Este capítulo que os dejo es más largo, así que espero que lo disfrutéis :33 No olvidéis comentar ^^
Capítulo 20: Confianza en ti mismo
Cuando llegamos a la cima, me asombro lo amplia que es, entonces
me doy cuenta de que la montaña no se ha ido estrechando a medida que subíamos.
La cima tiene bastantes metros de ancho, pero cuando Josh (que es el primero
que llega) pone un pie sobre ella, hay un breve terremoto y la cima se hace el
doble de grande, y con ella, la montaña. Ahora sobre la cima cabemos todos
mucho mejor. La meta consiste en un aro dorado que hay en el centro, y esta
zona de la montaña no está nevado, es roca gris, casi negra.
-Vale, este es el plan. Hasta que ideemos algo, no nos moveremos
de aquí. Y pase lo que pase, no os acerquéis al aro-explica y todos asentimos.
Dragnus me mira con sus ojos negros profundos y le devuelvo la
mirada.
-Voy a ir a cazar. Aún no ha anochecido y volveré pronto-dice y abro la
boca para replicar.-No repliques, si nos quedamos aquí esta noche, el frío
nos dará hambre. Calla y quédate aquí.
Me enfado con él mientras da media vuelta y baja rápido. Al darme
media vuelta, veo que la dragona me observa también, pero ésta me sonríe
enseñando sus dientes afilados.
-Tranquila, el meteorito ya ha entrado y está paralizado-comenta y de repente, gira rápidamente la cabeza hacia Niall.-Creo que deberías de hablar con él.
Me acerco a Niall, que está de espaldas a todos nosotros, sentado sobre un pedrusco oscuro. Me siento junto a él y lo que sea que estaba haciendo, deja de hacerlo.
-¿Has visto lo que hacía?-pregunta nervioso y niego con la cabeza.
-Muéstramelo-le pido, pero no hace ni dice nada. Suspiro.-Vamos, tu confías en mí desde que me viste y hablaste conmigo. Eres mi mejor amigo.
-Mentira, tu mejor amigo es Dragnus.
-No... él... Dragnus es como mi hermano.-Asiente levemente con la cabeza.-Niall, sé lo que te ocurre sin necesidad de leerte la mente, tienes que tener más confianza en tí mismo-Él gira la cabeza hacia mí y clava sus ojos en los míos, asombrados.-He de explicarte algo... Snowfall, ayúdame a explicárselo.
-Tranquila, el meteorito ya ha entrado y está paralizado-comenta y de repente, gira rápidamente la cabeza hacia Niall.-Creo que deberías de hablar con él.
Me acerco a Niall, que está de espaldas a todos nosotros, sentado sobre un pedrusco oscuro. Me siento junto a él y lo que sea que estaba haciendo, deja de hacerlo.
-¿Has visto lo que hacía?-pregunta nervioso y niego con la cabeza.
-Muéstramelo-le pido, pero no hace ni dice nada. Suspiro.-Vamos, tu confías en mí desde que me viste y hablaste conmigo. Eres mi mejor amigo.
-Mentira, tu mejor amigo es Dragnus.
-No... él... Dragnus es como mi hermano.-Asiente levemente con la cabeza.-Niall, sé lo que te ocurre sin necesidad de leerte la mente, tienes que tener más confianza en tí mismo-Él gira la cabeza hacia mí y clava sus ojos en los míos, asombrados.-He de explicarte algo... Snowfall, ayúdame a explicárselo.
Durante unos minutos, unimos a Josh, a Cat y a Niall mentalmente y
Snowfall lo explica todo, con determinación. Mientras lo explica, me pide que
entre en la mente de Helen, así que me levanto y me coloco sentada en el suelo
mirando hacia el bosque lejano donde debe de estar Dragnus cazando. La mente de
esta chica está muy protegida por varios trucos que no sé. Clavo la mirada en
sus ojos mientras ella observa su espada, que por suerte, aún no la ha usado.
