Jajaja, me encanta ese gif. Espero que os guste el capítulo besos! Ah! Os dejo una foto del Capitolio y otra de cómo viste las personas de allí (más raros que un perro verde... -.-'')
Capítulo 5
-Los odio, los odio los odio-dice, suspira y vuelve a gritar:-¡Los odio!
No le pregunto nada sobre el tema, ya que también los odio. ¿Por qué tienen que morir unos niños inocentes? Para cambiar de tema, le pregunto algo sobre cómo se maquilla.
-¿Cuánto tardas en prepararte para una fiesta?
-Pues entre dos o tres horas. Y suma una hora más si tengo que pasarme por la peluquería.
-Y ¿no trabajáis en alguna tienda o algo?
-Las personas que quieren sí, yo elegí este trabajo. De pequeña he querido ser famosa.
-Y ¿por qué mi Distrito?
-Tiene algo que me llama la atención, aunque no sé qué es-dice y tras varios segundos en silencio, dice:-Supongo que es porque me gusta viajar en tren.
Lo que me dijo antes Amy, me viene a la cabeza y pregunto algo que nunca supe y quizás Clare me ayude.
-¿En el Capitolio hay gente adicta a la morflina?
-Sí, pero no mucha. En el Capitolio hay poca gente adicta, pero están peores que Amy. Ella se controla o los de allí no. Entiendo el estado de Amy y, bueno, en el fondo es buena persona aunque siempre esté gruñendo y esté de malos modos. Pero... me cae bien.-Dice. Guarda silencio unos segundos y después, mira por la ventana del tren.-Lo que me sorprende de Amy es... es la manera que eligió para ganar en los Juegos.
-¿Si? ¿Qué hizo?-pregunto entusiasmada por el tema que acaba de sacar.
-Se camufló totalmente y se quedó en la rama de un roble (porque sus Juegos eran en un bosque) y esperó allí, con una lanza por si ocurría algo. Los tributos profesionales la dieron por muerta, porque justo cuando la tenían atrapada, le lanzaron una flecha que se le clavó en el hombro, ella cayó al suelo de dolor. Los profesionales se creyeron que había muerto porque justo entonces, sonó el cañonazo de otro tributo que habían matado. Y se quedó allí, subida a un árbol camuflada y con una lanza por si ocurría algo-dice con una sonrisa de lo emocionada que estaba contándolo. ¡Qué forma más interesante de ganar! Tuvo suerte que sonó el cañonazo indicando la muerte del otro tributo. Clare sigue:-Esperó allí una semana, sólo bajaba del árbol para ir a recoger unos frutos que daba un arbusto. Cuando quedaban ella y un tributo profesional del... Distrito 1 (si recuerdo bien), enviaron unos mutos.
-¿Qué clase de mutos eran?-pregunto.
Un muto es la abreviatura de mutación, que son animales (no estoy segura de si son animales) al que el Capitolio le hace cosas genéticamente. Por ejemplo, las rastrevíspulas es una especie de muto, avispas un poco más grandes que las normales y que una de sus picaduras pueden provocar la muerte o fuertes alucinaciones.
-No sé qué mutos eran, era de noche y no se veía bien. Entonces, los mutos acabaron con el chico del Distrito 1 y Amy fue ganadora. Fue magnífica la manera que usó para ganar.
Exacto. No hay otra palabra que defina su manera de ganar. Me pregunto si los mutos no la encontraron...
-Tu lo has dicho: magnífico-digo con una sonrisa.-Clare, ¿los mutos no...?
-¡El Capitolio!-me corta en gritos.-¡El Capitolio, el Capitolio! ¡Por fin hemos llegado!
Clare se levanta del sillón azul y mira por la ventana. Me levanto tras ella y observo también por la ventana. Se ve a lo lejos los enormes edificios del Capitolio, de colores grises y apagados. Pero tienen colores vivos que destacan. Max viene corriendo y se une a nosotras para ver por la ventana, habrá oído los gritos de Clare. El tren se mete en un túnel y todo se vuelve oscuro. Pero no nos separamos de la ventana y al cabo de varios minutos, llegamos a la estación y miles de cámaras nos graban y nos echan fotos mientras salimos del tren.
