¡Hola gentecilla! :)
Aquí os dejo el capítulo 21, pensaba subirlo mañana, pero no recordaba de que mañana me voy a Isla Mágica con mi clase ^-^ El viernes si puedo por la tarde (porque voy a la piscina de un amigo y luego a una fiesta de fin de curso de mi antiguo colegio) subiré el capítulo 22 :) Espero que os guste!
P.D.: Pincha en más información para leer el cap.
Capítulo 21: Buena jugada
Seguí la pradera en
dirección de la que venía la dragona. No me encontré a nadie, pero el Dr. Luka
dijo que Niall estaba fuera de juego. Pasé por una montaña escarpada, pero la
pasé por alto. Cuando me detuve en una parte de un bosque para beber agua de un
lago que había, se oían gruñidos y sonidos de los que hacía Dragnus.
-Quizás esté luchando con
Snowfall. Espero que no salga muy herido-me dije.
Tras beber agua, me marcho
fuera del bosque y consigo llegar a una playa. Aún oigo los gruñidos y huelo a
quemado, pero olor a quemado fuerte, aunque esté lejos. Por fin, tras media
hora de descanso en la playa y el silencio de los sonidos entre (según pienso
yo) los dragones, decido buscar algo de comida. No he comido nada desde hace
horas. Busco alguna palmera por la playa y veo una a lo lejos. Me acerco hacia
ella y justo cuando llego, el Dr. Luka habla.
-¡El dragón verde queda
fuera de lugar! ¡Oh... que pena!
Dragnus ha fallado, le
debe de haber ganado Snowfall. Increíble. No tanto, pero sí hay algo: Snowfall es
más joven que él y aún así le gana. Uf...
Me empiezo a comer un
plátano cuando me doy cuenta de que soy estúpida. El globo es verde, y que yo
sepa, las únicas zonas verdes que hay por aquí son la pradera (zona que he
recorrido y que ahí no está el globo), la jungla (me faltaría seguramente una
parte de la zona, pero no creo, el Dr. Luka no se arriesgaría en poner un globo
tan cerca de nosotros) y el bosque. El globo debe de estar en el bosque.
Tiro el plátano a la arena
oscura y salgo corriendo en dirección al bosque. Llego en unos minutos
corriendo y me detengo de nuevo en el lago de antes a beber agua y limpiarme la
herida de la mano. Últimamente me estoy llenando de heridas... Entonces, oigo
mentalmente voces y los únicos que quedan son Snowfall y Daniel. Paro de beber
y levanto la cabeza, para oír la conversación. Debe de andar cerca, más o menos
porque sus voces suenan muy bien.
-Déjame ganar. Todos
sabemos que ibas a ganar tú-dice Daniel.
-¡Me ha costado trabajo
llegar hasta aquí!
-¡Por favor! Me hace mucha
ilusión ganar. El globo no debe de andar lejos y sólo queda Noa.
-Es cierto-dice
la dragona.-Sólo queda ella. No me había percatado. Y tú lo que quieres
es...-silencio.-Ah... vale. Me debes una, pequeño.
La conversación se acaba y
bebo otro sorbo de agua y al ponerme en pie, veo como un árbol se derrumba a lo
lejos.
-¡Snowfall fuera de juego!
¡Solo quedan dos! ¡Qué tensión!-exclama el hombre.
Me acerco corriendo al
lugar de donde se ha derrumbado el árbol y distingo el cuerpo de Daniel
buscando a su alrededor. Pero yo ya lo he visto.
El globo verde está a
pocos metros de él y a varios metros míos. Corro hacia el globo verde brillante
lo más silenciosa que puedo, pero tras pasar unos árboles, la voz del chico
retumba en mis oídos.
-No, no. ¡Lo vi yo antes!
-Demuéstralo-le digo sin
girarme.
Un sonido seco se produce
por mi derecha y miro el suelo: la tierra que cubren las raíces de un árbol se
apartan y el árbol empieza a caer. No es un árbol muy grande, apenas unos pocos
(varios) centímetros más que mi altura. No me da tiempo a reaccionar y el árbol
se me cae encima y me aplasta. Daniel pasa tranquilamente junto a mí en
dirección al globo. Me concentro en sus pies y creo un charco helado bastante
grande que hace que se resbale.
Aprovecho y me sacudo bajo
el tronco. No me había dado cuenta de que el peso del tronco me ha dejado la
espalda algo dolida, como si la tuviese rota. Pero no es así. Paso corriendo
junto a él, que está tumbado sobre el charco helado.
-Lo que no sabes de mí, es
que a parte de controlar los elementos, puedo hacer algunos trucos con el
hielo.
-¡No me digas!
Me giro hacia él y el
charco de hielo empieza a fundirse y a convertirse en agua. Daniel provoca un
pequeño remolino de aire y une ambos elementos: aire y agua y los dirige hacia
mí. El remolino crece a medida que se acerca a mí, a pesar de que corro hacia
el globo, lo rozo, pero el remolino me succiona antes y empiezo a dar vueltas y
a ahogarme un poco con el agua. Tengo que demostrar que estoy aprendiendo a
controlar la nieve. Puedo congelar el agua. Como estoy mojada y aún ahogándome
con el agua del remolino de aire, empiezo a pensar en la nieve. Nieve, nieve,
nieve...
Lo logro. El agua pasa a
ser nieve y el aire desaparece, pero yo salgo volando en dirección hacia
Daniel, que está a punto de coger el globo que está amarrado a una rama seca
del suelo.
-¡Cuidado!-le grito pero
no le da tiempo a reaccionar y apartarse y caigo sobre él.
Ambos caemos al suelo y el
globo se desplaza unos centímetros de su lugar. El impacto ha sido brutal: me
he estampado contra el pobre Daniel y casi le debo de haber roto las costillas.
Y encima, mojada.
-¿Estás bien?-me pregunta.
-Creo que sí-le digo sin
moverme sobre su estómago.-¿Y tú?
-Bien, creo.
Nos quedamos en silencio,
sin movernos. Pero rompo el silencio.
-Tengo que explotarlo-le
digo y me pongo en pie.
No debe de tener fuerzas
para levantarse, pero aún así, sí tiene fuerzas para crear un pequeño charco de
barro y que me resbale y caiga de nuevo sobre él.
-Si estás cansada,
deberías de haberme dejado a mí explotar el globo.
-¿Qué? No lo estoy-le
digo.
-Gana de una vez-me dice y
me apoyo con los brazos en la tierra y mirándole a los ojos marrones.
Su cara y la mía están a
penas a varios centímetros.
-No tengo por qué hacerlo.
Gana tu-le digo y los brazos me empiezan a temblar.
Ahora nuestras caras están
a penas a varios milímetros. Él cierra los ojos, pero yo los mantengo abiertos.
Él los abre y con una sonrisa, se inclina hacia mí. Pero caigo en lo que trama
y sólo el sonido lo dice.
PUM.
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