Sé que hace mucho que no escribo, pero es que entre que no tengo tiempo para ponerme con blogger y que no tengo tiempo para escribir algo, se me hace duro xd
Tengo varias reseñas y noticias, y algunas cosillas más preparadas, así que en cuanto pueda, iré publicando. . . ¡si es que los estudios me dejan!
Hoy os traigo un relato que me ha mandado una lectora del blog, Luna, que me ha mandado al correo. Os dejo el mensaje que me ha puesto:
Hola Belce!!
Quería decirte que me he leído todas tus historias hasta ahora y tus relatos cortos, y me he inspirado algo en la historia de los 4H, y he escrito un relato corto (son 5 o 6 hojas) y quería que lo leyeses y me dijeses tu opinión :)
Besos!!
Luna:)
PD: Lo siento!! Pero no se me ocurría ningún título, así que no tiene nombre, jejejeje :p
Bueno, pues junto a ese mensaje me ha mandado su relato corto, de 5 páginas que está bastante entretenido y he decidido publicarlo (con su permiso). El relato lo voy a dividir en varias partes, seguramente en 3, e iré publicándolo por aquí, para que vosotros también deis vuestra opinión :3 Yo creo que Luna, esta lectora, tiene bastante talento para esto n.n
Si vosotros tenéis algún relato así corto (no mayor de 10 páginas, si eso. . .) podéis mandarmelo para que lo lea y si me dais vuestro permiso, ¡puedo publicarlo! Si hay unos pocos relatos, haré una página en el blog donde pondré los enlaces de todos los relatos que me mandéis :3
Y bueno, ¡sigo diciendo que estoy avanzando en mis historias! También darle las gracias a Luna por el relato y por querer saber mi opinión, y por supuesto, ¡por dejarme publicarlo!
Sin más, os voy a dejar la primera parte del relato de Luna n.n
(Clic en más información para leerlo)
Cuando tienes cierta habilidad especial que una persona normal no tendría, ya te tienen como si fueses un bicho raro que la sociedad no soporta. Incluso ni teniendo dicha habilidad: hay gente que nace con alguna enfermedad que no puede tener cura y las personas la rechazan. Así ha sido siempre... y siempre será así. Menos mal, que los que son de la misma especie se comprenden entre ellos y se ayudan mutuamente.
Mis padres no pensaban contarme que tenía cierta habilidad, pero un día a mí se me fue de las manos y me di cuenta de que no era alguien normal. Mis padres siempre me tranquilizaban y me ayudaban, pero un día me pasé de la raya y me descontrolé, y desde entonces estoy aquí encerrado junto a otros. Un chico humano capaz de convertirse en un insecto; una chica invisible, otra que traspasa las cosas; un joven que puede llegar a convertirse en titán y otro que tiene una fuerza descomunal. Siempre supe que posiblemente había más personas como yo, pero no que fuesen un número tan grande para construir una especie de escuela.
La escuela no lleva más que un año abierta, y los chicos pueden entrar en cualquier momento, pero para salir les cuesta trabajo, pues si entras es porque necesitas algún tipo de ayuda que no te pueden proporcionar. La escuela está bastante apartada de la ciudad y además no tiene nombre si quiera. Es una especie de mansión con muchas habitaciones para los chicos que se quedan y otras cuantas de salas donde se dan las clases. También tiene un enorme patio, y una especie de sala enorme subterránea donde se hacen pruebas para ver el control de tus poderes.
Hoy, tras despedirme de mis padres, persigo al director para llegar a mi clase. La decoración de aquella mansión es bastante peculiar; no es ni muy moderna ni muy antigua. Ando por pasillos con bastantes puertas, de las cuales suenan de su interior voces de alguien hablando (dando clases) y en otras, un leve barullo.
Llegamos a una puerta como las demás, y el director entra primero y luego me hace un gesto para que entre. Al hacerlo, lo primero que hago tras entrar es ver la cara de mis nuevos compañeros, de los que no me suenan ninguno (como era de esperar) y me coloco junto al director y a mi nuevo tutor, un hombre alto que no debe de tener más de cuarenta, de pelo corto y negro que de cerca se puede apreciar alguna cana suelta.
- Alumnos, este es vuestro nuevo compañero. Se llama... Bueno, que se presente él mismo.
Me quedo unos instantes en blanco, viendo a todos mis compañeros que me observan. Estás en clase... espabila...