Se percata de que estoy intentando colarme, pero no sabe que soy yo. Levanta la
vista e intenta localizarme. Aparto la mirada durante unos segundos y es el
momento justo en el que ella baja la guardia y su protección mental se vuelve
más floja. Me cuelo al instante, pero no consigo ver recuerdos borrosos.
Observo de nuevo a Helen y veo que musita unas palabras ininteligibles y de repente, es como si me dieses un empujón en el pecho y ya estoy fuera de su mente.
Observo de nuevo a Helen y veo que musita unas palabras ininteligibles y de repente, es como si me dieses un empujón en el pecho y ya estoy fuera de su mente.
Los latidos de mi corazón se vuelven más rápidos y la respiración
se me corta a veces. Pero a los segundos empiezo a relajarme. Ha sido como un
empujón en el pecho o una bofetada en la mejilla, un dolor intenso. Me levanto
y me tambaleo un poco y doy un paso para equilibrarme. Vuelvo con los demás y
noto la voz de Snowfall lejana y entrecortada. Me siento junto a Niall. Cat y
Josh están en un lado apartados, como si estuviesen hablando y Daniel está
jugando con la tierra dura de la cima, haciendo pequeños trucos. Snowfall,
Niall y yo estamos los tres reunidos. Estamos separados y no unos al lado de
otros, pero mentalmente, sí estamos así. Snowfall se gira y se aleja de
nosotros, y se va a la zona nevada y se queda allí, mirando el bosque.
-¿Te encuentras bien?-me pregunta Niall.
-Sí, creo.
Sin tener que decir nada, nos levantamos y damos la vuelta a la
cima, alejados de todos. Niall me enseña lo que puede hacer. Son como burbujas
de plástico de un color grisáceo. Las hace entre las manos y éstas desaparecen
cuando alcanzan un tamaño. Apoyo a Niall y cada vez, los campos de fuerza son
más grandes. Y más, hasta que puede llegar a cubrirme. A cierta hora de la
tarde, antes de que oscurezca, aviso a Daniel para que venga y al momento, está
aquí.
-¿Qué ocurre?-dice a medio ser un susurro.
-¿Qué ocurre?-dice a medio ser un susurro.
Niall le muestra lo que puede hacer. Le explico que necesitamos
practicar de verdad, así que lo único que tenemos que hacer es que me esté
quieta y Niall hará un campo de fuerza y ella intentará dañarme. Creo piedras
de hielo de distintos tamaños y grosores y los coloco junto a Daniel. Me separo
unos metros de ella.
-Cuando quieras-indica él.
Daniel empieza a lanzarlos y observo a Niall, que frunce el ceño.
Daniel coge el último trozo de hielo grande y lo lanza. Cuando choca contra el
campo de fuerza, éste parece que está lleno de electricidad y se rompe haciendo
pequeños zumbidos. Niall declara que es suficiente por hoy y volvemos a
juntarnos.
Me coloco sobre la nieve y veo que la dragona está quieta, muy
quieta, como si estuviese disecada. Le doy unas palmadas en la pata derecha
delantera y ella mueve la cabeza hacia los lados.
-¿Qué ocurre?-pregunto.
Mi vista se vuelve como la suya y me indica que mire directo hacia el cielo, desde mi posición. Veo un punto negro y no hace falta decir nada para saber que es el meteorito. La vista se vuelve normal y miro de nuevo hacia el lugar del meteorito, pero no veo nada, sólo un cielo despejado.
Mi vista se vuelve como la suya y me indica que mire directo hacia el cielo, desde mi posición. Veo un punto negro y no hace falta decir nada para saber que es el meteorito. La vista se vuelve normal y miro de nuevo hacia el lugar del meteorito, pero no veo nada, sólo un cielo despejado.
-Deberías descansar-le digo y ella asiente y se da media
vuelta.
-Dragnus ya viene subiendo, le queda poco. Le diré a los demás que
vayan encendiendo un fuego.
No digo nada y me quedo mirando hacia el suelo, intentando
distinguir alguna escama de Dragnus, un verde brillante entre una zona blanca.
