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viernes, 11 de enero de 2013

Capítulo 20

Hola descendientes!!

Hace una semana (o casi una semana) que no subo un cap. Es que esta semana he estado liada con esto de los deberes (¿véis normal que el primer día después de las vacaciones, mandend actividades de todo?) y con los dos exámenes que he tenido hoy. Pero no pasa nada, quizás la semana que viene pueda publicar un capítulo por ahí xD En fin... No tengo nada que deciros, simplemente que espero que os guste y que comentéis!! :D ¡Qué comentéis! ÒnÓ (xD)

  (no sé a qué viene ese gif, pero me hacía ilusión ponerlo xDD)



Capítulo 20: Malas noticias

El director sale al cabo de varios minutos y me bajo de Pegaso.
-Hace varios años, teníamos clases de montar a caballo. Pero las quitamos porque... bueno, no servían de mucho-explica.-Imagínate en una lucha, no tienes caballo y... Bueno, me entendéis-dice con una sonrisa nerviosa. En verdad, no lo entiendo bien. ¿Por qué iban a tener clases de montar a caballo aquí, si este lugar sirver para practicar los poderes que tienes?-Déjame un momento.
El señor Swits se acerca a Pegaso y le empieza a poner cuerdas alrededor de la cara y una silla de cuero con un cojín blando para sentárse cómodamente. Pegaso se sacude un poco y extiende las alas.
Me molesta las cuerdas de la cara-me dice.
Se lo comento al director y se las quita. 
-Gracias.
-El establo debe de estar hecho. Los descendientes de Hefesto tienen mucha agilidad construyendo cosas, y como eran muchos creo que ya estará listo. Ahora tendrás que aprender a montarlo-dice con una sonrisa.
-Aprenderé.
Asiente y acto seguido se marcha.

Pasan los días. La semana se va. Nina se fue el viernes a ver a sus padres y no vuelve el miércoles, así que me quedo sola con Pegaso y Jerome (y Amber... aunque últimamente no la he visto. Bien.) Durante la semana, Pegaso y yo hemos aprendido algunos trucos, incluso a volar (en condiciones...) cosa que adoro hacer. El establo del caballo alado está justo al lado de mi cabaña. Es de madera (cómo no...) y tiene el suelo de hierba fresca, con un comdero lleno de paja (o fruta; sobretodo la manzana. A Pegaso le encantan las rojas) y un bebedero para que beba agua. Una noche, mientras Pegaso dormía en el estavlo, Jerome y yo fuimos a dar una vuelta por el territorio del picnic. Estuvimos hablando de las nuevas habilidades que había aprendido Pegaso y las nuevas cosas que sabía hacer con mis poderes. Mientras guardaba silencio porque se nos había acabado a ambos los temas de conversación, me paré en seco.
-¿Qué crees que le ha ocurrido a Amber?-le pregunté.
Jerome que estaba a pocos centímetros por delante mí, alargó un brazo y me cogió de la mano.
-Me han llegado rumores de que la han expulsado-me dijo.
-¿Crees que volverá?
-No creo. De todos modos, hay gente de tu parte, demasiada diría yo.
-Me preocupa...-le comenté y él se acercó y me abrazó.
-Nadie te hará daño, pequeña.

Volvemos y me acompaña hasta mi cabaña.
-Buenas noches y tranquila-me dice. Asiento con la cabeza y me da un beso en al frente. Sus besos siempre me resultan cálidos y cariñosos.
Me meto en la cabaña y duermo directamente. Duermo sin soñar nada y eso me hace tranquilizarme. Durante algunas horas más, oigo un ruido que viene fuera de mi habitación y sin miedo, me propongo a salir e investigar. Todo está oscuro, así que con un rayo que entra de fuera, se ilumina un poco. Todo está en orden, pero estoy algo nerviosa e intranquila. Reina un aire de incomodidad. Lo que queda de noche (que casi va a amanecer) decido dormirla en el establo con Pegaso. Me siento segura con él igual que con Jerome. Abro la puerta del establo y Pegaso se despierta.
-Lo siento si te he despertado. He oído un ruido y me incomoda dormir sola. Contigo dormiré mejor.
Tranquila, duerme-me dice y extiende su ala derecha y me meto debajo de la ala y duermo un poco más. 
La campana suena en cuestión de segundos, minutos, horas. Me despierto, me levanto y me estiro. Pegaso se levanta y le doy los buenos días (ha amanecido y el sueño me ha parecido súper corto) y cómo contestación da un resoplido, en vez de hablarme mentalmente.
-Descendientes, queremos que se acerquen a la gran cabaña. Es urgente-dice la secretaria.
-¿De nuevo?-pregunto a Pegaso. Suspiro y digo:-Vayamos.
Saco a Pegaso del establo y veo a Jerome que se acerca a nosotros corriendo. Tiene un aspecto atractivo, con el pelo despeinado por el aire que hace y con sus ojos de un color claro intenso. Me giro hacia él y le saludo con la mano, mientras Pegaso me coge como siempre (metiéndome la cabeza entre las piernas y aupándome en su lomo) y empiezo a reírme por la cara que ha puesto Jerome. Le extiendo una mano sin decirle nada y sube detrás mía.
-¿Pesamos mucho?-pregunto.
No.

Pgeaso alza el vuelo y en pocos segundos, llegamos a la gran cabaña donde ya hay muchos descendientes. Jerome y yo nos bajamos justo cuando el señor Swits sale del establecimiento seguido de nuevo por su secretaria y todos los monitores. Los descendientes formamos un círculo amplio y el señor Swits junto a los demás adultos, se colocan en el centro y empieza a hablar.
-Guardemos silencio, por favor-pide. Me ha parecido estúpido lo que ha dicho: todos estamos callados desde que se pusieron en el centro. El director sudaba y se pasaba un pañuelo por la frente. Parecía nervioso.-Nos han llegado una noticia horrible: nos han informado que algunos de los dioses y diosas del Olimpo han perdido sus objetos más valiosos que seguramente, cualquiera de nosotros daría la vida por ellos. Son muy poderosos-anuncia el señor Swits y acto seguido, Pegaso se pone nervioso.
-Lo siento, lo siento-pido.-Lo voy a tranquilizar-digo mientras echo a Pegaso hacia atrás y cuando estamos lo suficientemente alejados, le pregunto:-¿Qué te ha pasado?
Mal asunto, me da mala espina, deberías de irte de aquí ya-me dice aún nervioso.
-¿Por qué?
No preguntes, vámonos.
Niego con la cabeza. ¿Irnos? ¿Por qué? No hay ningún motivo. Le pido que se tranquilice y cuando lo hace, volvemos con los demás. Me intento meter en el asunto tan urgente, pero al volver, el director parece despedirse ya tras un largo discurso.
-Por eso, pedimos vuestra ayuda y esta tarde, revisaremos las cabañas de todos-termina el señor Swits y se mete en la cabaña.

Jerome me coge de la mano con un pulso nervioso y temblando y me lleva con él, seguido de Pegaso.
-¿Qué ha pasado?-pregunto y él me entrega un folio sin decir nada, pero antes de leerlo, intento tener más información.-¿Qué ha pasado mientras no estaba?
Jerome suspira y empieza a hablar con un tono de voz asustado.
-Los dioses, como te has enterado, han perdido unos objetos muy importantes. Más que perdidos, han sido robados y ahora piden nuestra ayuda-explica y me empiezo a poner nerviosa. ¡Suena fatal!-Si esos objetos llegasen a caer en malas manos, el mundo puede dar un cambio enorme y pueden llegar a morir personas. Ahora, lee-dice.
Empiezo a leer.

2 comentarios:

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