Aquí os dejo el capítulo 32, espero que os guste ^-^ No olvidéis comentar ;)
P.D: Es larguito, aviso :P
Capítulo 32: El plan
Abro los ojos. Estoy en mi habitación del edificio y tengo un dolor impresionante de cabeza y huelo un olor repugnante. Cojo un pañuelo de papel y me la sueno, con el fin de poder quitarme el olor. Aunque no lo consigo, se me pasa un poco. Me cambio de ropa con esfuerzo, poniéndome unas mallas neras y una chaqueta de chándal clara con un gorro. Además de ponerme unas botas negras que me llegan por debajo de las rodillas. Encuentro en un cajón unos guantes grises con rayas azules oscuras que me cubren toda la mano, pero dejan al descubierto los dedos. Salgo de la habitación.
¿Dónde deben de estar los demás? Dragnus lo sabrá. Le busco por la mente, pero no debe de hablar ahora, así que hablo con Snowfall.
-Hola-me saluda.-Veo que ya estás despierta. Si preguntas por Dragnus, se ha dormido. Ha estado toda la noche preocupado por ti, por si el antídoto de Niall te había afectado.
-Ah, bien-suelto.-¿Dónde están los demás? ¿Lo sabes?
-Creo que sí; Daniel me ha comunicado hace apenas unos minutos de que Josh quería plantear un asunto importante y que se iría ahora hacia el salón. Quizás esté él ahora en su habitación.
-De acuerdo, iré a verlo para que me explique qué ha pasado.
-Genial-dice y desconecta.
Nunca he ido a la habitación de otro del grupo, pero las de los chicos deben de estar en el piso de arriba. Cojo el ascensor y llego a la planta de arriba. Busco una puerta con alguna indicación de que sea la habitación de Daniel. Una puerta está llena de pegatinas de notas musicales y desde el interior se escucha cantar a alguien, pero su voz no es la de Josh ni Daniel. Dos puertas más allá, hay una sin decoración que tiene pegado en la puerta “No personas”. Miro en busca de otra puerta y veo que algunas más allá hay otra con un cartel que pone el nombre de Josh. Entonces, esta es la de Daniel. Llamo con suavidad a la puerta y aunque nadie contesta, está abierta, así que entro.
¡Ups! Pillo a Daniel
cambiándose de ropa. Sólo le falta la camiseta. Tiene unos botines blancos y
unos vaqueros negros y busca en su armario una camiseta. Él al verme, sonríe.
-Lo siento-digo con la
vista baja y sintiendo que mis mejillas se empiezan a encender.
-No pasa nada-dice y
levanto poco a poco la mirada sintiendo ganas de verle, pero las mejillas se me
deben de estar poniendo más rojas de lo normal y vuelvo la vista al suelo.-Veo
que estás bien. Cat y tú nos pegasteis un susto ayer.
-¿Ayer?-pregunto
levantando al vista de golpe y observándole. Está fuerte, pero no tanto. Parece
que va al gimnasio o hace deporte.
-Habéis estado durmiendo
todo el día de ayer. Te saqué de allí y Josh cargó con Cat. Sus alas pesan
demasiado para mí.
¿En serio? No me lo creo.
Las alas de Cat deben de pesar, pero no tanto para que él no pueda cargar con
ella. Levanto una ceja, en muestra de que no le creo y él se termina de poner
un jersey rojo oscuro y se ríe.
-Ja ja ja. Quería cargar
contigo-dice apartando su pijama de la cama y poniéndolo en una silla.-Te lo
dije, cuando te conocí bien y vi que eras Noa, posiblemente igual a la otra,
descubrí que tienes algunos toques que se notan y que te hacen diferente de la
verdadera. Me pellizcaste en el corazón haciendo que me despertase y me
gustases.
Me muerdo el labio. En
estas cosas, no sé qué decir, pero él parece no preocuparse porque yo no haya
dicho nada. Desvío la mirada y veo que tiene una guitarra acústica apoyada en
la pared. Él sigue mi mirada y gira la cabeza hacia la guitarra.
-¿Sabes tocar
algo?-pregunta.
-Algunas piezas-digo y
recuerdo cuando mi padre me contaba sus recuerdos de cuando era joven y tocaba
la guitarra. En casa de mi abuela, estaba su guitarra y cuando íbamos a
visitarla, mi padre siempre cantaba alguna canción romántica a mi madre. Mi
padre tiene una voz “celestial” como dice mi madre.-Recuerdo algunas cosas de
las que me explicaba mi padre.
-Yo no soy mucho de tocar
canciones, pero siempre la cojo y suelto alguna pequeña melodía-comenta.-Niall
tiene una voz fantástica y a veces se viene y tocamos los dos. También tiene
una guitarra-dice mientras coge la guitarra.-¿Eres capaz de cantar algo?
