Aquí tenéis el capítulo 8, porque posiblemente este fin de semana no pueda subir ningún capítulo, aunque lo intentaré, posiblemente, el domingo :3 Espero que os guste, este capítulo es lo que se dice de "relleno" xD
Capítulo 8: No cámaras
Estuvimos casi una semana
intentando buscar al vampiro jefe, a quien encontramos detrás de un contenedor
de reciclaje escondido. A punto de matarlo, Josh tuvo una idea y lo
encarcelamos en una habitación y mediante un micrófono y nosotros en una
cabina, le íbamos preguntando a cerca de su supremo. El hombre pálido o se
encogía de hombros o bien miraba al suelo y no contestaba, hasta tal punto en
que miró a la luz roja de la cámara de vigilancia, abrió la boca y se partió la
lengua de un mordisco. Tuve que ir al cuarto de baño a vomitar por tal cosa que
había hecho. Tras el suceso, no le pudimos preguntar nada, fue entonces cuando
lo matamos
Las mañanas aquí son frías
pero bastantes alegres. Da igual a la hora que me levante, siempre voy a ver a
gente por la calle andando o haciendo cualquier otra actividad. Es una ciudad
muy activa.
Nada más levantarme, me
voy hacia la cocina en pijama y me pongo a desayunar. Me uno en la mesa con Cat
y Niall, y más tarde aparece Josh y se une a nosotros.
-Buenos días-nos dice
Josh.
Le dedico una sonrisa
mientras se sienta junto a mí. El desayuno pasa tranquilo. Tras vestirme y
prepararme, me voy a la entrada (ya conozco bien el edificio) y espero a Cat,
para hacer la ronda de vigilancia. Tras unos minutos de espera, Cat llega
volando por los pasillos y se pone de pie junto a mí. Me pide perdón por la
tardanza y me encojo de hombros. Cat puede parecer muy poco amigable, pero si
le caes bien, puede ser abierta contigo. Eso sí, es algo callada y siempre está
protestando o refunfuñando, pero es una buena amiga. Tras dividirnos la ciudad
por partes, ella echa el vuelo y yo me voy andando por las calles. Ya no me
sorprende que la gente te mire, se pare y te haga una foto con un móvil o una
cámara. Ahora que lo recuerdo, me toco el bolsillo del uniforme y veo que tengo
el iPod donde estaba el vídeo de la otra Noa. No sé si debería de ir a buscarla
o al menos, conocer a esa tal Billy y a ver qué podríamos hacer… La sola idea
de no hacer nada por ella, imaginarme que le están haciendo algo (aunque a
penas la conozco…) me hace enfadarme, así que cuando giro una esquina y me topo
con un grupo de la televisión, me detengo y los miro.
-¡Noa, Noa!-grita la
presentadora mientras hace un gesto a la cámara que empieza a
grabarme.-Especialmente, a la gente que nos ve nos interesa saber si ahora
mismo tenéis algún problema en especial, porque cuando estuvieron los vampiros,
sólo aparecían Niall y Josh. ¿Dónde estabais Cat y tú?
Trago saliva. Vaya panda
de cotillas…
-Yo fui la que capté a los
vampiros y uno de ellos me mordió. Cat estuvo pendiente de mí, por eso no
aparecíamos ninguna de las dos.
-Te vemos rara
últimamente, como si no conocieses a la ciudad. ¿Te gusta estar aquí o aún no
sabes manejarte bien?
La pregunta me hace dudar
un segundo.
-No, bueno, quiero decir
que… Sí me gusta estar aquí-digo y necesito una mentira:-pero últimamente me
suele doler la cabeza y a veces pierdo la orientación.
-¡Vaya! ¿Y eso?
Otra mentira más.
-Mi cuerpo tiene una
temperatura más baja que la de un humano, mi sangre es el doble o el triple de
fría que la vuestra.
-Por eso eres capaz de
crear hielo…-dice pensativa, supongo que sí…-Más preguntas.
-Hacerlas al hielo-le digo
y pongo la mano sobre la lente de la cámara y la congelo.-Adiós.
Me escabullo fácilmente de
la televisión y me alejo andando tranquilamente, aunque siento que tienen sus
miradas clavadas sobre mi espalda. Valiente porquería de personas Harta de
andar, se me ocurre un truco y extiendo los brazos hacia el suelo y a medida
que ando, voy creando delante de mí un camino de hielo y empiezo a patinar
sobre él. Cuando termino de pasar un trozo, éste se derrite y desaparece.
Decido hacer un poco de ejercicio y empiezo a saltar sobre los coches y bancos
que hay en la acera, patinando sobre mí camino de hielo. Me detengo en un
parque tranquilo, donde hay parejas sentadas en el césped y en algunos bancos,
besándose o admirando el paisaje. O bien, abrazados. Cuando empiezo a pasear
hacia delante para ver cómo está la zona, algunos se alejan hacia un puesto de
alquiler de barcas que hay para montarse en una y pasear por el lago que hay.
Una fuerte ráfaga viene
justo ahora y levanta un poco de arena y papeles del suelo. La ráfaga de aire
empieza a soplar fuerte y cierro los ojos hasta que pase. Oigo unos gritos que
provienen del lago y salgo corriendo hacia allí, a pesar de la tierra que hay y
llego al lago. La gente está tumbada sobre sus barcas para que no se vuelque.
Me acerco al borde del río y lo congelo. El viento cesa justo cuando el río se
termina de congelar y la gente sale espantada de sus barcas y se van a tierra
firme. Me dan las gracias y sólo soy capaz de encogerme de hombros. Un hombre
bajito, rechoncho y casi calvo, vestido en chándal y con algunas cadenas de oro
alrededor de su cuello, se acerca a mí.
-¡¿Qué has hecho con mi
negocio?!-me acusa gritándome
-Cálmese…-le digo mientras
sigue hablando.
-¡Por culpa tuya, ahora no
se podrán alquilar barcas y remar sobre el río porque está helado! ¿Me entiendes?
¡He-la-do!
-Vale. ¿Y? ¡Va a volver
dentro de unos minutos, imbécil!-le grito y entrecierro los ojos a prueba de
mirada asesina.
El hombre se da media
vuelta y se marcha y yo hago lo mismo. Pasando junto a un árbol, mi vista capta
un reflejo y busco algo que haya dado ese reflejo.
Lo encuentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario