Esta tarde tengo que actualizar las páginas de los capítulos de esta historia y de la de Diaro de una nefilim, para que aquellas personas que hayan empezado a leer la historia más tarde de empezar a publicar, puedan entrar en esa página y clicar en el capítulo que quieren leer. En fin, aquí os dejo el capítulo, espero que os guste! :)
Capítulo 31: Carne
pordrida
Cat y yo andamos por los
distintos pasillos apuntando con las linternas a cualquier objeto que se mueva.
Los policías han venido al Hospital el Bueno porque unos médicos que hacían una
prueba de un medicamento nuevo, han fallado en el laboratorio y eso ha afectado
a los enfermos convirtiéndolos en...
Zombie.
Hemos quedado en no
quedarnos solos, así que vamos en parejas. Josh y Daniel juntos y Niall sólo,
pero invisible todo el rato y con la linterna, haciéndola invisible también,
aunque su luz no. Creemos que puede pasar desapercibido. Las luces del edificio
han sido todas apagadas ya que los médicos que han salido vivos creen que los
muertos vivientes se quedan en zonas de oscuridad. Sólo uno de los
supervivientes, ha visto a un zombie en acción, mordiendo a uno y el mordido
convirtiéndose directamente en un zombie. Además, andan a paso lento y tienen
el cuerpo hecho un asco.
Cat y yo andamos por todos
los pasillos, viendo todas las salas que no están cerradas con llave. Cada
esquina que giramos, nos miramos y cada puerta que abrimos igual. El problema
es que... no sabemos qué hacer.
“Llegaré al laboratorio,
intentaré hacer un antídoto y luego, que Daniel invoque un incendio. Esas cosas
del techo, saltará expandiendo el antídoto que yo meteré en el depósito”-dijo
Niall.
“Mientras, buscad a los
supervivientes que hayan y matad a pocos zombies posibles”
Fue el plan. Dragnus y
Snowfall andan por los alrededores por si algún zombie del edificio sale o
algún superviviente.
Mi compañera y yo andamos
muy calladas. Nos paramos en una esquina y contemplo las alas de Cat, que han
cambiado un poco; ahora son más alargadas y le llegan al menos por las
rodillas, y son más altas que ella. Ahora, son de un color celeste y no del
color casi blanco que tenían el primer día que la vi. Son tranquilas y parecen
suaves, aunque nunca me he atrevido a tocarlas conociendo el carácter de la
chica. Deben de ser bastantes pesadas, incluso las de Dragnus y Snowfall
parecen más ligeras, teniendo que aguantar el enorme peso de un dragón. Aún
así, las alas de Cat son majestuosas.
Suspiro y asomo la cabeza
por la esquina. Le tengo temor a cosas así. Recuerdo un verano en el que me fui
un día a casa de mi primo y jugamos a un juego de muertos vivientes de la
consola Play Station 2, creo, aunque no recuerdo el nombre del juego. Consistía
en ir por una ciudad abandonada y salir de allí esquivando a los zombies que
aparecían. Yo siempre pegaba un pequeño sobresalto cuando mi personaje se daba
media vuelta y en la pantalla plasma de mi primo salía la cara fea de un
zombie; o cuando girábamos una esquina o abríamos una puerta. El juego tenía
unos gráficos muy bien hechos.
Me quedo paralizada ante
lo que veo tras esa esquina. Una manda de zombies chocándose entre sí, con la
piel negra y una peste a carne podrida estaban ahí de pie. No sé cómo no pude
vomitar ni lo horriblemente que les había sentido aquel fallo en la
investigación de un medicamento nuevo, pues a cada zombie o humano muerto, le
faltaba algún ojo, una oreja o incluso la lengua. Siempre me he preguntado el
por qué esta ciudad es así. ¿Por qué los ciudadanos pueden ser dañados durante
ataques, pero luego vuelven a la normalidad? Y ¿por qué nosotros acabamos con
el ataque y nuestras heridas no desaparecen y nos hacen sufrir? Es horrible. En
mi otra vida no pasaba esto, que yo recuerde. Iba a las clases, volvía a casa,
hacía mis tareas escolares y estudiaba y me encargaba de... De... ¿de qué me
encargaba? Era algo importante y algo del barrio al que pertenecía. Mi memoria
falla, pero no me importa, el grito de Cat me devuelve a la realidad.