Uf... Hace mucho que no
toco la guitarra. Pero mucho tiempo. Me encojo de hombros.
-Lo intentaré-comento con
una sonrisa. Hoy me veo capaz de todo.
Cojo la guitarra y me
siento en una silla que me deja, poniéndome la guitarra sobre una pierna. Toco
algunas notas, pero está un poco desafinada, así que la pongo a mi modo. Mejor
dicho, al modo de mi padre. Me aclaro la garganta y empiezo a tocar las
primeras notas, recordando a mi padre. Era una pequeña balada que le cantaba a
mi madre, pero yo la transformé en algo rítmico y más pegadizo, más rápido.
Jugué con la canción cambiando un poco la letra y algunos detalles y la
convertí para mí, en una obra maestra, teniendo en cuenta que cuando lo hice
tendría unos ocho o nueve años y estaba aprendiendo a tocar la guitarra. Las
primeras notas acaban y empiezo.
Cuando termino de cantar, Daniel aplaude y me dice que tengo una voz fantástica y que recuerdo bastante bien la letra y melodía. Me sonrojo un poco, nada más. Me pregunta si va dedicada a alguien y solamente me encojo de hombros. Pero, ¿a quién se la cantaba? ¿A él? ¿A mis padres? ¿A mi madre como hacía mi padre? ¿A nadie? ¿Sólo era para demostrar a Daniel que sabía tocar la guitarra?
-Simplemente, tienes una voz perfecta-me dice él por los pasillos mientras vamos al salón donde tenemos una reunión importante.
-No es para tanto-le contesto, por cuarta vez.
-¿Qué no lo es? Me tenías hipnotizado-exclama y no puedo evitar sonreír.-Tengo que aprender a tocar así y si es posible, a cantar.
Llegamos al salón donde ya
están todos. De repente, me viene ese pensamiento de ir otra vez a aquella sala
donde estaban las carpetas de todos nosotros y leer algo más o ver si han
metido algún dato. Me gustaría saber el pasado de los demás. Estaría muy
interesante. Nos sentamos en las sillas de la mesa del comedor y en la mesa hay
un papel grande y enrollado, además, junto a ésta, hay una pizarra blanca.
-Bien-dice Josh.-Tenemos
que tener a llama viva lo que nos dijo el alcalde en la cena: tenemos que
rescatar a la otra Noa. Por eso, Cat y yo hemos ideado un plan para, al menos,
empezar a buscarla. Cat, ¿haces los honores de explicar el plan?
La chica pelirroja se
levanta de su sitio y empieza a extender rollo de papel que resulta ser un mapa
de la ciudad y con un rotulador negro, empieza a dibujar sobre él.
-El alcalde nos dijo en la
cena que habían visto una nave dirigirse hacia el Bosque del Eucalipto-dice, y
señala con el rotulador el bosque y lo rodea y tapa el rotulador.-Pensamos que
quizás, estén ahí. En caso de que estén en el bosque, suponemos que pueden
estar bajo tierra. ¿En qué otro lugar pueden estar? ¿Dentro de un tronco? En
caso de que no estén en ese bosque, y quién sea quién haya visto esa nave,
quizás solo sobrepasase el bosque y se dirigiese a la ciudad de la lado-dice y
rodea, destapando el rotulador, la ciudad vecina.
-Pero, ¿y si resulta que
la nave haya sobrepasado también la ciudad vecina?-pregunta Niall.-¿Y si ha
tomado otro camino?
Cat mira a Josh y éste se
encoge de hombros. No habían caído en eso. Estoy pensándome en decirles lo de
Billy. Pero no lo voy a hacer. Metería seguramente en problemas a la otra Noa y
a mí me empezarían a interrogar.
-Bueno, lo que queremos
hacer-sigue Cat-es buscar por todos los lugares posibles. Por eso, tenemos que
empezar el plan que consiste en...
-En dividirnos en grupos y
buscar cada uno por distintos lugares. Grupos individuales, somos siete y
podríamos investigar en lugares distintos cada uno-continúa Josh y se
levanta.-Por eso, Niall irá a buscar por la zona este de la ciudad vecina-dice
y empieza a escribir en la pizarra con otro rotulador negro.-Daniel el lado
norte, Snowfall el sur y yo miraré el oeste. Cat mirará por esta ciudad,
Dragnus mirará por los alrededores en caso de que hayan ido a otro lugar y Noa
visitará el mágico Bosque del Eucalipto.
-¿Mágico?-pregunto.-¿Lo
has usado por usar o es que de verdad es mágico?
-Bueno, ninguno de
nosotros lo ha pisado, pero las leyendas dicen que en él habitan pequeñas
hadas, gnomos y todas clases de seres fantásticos. Pero no es nada malo-explica
Josh.
-Ahora, os queremos
enseñar este vídeo que ha llegado nuevo-dice Cat y coge el mando de la
televisión y empieza el vídeo.
