Capítulo 19

Buenas!

Aquí os dejo un capítulo ^^ Besos!

Capítulo 19: En la cima

Llegamos junto a los demás y veo que los dos dragones cubren al resto. Le explicamos la situación.

-Pues vamos a ver qué vamos a hacer-comenta Niall.
-Snowfall y yo podemos dormir bien, el problema es vosotros-digo.-Daniel puede hacer una hoguera y...
-No-corta él-puedo hacer fuego, pero aquí no podría, se derretiría en seguida.
Empezamos a discutir durante unos minutos y observo detenidamente a Dragnus, que no se ha metido y parece que tiene una idea. Gira la cabeza hacia mí y aparto la vista y cuando ya no noto que me observa, lo hago yo. Ha alzado la vista hacia el cielo y miro de reojo a la dragona, que hace lo mismo. El meteorito del que hablan tiene que estar acercándose. Pasan unos minutos más y Dragnus gruñe todo lo fuerte posible, y por una vez desde que lo conozco, me creo que se va a quedar ronco, pero su voz suena igual.
-Hagamos un iglú-dice. La idea me fascina, pero cuando veo el lugar en el que estamos, niego con la cabeza y todo entienden por qué no puedo hacerlo, ni yo ni la dragona: está demasiado empinado.-¿Y en una zona menos inclinada?
-Tampoco. Si queremos meternos todos, sería difícil.
Dragnus suelta humo por la nariz, pero en vez de negro le sale blanco.
-¿Y si cavamos un poco aquí mismo y dormimos bajo tierra?

-¡Já! ¿Y tu?
-Aguanto bien si absorbes el frío que consumiré fuera.

Nunca lo he probado, pero aún así asiento con la cabeza.

A los pocos minutos, ambos dragones empiezan a cavar hacia abajo con las zarpas y Daniel ayuda también usando parte del poder de la tierra que tiene. Pronto se acaba y en la ladera de la montaña hay una entrada no muy ancha y parece más bien una madriguera. De ella, sale Daniel y comenta que ya está. No me explico cómo han vaciado el interior, pero me hago una sencilla idea. Daniel, Cat, Helen, Josh y Niall se meten y éste último mi invita a entrar, pero rechazo. Snowfall se coloca a un lado de la entrada de la madriguera. Dragnus se coloca justo delante de la entrada y hace una especie de suspiro y desde donde estoy, se nota el calor que desprende. Rápidamente, Dragnus lo hace dos veces más y yo cierro la entrada de la madriguera con una fina capa de hielo. No se puede hacer nada más. Me acurruco entre las patas delanteras de Dragnus y éste me observa. Las gemas verdes han cogido un tono verde muy pálido y casi parecen ser blancas.

-Puedes hacerlo, sé que es algo nuevo para ti, pero puedes probarlo. Además, si no funciona, siempre mantengo el calor en el cuerpo.
-¿Y si mueres de frío?

-¡Dios! Soy un dragón, ¿sabes que vivimos mucho tiempo? Cuando yo sea ya un adulto bien desarrollado, tu ya tendrás nietos o serás ya incluso una bisabuela.
Sus palabras me dejan sin habla. Dragnus baja un poco la cabeza y apoyo las manos en su mandíbula y cierro los ojos. Absorbo todo el frío que contiene y al abrirlos, veo que las gemas de su cuerpo tienen un verde más fuerte que su verde natural. Separo las manos y me las veo: en cada una de ellas me han salido como una marca de raíces heladas, pero al instante desaparecen. El “truco” me deja muy cansada, así que me obligo a dormir.

Cuando la luz de sol ya me da en la cara, abro los ojos y veo que Dragnus está de nuevo casi blanco. La dragona se estira con pereza y abre mucho la boca, tanto que puedo verle el interior de la garganta. Creo que mi cuerpo cabría ahí perfectamente. Dragnus duerme aún con la cabeza baja y hago lo mismo que le hice antes de dormirme y observo cómo las gemas se vuelven otra vez verdes.
-Buen trabajo-me dice la dragona.-Despierta a los demás.

Me acerco a la entrada de la madriguera y hago que el hielo se vuelva un poco más fino, hasta que se convierte en nieve y cae hacia el suelo. Del interior de la madriguera, veo a todos dormir en posición fetal y el interior, además, desprende un calor agradable, así que no creo que hayan pasado mucho frío.

-Déjame a mí-me dice Dragnus y mete la cabeza dentro de la madriguera y gruñe fuerte, a modo de despertador. Todos se despiertan sobresaltados e incluso Helen saca su espada de la vaina.-Buenos días. Hora de moverse.

Nos ponemos en marcha y cuando vemos que el suelo se va poniendo más plano, Snowfall propone algo.

-Creo que sería mejor que recordemos nuestros nuevos poderes-dice y todos estamos de acuerdo.-Empecemos por Cat.

Todos los vamos pidiendo que ponga el aspecto de un actor famoso o de alguno de nosotros. O de cualquier cosa. Al final, acaba siendo un canario amarillo. Luego le toca el turno a Josh que se pone sobre tierra de un salto y creo muros de hielo grueso a algunos metros de nosotros. Josh coge velocidad y los atraviesa de un golpe. Yo tengo el poder de leer la mente, pero no lo queremos dejar al aire delante de Helen, porque puede ser un gran poder.

-Yo tengo que confesar algo-dice Daniel-como sabéis controlo los cuatro elementos. Pues ahora estoy aprendiendo a cambiar de estado mi cuerpo...

Frunzo el ceño.

-¿A qué te refieres?

-A esto-dice y frunce el ceño rápidamente. Su cuerpo empieza a empaparse de gotitas de agua hasta que cubre todo su cuerpo y su rostro no se puede ver claramente. Es agua totalmente, con forma de humano.-O esto-dice y su cuerpo pasa de agua a ser un chico de tierra dura, que se baja de la dragona y el suelo tiembla un poco.
-¿Algo más?-dice Snowfall algo molesta.

Daniel se ha colocado delante de ella, sin detenernos, de modo que le da la espalda.
-¿Tienes frío?-pregunta y su cuerpo pasa de ser tierra a un chico en llamas. La dragona gruñe fuerte y apaga el fuego del cuerpo de Daniel de un solo soplo, de modo que ahora Daniel vuelve a ser carne. Todos aplaudimos entusiasmados y éste se monta de nuevo sobre la dragona.-Aún no sé si puedo hacerlo con el poder del aire, pero puede que esto se ponga interesante.

Cuando parece que va a seguir hablando, Dragnus gruñe, pero no de ese modo en el que está malhumorado, sido un gruñido alegre, como si fuese una pequeña risa.
-La cima.