-¡Noa, corre!-me grita
casi a pleno pulmón mientras mueve sus alas rápidamente pero sin echar a volar.
Hay poca altura para hacerlo y sus alas no tienes espacio para desplegarse.
Los zombies, a paso lento
nos persiguen, pero se atropellan unos con otros y se empujan. Además, vienen
más.
-Apaguemos las
linternas-le digo a Cat.
-¡No, boba! ¡No veríamos!
-Hazme caso-le digo y
mantengo contacto inmediatamente con Dragnus.-No te alarmes, tenemos a una
manada de zombies. Vamos a apagar las linternas, pero está demasiado oscuro.
¿Podrías dadnos tu vista de dragón a las dos?
-Vale, pero sólo mejorará
un poco. Veréis al menos la silueta de las cosas-explica
y a los pocos segundos, ya tengo la vista de Dragnus.
Cat empieza a quejarse de
la vista que tiene, pero se lo explico todo mientras corremos por los pasillos
con las linternas apagadas. Nos paramos en seco: otra banda de muertos
vivientes anda hacia nosotras, pero estos a paso más ligero que los otros que
nos seguía (¿nos siguen aún?). El sonido del pequeño walkie talkie de Cat suena
y ésta lo coge.
-Ya he preparado el
antídoto-dice Niall.-He avisado a Daniel de que dentro de unos minutos haga un
pequeño incendio. Corto.
-¿Qué hacemos? Corto.
-Empezarán a pitar y en
menos de un segundo tendréis el antídoto sobre vuestras cabezas. Os recomiendo
que protejáis vuestras narices y bocas, no creo que sea muy seguro respirar el
vapor que esparce mientras sale el antídoto en líquido. Corto.
-De acuerdo,
corto-finaliza Cat y acto seguido, me coge de la muñeca.-Sígueme, no tenemos mucho
tiempo. Conociendo a ese panoli hará un incendio antes del tiempo que le ha
dicho Niall.
-Eh, Daniel es un buen
chico y seguro que lo hace bien-le digo un poco molesta por lo que ha
comentado.
-¡No tenemos tiempo!-dice
mientras tira más de mí y me conduce por pasillos hasta llegar a una especie de
pequeño almacén y empieza a rebuscar en todos los lugares.-¡Sería de gran ayuda
que me ayudases a buscar unas mascarillas!-me dice y me quedo quieta.
-Retira lo que has
dicho-le digo.-¡Porque hayas roto con él no indica que sea un panoli como tú
dices!
-¡Noa!-me dice mientras me
mira con furia. Un sonido irrumpe en la sala y miramos al techo, donde sale
agua y un poco de vapor.-¡Rápido, no respires y ayúdame a buscar algo para
taparnos la boca y nariz!
Empiezo a rebuscar por
cajones y armarios, aguantando la respiración tapándome con el brazo la boca y
parte de la nariz, al menos, sirve un poco. El vapor (que más bien parece un
gas) empieza a afectar a mi cerebro y la vista se me vuelve normal, que hasta
entonces usábamos la de Dragnus. En el fondo de mi cabeza, oigo un gruñido y
toser a alguien: Dragnus. También le afecta porque yo he estado usando uno de
sus poderes. El gas o vapor para de salir y el agua también, pero en la pequeña
habitación sigue habiendo. Paramos de buscar y Cat abre directamente la puerta,
aunque los pasillos también están igual que la habitación. Me asusta ver a un
zombie que aparece nada más abrir la puerta y que parece gritar sin hacer
ruido. El color de carne humana le empieza a tapar su piel de muerto y la oreja
que le faltaba le empieza a salir. Poco a poco se va pareciendo a un humano
hasta que se convierte totalmente y se derrumbada... ¿desmayado? Al ver antes
al zombie que ya es humano, pegué un grito ahogado y tomé una bocanada de aire,
sin querer. La vista me va fatal y Cat se ha derrumbado ya, pero sigue un poco
consciente y está sentada de rodillas, pero se cae.
Ha sido culpa mía. No
pudimos buscar antes porque entretenía a Cat para que perdonase lo que dijo
sobre Daniel.
Y me derrumbo sintiéndome
culpable.
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