Aparece la otra Noa, con
un aspecto horrorosamente horrible y está durmiendo apoyada en una pared,
tiritando. Está muy delgada en comparación con otros vídeos y en la frente,
tiene unas marcas cuadradas. Ha tenido un cambio horrible. Y suena la voz de la
persona misteriosa.
-¡Hola, 4H!-dice.-Ahí
tenéis a vuestra amiga. ¿Sabéis? He cambiado de planes. La rapté a ella para
que, en un primer lugar os fueseis de esta ciudad y la dejarais bajo mi poder,
pero al ver que seguís insistiendo... No me queda más remedio que hacerle
pequeños experimentos a vuestra amiga. Sí, sí. Me meto en su mente, que es
bastante fuerte, pero con un poco de voltaje y un poco de droga para dejarla
dormida, puedo meterme. ¡Magnífica, por cierto! Aunque
incluso durmiendo, es dura de pelar.
Que asco de tío. Y pobre
Noa.
-Pues eso, que ahora mis
planes son por tener vuestros poderes. Sí vuestros poderes. Estoy harto de no
tener nada interesante ni divertido. Las alas de un pájaro majestuoso, la
rapidez de la luz, la invisibilidad, la congelación y el control de los
elementos. Además, dos dragones. Me dejaréis uno, ¿verdad? El verde tiene
especial atención en mí.
Dragnus. Y un cuerno se
va a llevar ese a mi querido amigo.
-Os entregáis, me dejáis
que succione vuestros poderes y os vais siendo humanos. Todos felices e incluso
la Noa que tenéis ahí entre vosotros, haré que vuelva a su casa. ¡Vamos! ¡La
echa de menos! El problema será, que cuando succiones tenéis varias
posibilidades: una es quedar en el estado de vuestra amiga, morir o librarse de
la tortura. ¿Qué os parece? ¿Trato o trato? Yo de aquí, no me muevo.
Fin del tema.
Ni una queja. Ni un
murmullo. Todos se marchan. Sólo hay un “empezamos mañana a las ocho” y nada
más. Le explico mentalmente a Dragnus la situación.
-A ése me lo como yo de un
bocado-comenta cuando le cuento lo que ha dicho ese tipo de él.
-De todos modos, antes
deberá pasar por encima de mi cadáver-le digo enfadada.-Por cierto, hoy
dormiré en mi cama. No tengo muchas ganas de bajar hoy a la dragonera con el
frío.
-Hum... vale, no me
importa. Pero es pura casualidad de que Daniel no baje hoy tampoco.
-¿No? Qué raro. No lo
sabía hasta ahora.
Tras esto último y un
breve adiós, me voy a mi cama sin comer. No tengo apetito. De repente, tengo
menos hambre que de costumbre. Me meto en mi cuarto y pongo a cargar el iPod,
que se me ha quedado sin batería y me pongo mi pijama gris con el copo de nieve
en la camiseta y me meto en la cama. No consigo conciliar el sueño. Y no sé por
qué, hoy no tengo ganas de bajar y dormir con Dragnus. Me siento en la cama y
miro el reloj. Aún no ha pasado medianoche. Todos deben de estar dormidos. ¿Y
si...?
Recorro los pasillos en
busca de la habitación otra vez y la encuentro. Llamo suavemente y giro el pomo
y asomo la cabeza. Me hace un gesto de que pase y lo hago. Me cruzo de brazos
en la sala oscura y una luz se enciende y le veo con un pijama igual que el
mío, pero su camiseta tiene cuatro círculos unidos y que en cada uno hay un
símbolo de un elemento: unas llamas, una especie de ola, el dibujo de un
tornado y una hoja de planta. Está sentado sobre la cama, tapado hasta las
piernas.
-No me apetece bajar a la
dragonera y no sé por qué, no consigo conciliar el sueño-comento. Me
preguntaba...
Él sonríe y se echa hacia
un lado y me meto bajo las sábanas. Su cama es un poco más grande que la mía, y
tiene la almohada más blanda.
-Gracias-le digo y de
repente, me entra sueño.
-No. Gracias a ti por
estar aquí conmigo-me dice y hago una sonrisa y noto que me pasa un brazo sobre
la cintura con mucho cuidado y me atrae hacia él como si yo fuese de porcelana.
Los buenos abrazos son los
que dan las mejores personas, como Daniel o Dragnus.
Estar con él es como estar
con Dragnus: me siento cómoda con cualquier cosa que hago. Si a mí antes Niall,
Cat o Josh me hubieran pedido que tocase algo con la guitarra, diría que no.
Sin en cambio, si Dragnus me lo hubiera pedido, diría que sí, como hice con
Daniel. Quizás se unió a nosotros por mí y por parte de que a Cat no le
molestase o algo. Demasiado esfuerzo para pensar en eso.
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