Aquí os dejo el capítulo 9, que desde el 26 no he subido ningún capítulo (a parte del capítulo de Diario de una Nefilim). Pues nada más, espero que os guste este capítulo ^^ No olvidéis comentar :D ¡Por cierto! En este capítulo aparece un nuevo personaje, pero su nombre no aparece hasta el siguiente capítulo, así que hasta que no publique el 10 no tendréis el personaje nuevo en la correspondiente página del blog ("Conoce los personajes"). Besos!
Capítulo 9: Un ser especial
Se ve claramente: un
objeto verde esmeralda de forma ovalada está casi enterrada completamente en la
tierra. Me acerco al objeto y veo que está caliente y algo en su interior
palpita, aunque no con mucha fuerza. Lo cojo con cuidado. Pesa lo suyo y brilla
bastante, parece una joya. Podría llevármela al edificio y ver qué es,
romperla. La cojo entre mis brazos como si tuviese a un bebé. Uso
teletransporte. Con el iPod mando un mensaje a Cat (que tiene un móvil o algo)
y en menos de quince minutos, ya está conmigo. No se asombra al ver que tengo
algo entre las manos, así que directamente nos vamos hacia dentro y nos
reunimos en un salón pequeño. Josh lo toca y frunce el ceño.
-¿Sabes algo?
-No he visto nada igual en
mi vida. Es como una joya.
-Eso pensaba yo.
-¿Y si fuese el siguiente
ataque?-pregunta Cat.
-Probémoslo-dice Niall,
que se acerca con un martillo.
-¡Ni se te ocurra!-le
digo, aunque lo iba a hacer yo…
-Demasiado tarde, se me ha
ocurrido-dice y estrella el martillo contra la piedra.
No se rompe la piedra,
sino el martillo. Me quedo extrañada al ver tal cosa. Tras varias decisiones,
me quedo con la piedra (ya que la he encontrado yo) y en caso de que advirtiese
peligro, acudiría a los demás.
Al llegar la noche y
después de terminar de cenar, me voy a mi dormitorio y me meto en la cama, con
la piedra esmeralda. Tengo sueños sobre el interior de la piedra, que aparece
un bebé humano (imposible), un elfo o un duende… O incluso otra yo. Me
despierto algo pasmada cuando un rayo de sol me da en la cara y estiro las
sábanas por la parte donde estaba la piedra.
¡¿Qué?! ¡La piedra está
hecha añicos! ¡Se ha roto! Busco rápidamente alrededor de mi habitación y al
ver que no encontraba nada, quito primero los restos de la piedra, que paso a
llamarla huevo, porque es un huevo (supuestamente). Busco desesperadamente por
todos los cajones, bajo la cama… Me pongo en el centro de la habitación y pongo
los brazos en jarra. ¿Por dónde miro? Cierro los ojos y tomo aire lentamente.
Al abrirlos veo bajo una sábana del suelo (la pensaba lavar estos días…) un
bulto moverse hacia arriba y hacia abajo, de forma lenta y pausada, una
respiración. Me acerco con cuidado, aguantando la respiración y a paso lento.
Cuando quito la cama con sumo cuidado,
me quedo sorprendida. Un dragón de color verde, pequeño, duerme
tranquilamente. Me arrodillo junto al pequeño ser. Es la cosa más fantástica
que he visto. Me quedo contemplando al pequeño dragón que se ha puesto a toser
un momento y de la nariz le ha salido un poco de humo negro. El dragón se
despierta abriendo sus enormes ojos grandes de un negro intenso, que empiezan a
mirarme. Se pone como puede a cuatro patas, con las alas entorpeciéndole hasta
que se cae, pero las levanta hacia arriba y con un pequeño esfuerzo, se levanta
y me mira con una pequeña sonrisa. Le acaricio la cabeza y el pequeño dragón
empieza a mover alegremente la cola de un lado a otro. Tiene unas garras que
parecen ser muy fuertes y unas finas membranas recorren sus alas verdes. Tiene
unas escamas de color verde. Lo dejo de
acariciar y lo cojo con cuidado entre mis brazos mientras nos vamos a la cocina
a desayunar. El dragón es pequeño cuando lo suelto en el suelo de la cocina, me
llega un poco más bajo que por la rodilla, pero seguro que irá creciendo,
aprenderá a volar y a echar fuego de la boca. El dragón no se aleja de mí, pero
cuando me voy con un cuenco de cereales a la mesa donde ya están los demás
desayunando, parecen quedarse sin aire. Cat me mira y después se queda con la vista
clavada sobre el pequeño dragón verde, Josh se queda con la boca abierta y a
Niall se le cae la cuchara al suelo.
-¿Un dragón? ¿En
serio?-dice Cat.
-Sí. Ha salido del huevo.
-Hay que matarlo-dice
ella.
-Ni se te ocurra pensarlo.
-Pues lo he pensado. ¿No
te das cuenta de que una vez que crezca, atacará sin control?
-¿Y si es una ayuda? ¿Y si
nos puede ayudar una vez que crezca?-digo.
Nos quedamos en silencio,
desayunando.
-No tengo ganas de
desayunar. Me voy a dar una vuelta-digo mientras me levanto.
El pequeño dragón me sigue
hasta la entrada. Lo cojo de nuevo en brazos y deambulamos por las calles de la
ciudad. Hoy todo parece normal: la gente se va a trabajar, los niños al
colegio, los negocios toman su turno de trabajar… Nos detenemos en el parque donde encontré
ayer el huevo y nos sentamos en unos bancos que hay.
-Una vez que crezcas-le
digo al dragón aunque no me entienda.-Te enseñaré a volar y a echar fuego por
la boca-digo mientras me lo pongo sobre las piernas y él me sonríe enseñando
sus pequeños dientes puntiagudos.
-Hará un buen trabajo-dice
una voz a mis espaldas.-Te he seguido.
-¿Siempre haces eso?-le
digo a Niall.
-Te voy a ayudar a
enseñarle todo lo que has dicho-dice mientras se sienta junto a mí.
-Gracias-le digo mirando
al pequeño dragón que le dedica al chico una tímida sonrisa.
-Bueno, y… ¿ya le has
puesto nombre?
No hay comentarios:
Publicar un comentario