Aquí os traigo el capítulo 5 de Diario de una Nefilim :) Lo quería poner porque (a parte de que llevo varios días sin poner uno, aunque el tiempo será así más o menos) quería daros las gracias por ver mi blog con esto de haber llegado a las 40.000 visitas (ya más, pero ayer eran 40.000) y... eso, muchas gracias :3 Con mi otro blog tardé mucho en conseguir este número de visitas y ahora, con este blog no he tardado ni un año :'D ¡Que nos queda muy poco para que el blog cumpla 1 año! ;)
Aquí os dejo el cap. 5. Espero que os guste! :D
Por cierto! Quería informaros de que no he avanzado ABSOLUTAMENTE NADA de ninguna novela mía (ni de la sengunda parte de esta novela ni la quinta) porque, no me inspiraba y además, mi portátil lo están arreglando porque no coge internet, y ahí tengo todas mis cosas :3
Pincha en más información para leer el capítulo :3
Capítulo 5
Es
por la tarde y las zonas de las rocas puntiagudos es una pequeña orilla, la
marea está baja y por suerte, esa zona no está muy llena de gente. Me meto por
la pequeña orilla, todo lo lejos que puedo. Miro a los lados y despliego las
alas y rápidamente subo a lo alto del acantilado. Dan está sentado en el borde
con los pies colgando y las alas desplegadas, lleva un bañador azul marino con
líneas blancas y no puedo evitar no mirar su parte superior desnuda. Cuando me
ve, me ayuda a subir y me siento junto a él, con las mejillas encendidas.
-Te vi desde lejos.
Sonríe, pero su
sonrisa desaparece rápidamente y suspira.
-Creo que ya va
siendo hora de que sepas algo.
-Tranquilo, cuenta.
-No me interrumpas,
¿vale?-dice y asiento con la cabeza.-Últimamente, están apareciendo más nefilim
de la cuenta, pero no nacidos, sino convertidos-empieza diciendo y ya tengo mi
primera pregunta, pero me la ahorro.-Hay dos bandos que se eligen: el bando del
Bien con quién tu sabes-dice señalando hacia arriba-y el bando del Mal con el otro
quién tu sabes-y señala hacia abajo.-Yo estoy en el bando del de arriba. Los
nefilim nuevos, ya están aprendiendo a ser ángeles o, al menos, a parecerlos y
están siendo preparados para una pelea. Tenemos que ganar porque, si perdemos,
el mundo podría ser un desastre-dice y cuando dice “desastre” me mira.
-¿Un humano se
puede convertir a nefilim?
-Sólo si el de ahí
arriba o el de ahí abajo se presenta ante el humano y hace una serie de cosas.
-Por cierto,
¿tenemos?
-Me gustaría que
estuvieras a mi lado junto a otros más.
Entonces, ato todos
los cabos: ¡sólo me quería conocer para que me metiese en su bando, en una
pelea! ¡En una guerra! Abro mucho los ojos y me pongo en pie.
-¡Estás mal!-le
grito y él se pone en pie.-¡Sólo me querías conocer para que me uniese y
fueseis más! ¡Sólo era por tu propio interés!
No puedo evitar que
las lágrimas me salgan y caigan por las mejillas de la rabia que me da no
haberme dado cuenta antes.
-No, también te
quería conocer mejor.
-¿Para qué? ¿Para
ver si era nefilim de verdad? ¿Qué estas alas no son de mentira?-le digo
mientras me tiembla el labio inferior. Ojalá no lo hubiera seguido, ojalá no
hubiera querido conocerle.
-Tampoco te obligo
a unirte. He dicho que me gustaría-dice con tono sereno, manteniendo la calma.
-Me voy-digo y me
giro hacia el borde del acantilado. Pego un salto y agito las alas en el aire,
pero él me agarra de la muñeca y me atrae hacia él.
-Antes no dije que
hubiera terminado de contar-me dice y me pongo de pie en el suelo. Me empieza a
tocar suavemente las alas y los vellos de la nuca se me ponen de punta. Es muy
agradable que me toquen las alas de esa manera. No puedo evitar acercarme más a
él y abrazarlo rodeándole el cuello. Dan deja de tocarme las alas y me rodea
por la cintura mientras noto el peso de su cara sobre el hombro.
-Termina.
-Lo que me faltaba
por decir era...-comienza y el corazón me late fuerte.-Era que te quiero.
Me separo de él sin
no haber entendido sus palabras que me han sonado lejanas. Me pone una mano
entre la mejilla y el cuello y me seca las lágrimas con el pulgar. Me atrae
poco a poco más a él y primero pegamos nuestras frentes y yo cierro los ojos.
Parece indeciso, pero al final lo hace y muy seguro. Sus labios chocan con los
míos y nos fundimos en un beso agradable y que creo que llevamos esperando los
dos mucho tiempo. Lo rodeo por la cintura y más tarde por el cuello, mientras
él pasa sus manos por mi espalda y me llega abrazar por la cintura. Dan nos
rodea a los dos con sus alas a modo de protección y yo uno las mía sobre las de
él.
Para de besarme y
nos vemos rodeados entre un montón de plumas, blancas, plateadas y algunas con
un toque celeste.
-¿He hecho bien?-me
pregunta.
-Sí.
-Sabes que no te
voy a obligar, sólo decía que me gustaría-comenta sacando de nuevo el tema.
Separo las alas y
él hace lo mismo. Suspiro y el suspiro suena como si estuviese cansada.
-No te quiero
agobiar, pero...
-Me uno-digo sin
dejarle de terminar la frase.-Me quiero unir.
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