¡No hombre! ¡Es bromaaaa! xD Hahahaha, no lo voy a borrar, tranquilos ;D Aquí os dejo el capítulo, espero que os guste! :D
Capítulo 15
Prado. Este año, la Arena es un prado. Hace una temperatura agradable, aunque hace un poco de calor. La Cornucopia está un poco más allá de las plataformas. Es dorada, con forma de cuerno y tiene una pila llena de armas, mochilas, comida... en fin, de todo. Recuerdo mentalmente uno de los consejos de Amy: alejarse de la Cornucopia. Ahí es a donde van a ir todos los profesionales y van a atacar a los débiles y se van a hacer con todas las armas. En el otro lado de las plataformas, hay un bosque con mucha variedad de árboles, y a lo lejos distingo el pico de una montaña nevada. Entonces, me doy cuenta. Los Vigilantes nos pueden matar de tres formas distintas; por otros tributos, matándonos de calor en el bosque o congelados por el frío en la montaña. Adelanto un paso hacia la dirección en la que Jasón tiene el cuerpo dirigido. Retrocedo un poco el paso ya que cada plataforma está rodeada de minas, así que como toque el suelo, salgo por los aires. Se desactivan al sonar el gong. Miro a la Cornucopia, que tiene un reloj de la cuenta atrás en la entrada. Quince segundos. Busco de nuevos a mis aliados y veo que todos tienen el cuerpo en dirección hacia Jasón.
La voz del Vigilante Jefe suena_
-Damas y caballeros, ¡qué empiecen los Sexagésimos Octavos Juegos del Hambre!
Suena el gong.
Salto de mi plataforma y caigo de pie en el suelo y salgo corriendo todo lo que me es posible hacia la dirección de Jasón y la que han tomado el resto de mis aliados. Soy la que está más lejos de ellos, así que cuando recorro unos cuantos metros, ellos ya casi han alcanzado el bosque. Miro hacia mi plataforma, que ahora está llena de sangre con una chica encima. Corro esquivando varios tributos que se me ponen delante y miro de nuevo atrás. Oh, no.
La
chica del Distrito 2 viene corriendo hacia mí con una espada en la
mano. Me pongo nerviosa y corro aún más. En un momento dado,
tropiezo y caigo de bruces. "Adiós, vida, te echaré de menos"
pienso. La chica salta hacia mí con la espada en el aire y cuando creo que la va a clavar en mi cuerpo, un tributo salta delante sobre ella y la tira alejándola de mí. Reconozco a ese chico, es del Distrito 9, aunque no sé cómo se llama.
-¡Corre, corre!-me grita.
Antes de ponerme en pie, corro a gatas y me fijo con que he tropezado: ¡una mochila verde! Es del color exacto de la hierba del prado, por eso no me he dado cuenta. La cojo, me pongo de pie y salgo corriendo de allí sin mirar atrás. Nunca podré darle las gracias al chico que me acaba de salvar la vida, porque sé que la tributo del 2 lo va a matar en medio segundo por arruinarle mi muerte. Corro más rápido hacia el bosque.
Una vez alejada de la Cornucopia, me he dado cuenta de que me he alejado de mis aliados, por culpa de mi caída. Paro y me cuelgo la mochila a la espalda, ahora no me importa mucho lo que haya dentro (¿o si?), así que giro en todas direcciones para ver si veo a algún aliado.
-¡Debbie!-grita alguien. Me giro en dirección en la que he oído la voz y veo que es Max.-¡Debbie, por aquí!
Salgo corriendo hacia él y veo que todos está corriendo hacia abajo, por una colina y observo que Lennie está rodando por el suelo. Corro detrás de Max y cuando ya estamos todos juntos, nos paramos.
-Nos habías pegado un gran susto al ver que no nos seguías-dice Jasón.-¡Creíamos que te habían matado!-grita con voz temblorosa y seca.
-Estoy bien, me había tropezado y la chica del Distrito 2 venía a por mí, pero el chico del 9 me salvó...-digo.
-¡¿El chico del 9?!-exclama Lennie.
-Sí, el chico del 9 creo... ¿Por qué?
-¿Lo han matado?
-Creo que sí.
Lennie empieza a gemir y Katy le pregunta que pasa.
-Se llamaba Tom y era mi primo. Se fueron al Distrito 9 porque en el 3 no había comida en una época. Lleva viviendo allí desde que era pequeño.
-Lo... lo siento-susurro.-Le debo la vida. Lennie se seca las lágrimas y pregunta con qué he tropezado.-Esta mochila estaba tirada en el suelo-digo poniendo la mochila entre mis manos.
Katy me la arranca de mis manos y la abre. Dentro de ella hay, galletas, cerillas y varios cuchillos. Lo sacamos todo y vemos los cuchillos.
-Está claro que esto lo han dejado para ti a propósito-dice Katy señalando la mochila.
Me encojo de hombros. Hay siete cuchillos en total y de diferentes tamaños. Cada uno coge uno, pero Lennie rechaza, así que yo tengo tres y me los guardo en el bolsillo interior de la chaqueta y no en el bolsillo del pantalón. Guardamos todas las cosas y me cuelgo la mochila al hombro. Nos quedamos sentados y oímos unos pasos cerca nuestra. Todos nos escondemos: Katy, Jasón y Lennie en el suelo y Max y yo en los árboles. Veo desde mi rama que pasa un chico rubio con na mochila colgada en un solo hombro y una espada en la mano. Lo sigo con la mirada y se queda quieta en una roca, escondiendo la espada entre los arbustos. Al parecer, alguien lo sigue y éste se ha parado a descansar unos segundos. Una chica, creo que del 7, lo sigue cerca y con un hacha en la mano. El chico se pone en pie, coge la espada e intenta huir, pero ella al verlo de pie, le lanza el hacha y lo mata. La chica sale huyendo de allí, sin pararse a ver lo que tiene el chico. Cuando todo vuelve a estar tranquilo, Max y yo nos bajamos del árbol y los demás salen. Nos acercamos al chico muerto y Katy coge la mochila y Jasón la espada y nos alejamos de allí.
-Creo que el baño de sangre ha terminado-dice Lennie.
Asiento con la cabeza y nos sentamos de nuevo. Katy abre la mochila naranja y saca lo de dentro. Hay pan recién horneado, dos sacos de dormir, vendas y una red. A parte, la espada. Lo guarda todo, me pasa las venda para que las guarde en mi mochila. Miro a Jasón que contempla la espada.
-¿Por qué no ha sonado los cañonazos?
-Quizás no haya muerto nadie, excepto ese chico-me contesta Max, aunque es imposible que haya ocurrido eso.
-Y mi primo-añade Lennie.
-Puede que estén contando los fallecidos-dice de nuevo Max.-Deberíamos ponernos en marcha.
Todos nos ponemos de pie y empezamos a andar colina arriba. Supuse que todo lo que había en la mente de mis aliados era encontrar agua. Una fuente de agua.
<<Bum>> <<Bum>> <<Bum>>
Los cañonazos han empezado a sonar y nos paramos a escucharlos. Empiezo a contar en la mente mientras van sonando. Miro a Max y veo que está también contando, moviendo los labios, pero sin hablar. Terminan los cañonazos.
-¿Cuántos han muerto?-pregunta Jasón.-Me he perdido y además, he empezado a contar después.
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