asiento con la cabeza y el
pecho del dragón se le pone de repente de color amarillo oscuro. Dragnus se
aferra a la tierra con las garras y se agacha un poco por la parte delantera
del cuerpo. El pecho se le pone de un amarillo oscuro a naranja amanecer, hasta
que por fin coge un tono rojo y se pone de nuevo bien, estira el cuello hacia
arriba y agacha la cabeza.
-Aparta-me dice y me alejo un poco.
Dragnus abre la boca y le
salen llamas naranjas y amarillas del interior de la boca y no para hasta que
derrite el hielo y toca la superficie del agua. El fuego al impactar contra el
agua, hace que una gran cantidad de humo salga y me haga toser.
-Lo has hecho bien-le digo
con una sonrisa.
Dragnus me la devuelve,
pero inmediatamente gira la cabeza y gruñe extendiendo sus alas. A lo lejos, se
acercan el grupo entero de insectus
hacia nosotros y Josh y los demás lo siguen con heridas por los brazos.
-Un plan rápido-me dice mi compañero.
-Tengo una idea. Voy a
congelar de nuevo la capa que has derretido y los dos nos vamos a montar sobre
el hielo.
-¡Peso
demasiado! ¡La capa se rompería enseguida!
-No si estoy yo
aumentándola mientras tú estás sobre ella y quemas a los malditos insectus.
-Es peligroso… Pero no hay otro modo.
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