Capítulo 29
Me viene un olor y sigo el aroma. Viene de la cocina. Me asomo por la puerta y veo que Tobi está preparando la comida.
-Huele bien-digo.
-¿Puedes ir poniendo la mesa?-me pregunta sin mirarme.
-Claro-le digo.
Cojo todo lo necesario para dos personas y lo pongo en la mesa. El mantel ya está puesto, así que coloco el resto de las cosas encima (servilletas, cubiertos, vasos...). Al cabo de un rato, ya estamos los dos sentados comiendo el estofado que ha hecho. Está delicioso, hace tiempo que no comía estofado. Cuando terminamos el plato, me echo un poco hacia atrás en la silla y me quedo mirando el techo blanco.
-Lo siento-susurra.
-¿Qué?-digo incorporándome en la silla y cruzando los brazos sobre la mesa.
-No me tuve que haber metido en tus asuntos-dice mirando al mantel de la mesa.
Niego con la cabeza. ¿Por qué me tiene que pedir perdón cada vez que ocurre algo que no tiene importancia?
-No hace falta-digo mirándolo.
-Me sentí fatal-dice triste y le cojo de la mano. Tras varios segundos, se la suelto, me levanto de la silla y empiezo a quitar la mesa.-Déjalo, yo la quito.
Me encojo de hombros y asiento con la cabeza. Acto seguido, salgo de la cocina.
La tarde pasa tranquila, hablando con Tobi y jugando a algunos juegos con él. Al anochecer, el señor Rhamus se despierta y nos cuenta el plan que vamos a hacer las próximas tres horas. Vamos a entrenar, aunque dice que cree que desde la "pelea" o "examen" estamos bastante bien. El vampiro me dice que yo sigo igual, aunque no me siento contenta ni me enorgullezco de mí misma. También ha comentado que Tobi ha mejorado. En mitad de la explicación de esta noche, suena el timbre de la casa. Tobi y yo nos intercambiamos unas miradas, ambos estábamos confusos. Nos dirigimos a la entrada. ¡Sorpresa! ¡Es Marck! Tobi y yo nos abrazamos a él, me cae mejor que el señor Rhamus. El vampiro le dedica un apretón de manos. Entramos en el salón y ambos amigos se sientan cada uno en un sillón individual (como siempre, el señor Rhamus se sienta en el mismo desde que llegamos, cosa que me extraña. ¿Le habrá cogido cariño?) y mi amigo y yo en el sofá grande.
-Tengo malas noticias-empieza a decir Marck.
-¿Que ha ocurrido con el vampirano?-pregunto.
-Lo seguí todas las noches, el vampirano lo que hacía era coger a un grupo de personas y llevarlas a unos pisos viejos. Cuando salía de allí, yo aprovechaba, entraba y veía lo que hacía-dice. Suspira mira a otro lado girando la cabeza a la derecha y dice en voz baja.-Todas las personas muertas. Todas las personas tenían la barriga abierta y estaban desangradas. Era una muerte demasiado fuerte, me quedé una noche mirando desde un lugar dentro del edificio. Abría la barriga o el cuello al instante, con la persona viva y empezaba a beber. O bien, usaba su aliento para dejar a las personas inconsciente y después, las mataba.
-Pero, ¿todas a la vez?-pregunta Tobi.
-No, elegía una y a las demás personas les vendaba los ojos.
-¿Por qué te visite?-pregunto y me doy cuenta de que mi voz sonaba temblorosa y cierro las manos que se quedan en puños. Tobi coge de mi mano para tranquilizarme.
-Me fui de allí porque las autoridades ya encontraron los cuerpos y el gerente del hotel sospechaba de mí. Sólo salía de noche y claro, normal que sospechase.
-¿Cuántas personas cogía el vampiro al día?-pregunta Tobi. A veces, le dirigía una mirada al señor Rhamus, que estaba serio y sólo asentía.
-Unas... seis por noche. Aunque nunca superaba el número, o incluso a veces, no hacía nada sólo se paraba a observar bien, o cogía una o dos-comenta Marck y nos quedamos en silencio absoluto.
-Bien-dice el señor Rhamus rompiendo el silencio.-Esto hay que pararlo como sea. Dentro de unos días, los cuatro iremos allí, lo encontraremos y lo mataremos. Vosotros dos, conmigo. Tenemos que hacer práctica-nos dice mirándonos. Marck sólo pone una sonrisa y comenta que va a comer algo. El señor Rhamus, Tobi y yo salimos al patio trasero.
-¿Otra pelea?-pregunta Tobi.
-No, os quiero explicar una cosa, pero no quiero interrupciones.
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