Hola! :)
Como os dije antes en la entrada anterior, aquí os dejo el capítulo 29. No tengo nada importante que deciros, así que aquí os lo dejo. Saludos y espero que os guste! :D
Capítulo 29: Medusa
Jerome me dejó alucinada con sus palabras y después de
haberse ido a buscar el Cinturón de Afrodita. No me pude creer su promesa
cuando me lo dijo ni ahora mismo. Ahora lo tenía claro todo, por eso insistía
en venir y Nina conocía sus pensamientos desde el principio, pero quería que me
enterase por él. Olvido a Jerome y sus palabras y empiezo a buscar. El jardín
botánico es enorme, tiene muchas cosas. Pero lo que sobresale son las estatuas
de piedra gris con forma de personas. Medusa ha estado y está aquí, estas
estatuas son sus víctimas. No sé cuánto tiempo llevo buscando el Cinturón de
Afrodita, pero no debo llevar más de una hora. Unas voces me llaman de lejos.
Jerome y Nina. En el sueño era igual, pero la voz de Nina estaba como
distorsionada, no la conocía. Giro la cabeza, tengo que ir con ellos. Oigo unos
pasos detrás de mí, pero me da miedo girarme.
Cargo en el arco un rayo en vez de una flecha y me giro
rápidamente.
-Si es ella, le miro el tórax o los pies, olvida la
cara-me digo a mí misma en susurros.
Delante mía, hay una persona con un abrigo largo de
cuero de color negro desabrochado. Tiene unas gafas de sol de cristal grande y
un pañuelo que le cubre todo el pelo. Miro a sus zapatos (que son unas botas
negras de piel) y apunto al pecho sin levantar la cabeza. Tengo práctica en
esto, sé dónde está el pecho, la cabeza... En mi sueño, ahora mismo la persona
se debería de estar quitando el pañuelo de la cabeza. Entonces lo oigo: el
siseo de una no, de varias serpientes. Sigo con la vista en el suelo y recuerdo
más mi sueño. Tira el pañuelo al suelo y se quita las gafas y oigo las
gafas caerse y chocar.
-Medusa...-musito.
-¡Oh! Veo que me conoces, querida-dice con su voz
esnob.
-Te he visto en sueños-digo aún apuntando a su pecho y
con la vista clavada en el suelo.
-¿Y aún no te has quedado, de piedra al verme? ¡Ja, ja,
ja, ja! ¡He hecho un chiste! ¿Lo has pillado? Espero que sí, porque varias
personas, muchas, diría yo, creo que lo han pillado.
-Lo he pillado a la primera, Medusa-digo intentado que
mi voz suene firme. Miro a sus pies y veo que éstos se mueven de un lado a
otro, pero no cerca mía.
-Tu voz sonará firme y seria, sin miedo. Pero en el
fondo lo estás-dice y se acerca a mí y con un dedo me toca la parte del pecho
donde está el corazón.-No me has visto.
-No hace falta ver tu... belleza-digo intentando
destacar en la palabra belleza.
-¿Soy bella?-pregunta.-¡Uy, no me digas esas cosas que
me sonrojo! Me gustaría ver tus ojos... ¿de qué color son? ¿Son grandes o
pequeños?
-No te importa, quieres verme muerta. ¿Quién te manda?
-¡Esos modales! ¿Sabes que colecciono estatuas? Tengo
de mujeres y hombres mayores, pero, qué pena, no tengo de ninguna adolescente.
Y creo que no vienes sola. ¿Dónde están tus amigos? Creo haber visto al chico,
con sus preciosos ojos claros y a tu amiga, con esos ojos también claros. Pero los
tuyos no los he visto.
Me quedo muda, no voy a contestar a las cosas que dice.
Quiere que levante la cabeza y le vea.
-¡Annie! ¡Annie!
-¡Tus amigos! ¿Se van a unir a la fiesta? ¡Yo quiero!
Dices que estás aquí o los petrifico a ellos-amenaza.
-No servirán de nada tus amenazas.
-Como quieras, iré a buscarlos.
No, no, eso será mucho peor.
-¡Vale, vale! Lo digo.
-Mejor, grita-dice.
-¡Jerome! ¡Nina! ¡Estoy aquí!-grito.
-Gracias por llamarlos, serán dos más para mi
colección.
-¡No! ¡Eres una asquerosidad para el mundo!
¡Monstruo!-le grito con la vista baja.
Me arrepiento de lo que he dicho y ahora se empeora las
cosas, no sé lo que va a ocurrir, no tuve el sueño completo.
-¡Annie! ¡Estás aquí!-dice Jerome, que debe de estar
detrás de Medusa.
-¡Cierra los ojos!-grito y veo los pies de Medusa, que
se giran y mira a Jerome.
Levanto la cabeza y disparo hacia la espalda de Medusa
que cae electrocutada. Le he echado un rayo de nivel bajo, así que no acabará
muerta como el cerdo de la piscina. Salgo corriendo hacia Jerome y lo agarro
por la muñeca mientras le echo un vistazo a Medusa y caigo en algo importante.
A parte de que Medusa se retuerce y algunos pequeños rayos salen de su
cuerpo...
-¡El Cinturón de Afrodita!-grito y lo señalo con el
dedo.
Tiene el Cinturón amarrado en la cintura como si fuese
un cinturón normal.
-¡No nos queda tiempo!-me dice Jerome.
-Sí, sí que nos queda-digo y saco otro rayo, lo cargo
en el arco y se lo echo a Medusa, que ahora se retuerce más que antes.-Dos
seguidos. ¿No debería de estar muerta?
-A Medusa, la única forma de matarla es cortándole la
cabeza-anuncia Jerome.
-¿Ahora me lo dices?-digo enfadada.-Hazlo, por favor
Jerome saca su espada y le lanzo a Medusa un tercer
rayo. Está boca abajo en el suelo y se retuerce rápidamente, se hace una bola o
gruñe de dolor. Jerome se separa de Medusa y quito la vista de lo que va a
hacer ahora.
-¡No! ¡Ella os lo hará pagar!-oigo a Medusa y después,
silencio.
Oigo la espada de Jerome caer al suelo y yo mantengo la
vista donde la tenía. Jerome se acerca a mí y me abraza y yo le rodeo con los
brazos por la cintura.
-Ya ha pasado todo...-me tranquiliza.
Me encanta :3
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