A los minutos, la cabeza de Drganus aparece y en su boca cuelgan
dos ciervos. Sonrío y él parece intentarlo. Llega justo cuando la luna está
casi en su cenit.
-Hay una hoguera detrás, avisadme cuando esté preparada la
carne-le digo y él no se detiene, sigue adelante.
No sé cómo lo ha hecho, quizás haya quemado o haya encontrado
cualquier árbol medio roto, pero con la cola enrolla un buen tronco de madera.
-No veas lo que me ha costado encontrar a dos ciervos, hace
unos días había un montón correteando por ahí y hoy, me ha costado cerca de dos
horas para encontrar uno. Sombra sabe que nos acercamos para salir.
-Ha merecido la pena, Dragnus. Dile a Snowfall que te ponga al
día.
Veo de reojo que echa humo por la nariz en modo de afirmación.
Daniel aparece y se coloca junto a mí y coloca uno de sus brazos
sobre mis hombros. Últimamente, mis sentimientos se han vuelto más fríos hacia
él. Desde que entramos en esta isla, hemos estado separados mucho tiempo y lo
que siento hacia él... ha desaparecido. Pero me gusta, aunque esos sentimientos
que me atraen hacia él, se han vuelto fríos.
-Ya pronto saldremos de aquí. ¿Te sigue gustando el modo?
-Creo que habría otra forma... ¿y si todos entrásemos en el aro a la vez?
-Le daría un ataque, no sabríamos sus movimientos. ¿Y si nos matan a todos a la vez?
-Creo que habría otra forma... ¿y si todos entrásemos en el aro a la vez?
-Le daría un ataque, no sabríamos sus movimientos. ¿Y si nos matan a todos a la vez?
-Quizá.
Trago saliva, se lo debería de decir. Pero entonces, quizá me
empiece a odiar. O, en vez de ser amigos, no me volvería ni a mirar, ni a
observar... Se haría una relación más fría y, lo tendría al lado siempre, pero
parecería como si estuviese lejos de mí, como si me faltase algo.
“Sé sincera, Noa, es lo mejor”, me digo a mí misma que se lo diga.
Un nudo en la garganta aparece y me cuesta tragar.
-Daniel, tengo que decirte una cosa.
-Dímelo.
-Yo... verás, desde que entramos en la isla, hemos estado mucho tiempo separados y digamos que...-trago saliva. Tengo que ser sincera.-Mis sentimientos se han vuelto... fríos hacia ti-termino de decir, ha sido como pegarle una bofetada a alguien inocente. Me muerdo el labio y cierro fuerte los ojos.
-Yo... verás, desde que entramos en la isla, hemos estado mucho tiempo separados y digamos que...-trago saliva. Tengo que ser sincera.-Mis sentimientos se han vuelto... fríos hacia ti-termino de decir, ha sido como pegarle una bofetada a alguien inocente. Me muerdo el labio y cierro fuerte los ojos.
Ya no siento el brazo de Daniel sobre mis hombros, se ha apartado
hacia un lado.
-¿Ya no me quieres? ¿Eso es lo que quieres decirme?
-¿Ya no me quieres? ¿Eso es lo que quieres decirme?
Abro los ojos y le miro.
-¡No! Sólo que...-no me salen las palabras, no sé cómo decirlo.
-No lo sabes, aclárate y me lo dices cuando quieras, ¿vale?-dice con un tono tranquilo, no parece enfadado ni molesto.
-No lo sabes, aclárate y me lo dices cuando quieras, ¿vale?-dice con un tono tranquilo, no parece enfadado ni molesto.
Se pone en pie y yo me quedo quieta, pero luego me pongo en pie y
veo que se ha hecho que su cuerpo sea de agua. “Lo he destrozado”, pienso.
Ahora me siento mal. Lo alcanzo con unos pasos y noto un frío intenso en mi
cuerpo. Un frío increíble. Alargo mi mano y rodeo la muñeca de Daniel y veo que
su muñeca se congela. Lo suelto inmediatamente y él se gira hacia mí.
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