Una multitud de personas, vestidas de manera muy rara. Es una multitud de unas veinte personas y gritan a coro "¡Distrito 6! ¡Distrito 6!" Me obligo a cerrar un poco los ojos porque el flash de las cámaras de fotos me ciegan. Amy empieza a empujar desde el final y nos metemos en el coche a trompicones. En la calle, todo está normal, muchas personas paseando y vestidas más raras que otras. Pero cuando nos ven, empiezan a gritar de la emoción y salen corriendo detrás del coche, pero por la acera y luego, se paran cuando están cansados. No corren ni tres segundos... Llegamos a lo que debe de ser el Centro de Renovación y nos meten a Max y a mí en una sala de espera y Amy y Clare se marchan porque no pueden quedarse aquí. Una mujer llega y nos avisa que ya nos van a avisar para prepararnos.
Pasan los minutos y en la sala entran otros dos tributos de otro Distrito, que a jurar por sus aspectos (de piel morena, pelo y ojos oscuros) deben de ser del Distrito 11. No nos dicen nada y se sientan y dos sillones. Parecen hermanos, ojos marrones, pelo castaño oscuro (casi negro) y piel morena. El chico parece más fuerte que la chica, que parece endeble y delgada. Nos han metido en una sala que tiene dos puertas, una para salir al vestíbulo y otra para pasar a otro lugar. Pasan varios agentes de la paz e intento ver lo que hay al otro lado de la puerta.
-Me aburro...-le digo a Max.
Pasan otras personas y le pregunto a Max quiénes son.
-Son avox, personas que han hecho un delito contra el Capitolio, que le cortan la lengua y se convierten en criados del Capitolio-me dice.
Entra un hombre y avisa a los tributos del Distrito 11. Pasan más minutos y entra Amy.
-No me venden morflina y me he quedado sin ella. Hablemos, tenéis caras de aburridos. Tardan bastante porque con algunos tributos se tardan más que con otros-explica.-Antes, una cosa: hemos llegado al Capitolio y seguramente os estarán vigilando o grabando para ver de qué habláis. Tened cuidado con lo que decís en público o en privado, se molestan mucho.
Asentimos con la cabeza. ¿A qué ha venido eso? ¿Ya he hecho algo malo? ¿O es sólo un aviso de advertencia? Lo tendré que tener en cuenta, aunque no suelo meter la pata. Amy me va cayendo bien poco a poco... mientras no esté tomando morflina. Le pido a un avox que está junto a la puerta que me traiga un vaso de agua y lo trae.
-Muy bien-dice Amy.-Habladme de lo que sabéis hacer, vuestras habilidades. Por lo menos quiero tener en cuenta lo que valéis-dice con voz seria y firme.
Menos mal, ya va pareciendo una mentora. Nos quedamos callados hasta que Max empieza con sus habilidades
-Yo no sé hacer muchas cosas, pero soy bueno jugando al escondite...
¿Al escondite? ¿Y qué tiene que ver eso con los Juegos? ¡Un poco más serio!
-Con el tema de camuflarse-termina y ahora lo entiendo, podría haber usado otras palabras.-A parte, sé manejar un poco la espada y sé trepar a los árboles. Cualquier tipo y cualquier tronco o rama que sea
Amy asiente y sonríe de manera satisfecha.
-¿Y tú, Debbie?
Me quedo pensando. ¿Qué digo?
-Bueno, manejo muy bien los cuchillos, sé hacer cualquier cosa con ellos. Controlo más o menos el arco y las flechas, pero tardo en cargar la flecha... Y en la puntería, nadie me supera-¿qué hago? ¡Las palabras han salido automáticamente de mi boca!
-¿Y de velocidad? ¿Cómo andáis?-pregunta.
-Yo... no soy muy rápido-dice Max.
-Yo soy rápida, pero no tanto. Normal.
-¡Dios! ¡Si parecéis que lleváis entrenando todos los años para los Juegos! ¡Parecéis profesionales! Y no os estoy mintiendo, es lo que pienso. Yo sólo sabía trepar a los árboles, usar la lanza y camuflarme un poco-dice Amy vacilando.
Los tres nos reímos a carcajada limpia. Incluso veo de reojo que el avox de antes hace una sonrisa traviesa. Amy se despide de nosotros y se marcha. Nos ponemos de nuevo a esperar.
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