Siento mucho la espera, sé que os ha dejado con intriga el capítulo 2, pero esta semana he estado a tope de deberes y he tenido que estudiar mucho. Marvin anda igual, no sé gran cosa de él estos días, parece que no existe ni nada xD
Siento la espera, aquí os lo dejo ^^
¡Ah! Quería deciros que, ¡por fin he acabado de escribir Diario de una Nefilim!
Capítulo 3: Fuegos artificiales
-Vete. No quiero saber nada. Lo que he visto es real, no tienes
nada que explicar-le digo de mala gana.
-Pero tienes escucharme antes-me dice poniéndose en pie fuera de
la cama.
Paro la música y le miro. Su mirada se ha vuelto más oscura y pide
perdón, pero no le voy a hacer caso. Me pongo los auriculares alrededor del
cuello y me pongo en pie, dejando el libro sobre la mesa y agarrando el iPod
con una mano y mirando la mesa, de espaldas a él, que sigue pidiendo que le
escuche.
-¡No quiero saber nada!-le contesto.-¡Es tú vida y puedes hacer
con ella lo que quieras, ya que es tuya!-exclamo y me sale una lágrima de
rabia.-¡Yo he visto eso, ¿no?! ¡Pues eso se queda grabado en mi cabeza a fuego
vivo! Ahora, ¡vete!-le digo señalando la puerta.
Él frunce el ceño y con excitación me dice:
-¡Pues bien! ¡Tú lo has querido!-dice y sale de la habitación
pegando un portazo y con la cara roja.
Los hombros se me caen y una calma se expande por mi interior.
¿Qué he hecho? No es ése el punto al que yo quería llegar. He sido una estúpida.
Paso el resto del día en mi habitación, tirada en la cama y yendo
sólo al servicio. No me he presentado en la comida ni en la cena. Por la noche,
me quedo dormida bajo las sábanas. He notado a bien entrada en la noche, una
respiración cercana, pero no he querido abrir los ojos. Por la mañana, no me
despierto hasta bien tarde, ya casi cerca de comer. La barriga me ruge y no
tengo más remedio que pedir comida, así que por un teléfono que hay en la
habitación, llamo al servicio del barco y en pocos minutos, me han traído la
comida de hoy. Cuando llamas, te toca la comida que te toque, no es bufé libre.
Lo que me traen no es más que una sopa de verduras en un cuenco, una pieza de
fruta y un filete, acompañado de un refresco. No es gran cosa, pero al menos es
algo y por no ver a Daniel me ha parecido una idea bastante buena llamar al
servicio de katering. Después de comer, veo que con eso se me ha llenado la
barriga, así que me hecho una pequeña siesta, que es interrumpida por las
palabras de Dragnus.
-Ayer no te vi durante todo el día y no tampoco estás
apareciendo. Hay gente preocupada-me comenta.
-Ya lo sé, pero no puedo verle.
-Sí quieres recuperarte, lo harás, pero esta noche lanzarán los
fuegos artificiales y te quiero ver con los demás disfrutando del espectáculo.
No me gusta ver a fans tuyos poniéndose tristes porque no aparecen-me
dice y tiene un poco de enfado en la voz.
-Vale, iré, pero déjame tranquila-digo, él gruñe y se acaba
la conversación.
Se acerca la noche de forma rápida y me pongo una ropa que he
traído conmigo, al menos, para ser un poco más formal en este espectáculo. Me
pongo unos vaqueros azules y una camiseta blanca con rayas naranjas en las
mangas. De calzado, me pongo unos botines blancos. Oigo pasos recorrer los
pasillos y niños gritando felizmente. Me pongo frente a la puerta, suspiro y la
abro.
Ya en el exterior, la gente se coloca junto a una barandilla y
hablan tranquilamente. Distingo a los dragones a lo lejos, apoyados en sus
patas traseras y con las alas desplegadas.
-Te he visto. Tienes que disfrutar del espectáculo, te animará,
aunque no estés cerca de los demás. Ponte junto a mí si quieres-me invita.
-No, gracias, me pondré sola en la proa.
-Como quieras, pero voy a estar vigilándote, que conste.
Me pongo en la proa, pero no al borde y me siento en una caja de
madera que hay y espero a que llegue la medianoche, que no quedan más que
quince minutos. Se oyen voces de lejos, será el capitán hablando, luego unos
fuertes aplausos y en pocos minutos, empieza el primer fuego artificial que es
grande y de color verde brillante, que sale desde la popa seguramente. Salen
más de distintos colores: rojo, naranja, amarillo, azul, blanco... incluso de
tres colores a la vez o algunos que salen disparados muy altos y suenan como
truenos en lo alto del cielo. Cada vez que explota uno, deja un poco de humo en
el cielo, pero no es gran cosa y no tiene importancia. Veo destellos en la zona
de en medio del barco y pienso que le estarán dando bengalas a algunas
personas. No llevaremos ni quince minutos y el espectáculo me está pareciendo
bastante animado y bonito.
-Hola-dice una voz a mi espalda y no me molesto en girarme, sino
que me quedo mirando el cielo y la sonrisa que me había aparecido en la cara se
va. Se sienta junto a mí en la caja y me separo un poco.-Quería pedirte perdón
por lo de antes.
Le miro directa y luego miro al suelo.
-No, lo siento yo por no haberte dejado hablar.
-De acuerdo, ahí no pongo quejas. ¿Te explico?-me pregunta y
asiento levemente con la cabeza.-Te vi de lejos y pensé que te apetecería
bañarte un rato, así que nos bañamos. De repente te pusiste muy... coqueta, me
sonabas de algo, pero no a ti, sino a otra persona y habías cambiado de
personalidad. Entonces fue cuando me pillaste. Luego me di cuenta de que no eras
tú, pero era exactamente igual a ti.
-No te preocupes, muchas fans se habrán convertido en mí y te
habrás liado-comento encogiéndome de hombros.-Pero aún así, lo siento. No me
tuve que haber puesto de tan mala leche.
No dice nada, pero se levanta y empieza a empujar la caja hacia
atrás con bastante fuerza. Le miro y veo que me lleva hacia la punta de la
proa. Al llegar, vuelve a sentarse pero detrás de mí abriendo las piernas y
encajándome entre ellas.
-Lo veremos mejor-comenta mientras me pasa sus brazos por la
cintura y me abraza.
Me deslizo hacia abajo y apoyo la cabeza sobre su hombro y él hace
lo mismo sobre el mío. Observamos los fuegos artificiales que estallan en el
cielo. Ahora aparecen más y todos se lo pasan bien, todos salen contentos.
Daniel empieza a besarme por el cuello despacito y luego llega a mis labios.
Todos salimos contentos
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