Capítulo 20

Hola lectores ^^ Como os he dicho, aquí tenéis el capítulo 20. Siento un poco la tardanza, es que he estado poniendo cosas nuevas en el blog, jeje. Una galería y una parte sobre... mmm... ¿libros? Jeje :) Me gustaría poner otra parte donde poner vídeos sobre parodias, como... "Elvisa" ¿os acordáis de él ella? Pues estilo así, o parodia de THG (Los juegos del hambre) y otras cosas, también vídeos musicales, claro ^^ Bueno, que disfrutéis de las cosas nuevas! :D y del capítulo, claro.

Capítulo 20

Pasé parte de la mañana durmiendo, estaba agotada. Me sentí un poco culpable por no haber estado despierta para ayudar al señor Rhamus a librarse del vampirano que lo seguía, bueno, nos seguía. Olvido el tema y curioseo el establo. Era más grande que el otro en el que estuve y tiene más variedad de animales, burros, caballos, vacas, asnos, patos, toros... Estaba limpio y olía a hierba fresca. Aquí no hay paja. Salí al aire libre y me encontré al granjero saliendo de la casa con un mono azul oscuro. La casa estaba bastante lejos, a unos cuantos metros, pero con mi vista de medio vampiro veía al hombre como si estuviese a pocos centímetro de mí. Se dirigía hacia aquí, debería de entretenerlo para que no descubriese al señor Rhamus. No podemos huir, si el vampiro sale a la luz del sol se quema poco a poco, no se hace polvo, pero se quema poco a poco, como si metiésemos a un humano en un horno de cocina y lo calentásemos como un pollo. Corro hacia el hombre.
-Buenos días señor.
-Muy buenas. ¿Qué hace una niña en medio de la nada?-me pregunta arqueando las cejas.
-Verá señor, mi padre y yo estábamos de viaje, él se ha quedado dentro. Yo he venido a su granja porque necesito ir urgentemente al baño. Ya sé que soy una desconocida para usted. Me llamo Kat y si es tan amable de dejarme entrar en el baño... se lo agradecería bastante-explico, aunque me dio un poco de vergüenza. Odio llamar al señor Rhamus "papá" o "es mi padre", pero es por nuestro bien. No le puedo decir, "¡Hey! No puede ir al establo, hay un vampiro durmiendo".
El hombre empieza a reírse un poco.
-Claro. Ven conmigo-me dice y le sigo no sin antes echar una mirada al establo. Le sigo durante unos minutos hasta que llegamos a la casa. La casa del hombre es rural, de campo. El suelo de madera y las paredes también.-Al fondo a la derecha. La última puerta.
-Muchas gracias, y bonita casa-le digo.
-Yo te espero para poder cerrar la puerta. Gracias por el cumplido hacia la casa.
-Gracias de nuevo, por fin puedo ir al baño-miento, con una sonrisa. Me meto en el baño y me quedo allí unos minutos y al final, salgo. El hombre sigue allí de pie esperándome.-Muchas gracias por dejarme entrar.
-No pasa nada, de verdad. Ha sido muy rápida-me dice con una sonrisa.
-Es que no quería molestarle-contesto
Nos vamos hacia fuera, el hombre cierra la puerta y me despido de nuevo del hombre. Salgo corriendo hacia la carretera y me escondo entre unos matorrales. El hombre debe de haber olvidado que iba a hacer, porque ahora se ha ido hacia atrás de la casa. Quizás tenga un huerto. Salgo corriendo de nuevo hacia el establo. Está bastante lejos, pero ahora no me canso tanto porque tengo poderes. Corro lo más ligera posible. De repente, mis piernas se mueven más deprisa, miro a los lados y me doy cuenta de que estoy... relampagueando. No aguanté la respiración porque lo hice sin darme cuenta y me entraron ganas de vomitar. Además, me caí de bruces en el suelo. Me levanto y saco mi ropa y las manos. Me escuecen, me las miro y veo que tengo algunos rasguños. Corro hacia el establo, esta vez a trote y llego al establo y me metí dentro. Pasé allí el día viendo a los animales, sin atreverme a tocarlos, por si acaso. Pasan las horas y oigo un ruido. Era el dueño del establo y la casa.

Me escondo rápidamente entre unos barriles de agua que había en una esquina y el señor Rhamus estaba detrás mía, también escondido. Creí que se había ido a dormir en el ático. El hombre no tardó mucho, rellenó los comederos de cada animal y cogió un barril que estaba medio vacío de otra esquina y lleno de agua los bebederos de algunos animales. Oigo cerrar la puerta y me quito de al lado del vampiro. Me apoyo en una pared en el ático del establo y cierro los ojos para intentar dormir. Si me despierto y ya ha atardecido, le contaré al señor Rhamus lo que me ha ocurrido: creo que he aprendido a relampaguear. No le voy a contar lo del baño, sino, se reiría de mí. Me eché un sueñecito, pero lo malo es que de nuevo, he tenido la pesadilla de la última vez, en la que el vampiro convertía al chico de la sangre dulce en vampiro. Me desperté porque me aterrorizaba la idea... Ya ha atardecido y despierto al señor Rhamus. El vampiro bosteza, se estira y me dice:
-Me he comunicado con mi amigo. Le he explicado lo ocurrido del vampirano que nos seguía.
-¿Cómo se comunica?-pregunto.
-Por telepatía, pero sólo lo tienen los vampiros completos.
-Ah. ¿Sabe qué? ¡Hoy he relampagueado!-digo entusiasmada y contenta. Él no se molesta en decir nada, sólo dice "Muy bien" y asiente con la cabeza. Se pone de pie. Significa que nos ponemos en marcha. Yo suspiro y me monto en su espalda.-Un momento... ¿por qué no relampagueo?
-Porque sólo lo has hecho una vez, puedes chocarte. Mejor te llevo a mi espalda que a mi no me molesta en absoluto-me dice. Yo suspiro y me monto de nuevo en su espalda y nos ponemos en marcha. Estoy un poco mosqueada por no haberme dejado relampaguear sola, no estaría sola, estaría al lado del vampiro... Daba igual, el vampiro tenía razón y yo en el fondo lo sabía