Ya el puente! Estos días tendréis varias noticias de cine y varios capítulos ^^
Mientras, para celebrar que es jueves y mañana es puente, aquí os dejo un capítulo :3
Disfrutadlo, y no olvidéis comentar please!
Capítulo 13: Bien encaminados
Nos relajamos.
Josh ha aparecido y parece malherido.
Tiene algunos rasguños por la cara y le falta una parte del
pantalón del muslo derecho, que tiene la carne levantada. Hago una mueca y él
se acerca a nosotros.
-No sabéis lo desesperado que he estado estos días, es como estar
dentro de un armario y no salir.
Lo ponemos al día; el plan, Helen (y nuestra relación con ella)...
y poco más. ¿Qué le decimos? ¿Hola llevamos aquí días atrapados y buscando a
los demás? Seguro que ahora con Josh todo saldrá mejor, él es el cabeza del
grupo, ¿no? Siempre lo ha sido. Le damos un poco de comida que Niall encuentra
cerca mientras Snowfall le cura un poco con el frío la herida.
-Me gusta vuestro plan-comenta mientras come un plátano.-Los
otros, como decís, deberían de hacer lo mismo o ya están esperando. ¿Quién
queda?
-Daniel, Cat y Dragnus-digo y al decir el nombre del dragón se me
atropella en la garganta.
-Cat es lista, debe de haber ido hacia allí; a Dragnus me pareció
verlo a unos kilómetros más allá-dice señalando hacia el oeste-cerca de un río,
pero no me atreví a acercarme porque no estaba seguro, me encontraba mal, mi
cabeza daba vueltas, no sabía lo que veía. Creo que tiene allí una guarida o
algo.
-¿Y de Daniel?-pregunta Snowfall, quitándome la pregunta de
la boca. Josh niega con la cabeza.-¡¿Ha muerto?!
-No, que no sé qué es de él. Debe de estar deambulando por ahí.
Dejamos que pase este día, Josh necesita reponer fuerzas. Me
pregunto qué estará ocurriendo en el barco. ¿Por qué no han enviado un servicio
de rescate? ¿Creen que estamos muertos? ¿Creen que no los necesitamos? ¿Se
habrán marchado y nos habrán abandonado? Me tapo la cara con las manos mientras
me duermo.
Al día siguiente nos ponemos de nuevo en marcha, pero dejamos a un
lado nuestro plan y nos vamos hacia la montaña, pero no vamos a subir a la
cima, sino que nos quedaremos por los alrededores por si alguno de los miembros
restantes del grupo que aún no está con nosotros anda cerca de la montaña.
Caminamos.
Caminamos...
Y caminamos.
Andamos varios kilómetros y a paso ligero. En un momento de
nuestra caminata, Snowfall que va junto a mí se para, echa la cabeza hacia
atrás y estornuda. Su estornudo es como un ronquido pero de un sonido suave y
al estornudar, echa la cabeza bruscamente hacia abajo. Luego sacude la cabeza y
el cuerpo.
Me encantan como estornudan los dragones, nunca los he visto mucho
hacerlo, pero son graciosos. Los dragones pueden parecer peligrosos y fieros,
pero depende del dragón, puedes cogerle cariño y tratarlo como un amigo y sus
típicas características graciosas.
-Noa-me llama tras unos minutos más de andar-deberíamos
de pararnos y decidir por dónde tirar.-Frunzo el ceño.-Es que, ante me
entró... arena por la nariz. Y hace un poco más de calor, ¿lo notas?-niego
con la cabeza. Tanto ella como yo sabemos que no podemos sudar. Bueno,
concretamente poder sí, pero es difícil. La dragona hace un gesto con la cabeza
y me señala a Niall. Lo miro: suda un poco. Las gotas de sudor le perlan un
poco los pelos de la nuca. Asiento con la cabeza.-Quizás haya una zona de la
isla un poco menos frondosa y con menos vegetación.
-¿Te refieres a un desierto?-pregunta Helen.
-¡Por ese motivo tenemos que pararnos! ¡No lo sabemos!-exclamo.
Parece dudar si creernos o no.
-Lo mejor que podemos hacer es cruzarlo si es un 'obstáculo' para
llegar a la montaña-comenta Niall. Frunzo el ceño. Tiene razón, si queremos
llegar a la montaña y tenemos que cruzar el desierto, lo debemos de hacer.-Para
ver dónde estamos, lo mejor es subir a un árbol alto y ver los
alrededores-dice.
-Yo subo-acepta Helen.
Se sube en la dragona y luego, ésta estira el cuello hacia un tronco
y la chica empieza a subir por el cuello con gran agilidad hacia el tronco.
Empieza a escalar hacia la copa del árbol hasta que la perdemos de vista.
No transcurre mucho tiempo cuando baja.
-Vamos bien encaminados, si es que lo podemos llamar así-dice pegando
un salto hasta el suelo.-Si seguimos hacia delante, tendremos el desierto.
Sería lo mejor porque, no es muy grande desde ahí arriba y luego veo la ladera
de la montaña.
-¿A qué esperamos?-pregunta la dragona mirándome con una
sonrisa y una mirada pícara.
Seguimos caminando, sobre la dragona y recorremos algunos
kilómetros hasta llegar al desierto. Es como si cruzásemos una puerta de
repente, pues los límites están bien definidos entre ambas zonas: un bosque o
jungla, como lo queramos llamar, lleno de vegetación pro todos lados y animales
de aquí para allá donde contemplar el cielo estrellado es difícil por las
noches. Y el desierto. Aparece tal cual, sin árboles ni animales. Y el calor.
Aprieta, el sol está en lo alto y el cielo está totalmente despejado. Todos
tragamos saliva. Estamos sedientos.
Quedamos en beber, creando un poco de hielo entre la dragona y yo
y derritiéndolo a la luz del sol en el desierto, sobre hojas. Todos beben con
ganas, incluso la dragona y yo que aunque no sudemos, nos cansamos y nos
deshidratamos. Y eso no es buena señal para nosotras, pues del frío que tenemos
en el cuerpo creamos el hielo. Cae la noche y dormimos en la zona no desierta,
para dormir un poco mejor. Por la noche, las temperaturas bajan
precipitadamente y el desierto se refresca bastante, así que dormimos bien,
aunque nada más estar a punto de amanecer, parece como si el sol estuviese en
lo más alto de su cenit y empieza a apretar, así que es normal que a eso de las
seis de la mañana o siete, ya estemos todos levantados del calor que nos llega.
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