El lunes 23 empezaré a publicar noticias de cine ^^ Mientras, lo que queda de finde, os dejaré capítulos ^^
¡Felices fiestas, hamijos!
Capítulo 17: Historias para dormir
-Fue un día de primavera. Iba por las calles de la ciudad de al
lado sólo por curiosear, me gusta ir. Había una tómbola que regalaba viajes y
siempre tocaba. Pasé de largo, pero el hombre de aquel puesto se fijó en mí.
Tenía una pinta rara, no me fiaba mucho. Pensé que lo de los viajes sería una
farsa. “¡Hey, deberías de probar! ¡Siempre toca, muchacho!”. Sus palabras no me
salen aún de la cabeza. Me acerqué al puesto, giré una especie de ruleta y por
un agujero que tenía, salió una bola blanca. Vi cómo el hombre tragaba saliva y
abría mucho los ojos. “¿Qué ocurre? Seguro que no me ha tocado nada... Sois
todos unos farsantes” le dije así de claro, pues el hombre aún estaba
estupefacto. Aquel hombre se agachó un momento y de debajo del mostrador sacó un
sobre blanco. Lo puso sobre el mostrado y se echó hacia delante para
susurrarme: “Te ha tocado uno de los mejores premios, pues sólo había una bola
blanca ahí dentro”.
>>Entonces, cogí el avión y me fui hacia
el hotel que indicaban los papeles que había dentro del sobre. En él venían los
billetes de avión de ida y vuelta y papeles del hotel que indicaban cómo iba a
ser mi estancia allí. Entonces llegué al hotel y me instalé adecuadamente.
Todos los días, tenía algo que hacer: una actividad como surf, escalada, etc. o
simplemente, nada y es cuando aprovechaba e iba a la piscina. Justo el último
día, fui a comprarme algún recuerdo. Había muchas cosas en la tienda y no me
decidía: camisetas, llaveros, tazas... y sólo me llamó la atención una cosa.
>>Estaba en unos estantes y había de
todos los colores. Gemas de formas perfectas y tenían grabadas el nombre del
pueblo y un poco más pequeño, el nombre del hotel. Había una, que mas tardé fue
el huevo de Snowfall, que no tenía nada grabado. “¿Por qué este no tiene nada
grabado?”, le pregunté al dependiente y él me contestó: “Esas gemas son traídas
de una isla lejana. Nosotros la grabamos aquí. Esa blanca, estaba demasiado
dura, por lo que me explicaron, pero la quisieron vender igualmente. Es
bastante bonita”. La compré, me la llevé a casa y justo cuando cerré la puerta,
la gema crujió y empezó a rajarse.
-Y así fue como nació Snowfall... Al principio, no sabía qué era, pero luego al darme cuenta de las
alas (ya un poco más crecida) me dije a mí mismo que era un dragón. Le llamaba
“pequeño”, pero cuando ella contactó conmigo, dijo que era dragona y no dragón,
así que le continué llamando “pequeña”. No sabía por qué nombre decidirme.
Muchos días más tarde, cuando ella ya me llegaba por la cintura y ya sabía
volar, me empezó a explicar que le gustaría aprender a desarrollar su poder.
Así que, no se sabe cómo, un día se colocó junto a mí y al bostezar, echó hielo
y congeló gran parte del suelo.
-Fue entonces cuando la llamaste Snowfall...
-”Caída de nieve”, una nevada.
-Nevada resalta más...
-Ella acepta que le digan las dos, ya que al fin y al cabo,
significan lo mismo-explica.-¿Y tú? ¿Cómo conociste a Dragnus?
-Fue algo sencillo. Estaba de vigilancia y tuve que hacer un “acto
de valentía” y hacer un pequeño rescate. Cuando acabé, junto a un árbol, vi
algo que resaltaba y brillaba desde lo lejos. Una gema de color esmeralda. Fue
en el parque central, por si lo preguntas.
-¿Y Dragnus? ¿De dónde viene ese nombre?
-Se me vino a la cabeza y se lo puse.
-Entonces, no tiene nada que ver con su poder-no
era una pregunta.
Niego con la cabeza.
-Le puse el nombre antes de desarrollar su poder. Hace pocos meses
que lo aprendió a usar. Mientras, en las luchas, se defendía con las zarpas y
la cola, y pegaba algún mordisco.
Nos quedamos en silencio y al cabo de unos minutos, dice
mentalmente:
-Bonitas historias para dormir. Suenan a leyenda.
-La tuya más que la mía.
-Ja, ja, eso he de admitirlo.
Frunzo el ceño, y paso de conversación para tan sólo hablar entre
los dos dragones, Daniel y yo.
-¿Creéis que vamos a salir de aquí?
Los dragones parecen ponerse nerviosos y se miran entre ellos dos.
-¿Qué ocurre?-pregunta Daniel.
-Tenemos un plan-dice Dragnus.-No se lo hemos contado a
los demás porque entre Snowfall y yo hemos roto las barreras mentales de Helen
una noche y hemos descubierto solamente que ella puede meterse en la mente y
que controla un poco de magia negra.
-¡Magia negra!
-Sí, Noa. Magia negra tal como leer la mente, curarse
instintivamente, venenar mentalmente y varias cosas más peligrosas. No sabemos
si tiene relación con Sombra, pero en cualquier momento, puede usar trucos
contra nosotros.
-Y, ¿ella sabe que os habéis colado?
-Sí. Nos tiene miedo, por eso no se acerca a nosotros. Aún no
hemos dicho nada a los demás, no queremos meter más problemas. Y quizás, sólo
quizás, Helen nos pueda servir de ayuda-explica la dragona.
-No sólo eso. Algunos de vosotros habéis desarrollado algún
poder más. Tú, Noa, ahora has empezado a tener la capacidad de leer la mente;
Josh de traspasar las cosas y Cat teniendo el aspecto que le de la gana. Sólo
faltáis Niall y tu-dice mirando a Daniel.-Voy al grano y ahora hacéis
las preguntas: Snowfall y yo estamos atrayendo un meteorito.
-¡¿Un meteorito?!-exclama Daniel, sin decirlo mentalmente y la
dragona le da un latigazo en la espalda con la cola.
-¡Calla, hombre! ¡No te dejes llevar por nuestras ideas!-le
reprime la dragona.
-Noa, con tu cambio, has producido algo en mí. Tenemos un lazo
tan fuerte entre nosotros que siento y cambio casi exactamente como tú. Por
eso, cuando has empezado a leer la mente, puesto que la mía ya sabía hacerlo,
he desarrollado un nuevo poder, que es mover las cosas. Telequinesis.-Sigue
Dragnus.
-Pero sólo ha hecho efecto en ti-comento.-¿Cómo que
Snowfall te está ayudando?
-Me ha pasado parte de su nuevo desarrollo-contesta
ella.
-¿Y cómo pensáis sacarnos de aquí? ¿Chocando el meteorito con
la isla?
Veo cómo los dos dragones sonríen a la vez y me miran.
-Exacto.
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