- Me llamo Sollux, un placer-y no tengo más remedio que poner una sonrisa.
- Sam-llama el director y un chico de estatura media, con gafas y rubio se pone en pie en la segunda fila-creo que tu eres el chico perfecto para que le presentes un poco todo esto. La siguiente hora, si vuestro tutor os lo permite, harás lo que te he dicho-explica, y mi tutor asiente tras ver que el director le echa una mirada rápida.
- Claro.
Me dejan un sitio al final de la clase, ya que las filas de delante están todas ocupadas, y no tengo más remedio que aceptar ese sitio, aunque tampoco es que me importase mucho. Una vez que el director se marcha de la clase, el tutor me mira con lo que debe de ser una sonrisa y se presenta. Mis nuevos compañeros también lo hacen, pero no soy capaz de quedarme con todos los nombres y sólo pillo algunos al vuelo: Sam, Dav, Idanna, Alex, Carl...
Mi estancia allí se va haciendo cada día algo mejor y poco a poco voy conociendo a mis compañeros. A unos más que a otros, pero algo es algo. Los miércoles por la tarde me dejan diez minutos para llamar a casa, siempre pidiendo turno antes, pero al menos me dejan hablar con mis padres. Las clases son iguales que en el instituto normal, lo único que hacen es añadir como dos horas de entrenamiento, para aprender y desarrollar nuestras habilidades. Es algo que me viene muy bien, pues nunca he llegado a usar con exactitud y de forma segura mi habilidad.
Tras unos meses de adaptación, el tutor nos lleva al sótano enorme que hay bajo la mansión, que resulta ser una especie de campo de pruebas para las habilidades que tenemos. El maestro nos manda a ponernos una especie de mono totalmente negro, nada ajustado, para poder moverse bien, y luego nos reunimos con el maestro dentro de la sala.
Al entrar, no es más que una enorme habitación que parece no tener fin, de suelo negro y paredes grisáceas, y bastante alta. El tutor se encuentra cerca de la puerta de entrada, vestido con un mono de color marrón, y junto al tutor está Sam, Trish y Tali (dos gemelas, pero una es rubia y otra es morena), Carl, Jess, Vic, Caroline y yo. A los minutos, llega los demás y ya estamos todos.
El tutor, toca un silbato y nos manda a callar, para que prestemos atención. Aunque la habitación sea enorme, seguramente más grande que la mansión, su voz no suena con eco, es como si estuviese en una habitación normal.
- Hoy tenemos una prueba más, pero no llevará nota. Aún no hemos practicado mucho con vuestras habilidades, así que veremos qué pasa hoy en este tiempo. Así que, antes de perder más tiempo, os explicaré en que se basa rápidamente el juego y haré los dos equipos-explica y saca de una bolsa grande una bandera roja y otra azul, y dos pelotas grandes; una de color azul y otra roja.-Las banderas simbolizarán vuestro equipo, y tenéis que conseguir la bandera del equipo contrario. Las pelotas son bombas.
- ¡¿Bombas?!-exclama Trish.
- Sí, bombas. El equipo azul tendrá la bomba roja y la bandera azul; el equipo rojo tendrá bomba azul y la bandera roja. El objetivo es llevar la bomba al otro equipo y coger la bandera. Colocaré cada bandera en un pedestal donde tendréis que poner la bomba para que explote. Una vez que un equipo consiga la bandera y haga que estalle la bomba, habrá acabado el juego.
- Pero... ¿bombas de verdad?-pregunta otra vez.
- No, son como unos globos enormes, cuyo estallido si estás cerca te puede causar algo de daño-explica y suspira.-Quien no haga esta pruba, estará suspenso. Obviamente, se puede usar los poderes y hacer daño. Ahora haré que haya un gas de curación durante todo el juego, para que las heridas se curen rápidamente y podáis continuar. Aunque tampoco os paséis, el gas cura las heridas superficiales o poco profundas, no curará un cuello partido o una herida en pleno estómago.
Tras explicarlo todo, le va dando a cada uno un peto y una tira para ponerla en el brazo de color azul o rojo y nombra los equipos.
- Equipo rojo: Alex, Chris, Idanna, Gael, Sam, Vic y Jess. Y con el equipo azul tenemos a: Carl, Dav, Trish y Tali, Eme, Sollux, Caroline y Deivid.
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Me encanta que mandéis estas cositas <3
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