Bueno, pues tras muchísimo tiempo sin subir un capítulo, aquí os lo dejo ^-^ ¡Y siento la inactividad del blog! D: Por cierto, este capítulo, se lo quiero dedicar a mi bicho, Paloma, que hoy es su cumple yyyyy bueno, quería felicitarla también por aquí n////n
Capítulo 22
Golpeo el cristal con todas mis
fuerzas, nadie me detiene y consigo tambalear el cilindro y caer al suelo con
fuerza y logra que una parte se ropa. Desde dentro, ruedo en el cilindro y la
parte pequeña que se ha roto la voy rompiendo más hasta que consigo romper un
buen trozo. Despliego las alas y salgo del cilindro, pero no lo he tenido que
hacer, los cristales puntiagudos de la parte que sigue unida al cilindro me
cortan un poco, pero no me importa, soy libre. Varios nefilim se han movido
hacia mí, pero Roland ha negado con la cabeza para que no me detengan.
Me
acerco con paso decidido a Dan.
-¡No
puedes hablar de lo que han hecho ello al obligarlos!-le grito y Dan me mira
sorprendido.
-Eres
libre-dice en un susurro y se acerca a mí para darme un abrazo (¿y un beso?)
pero alzo el vuelo y lo esquivo.-¿Qué haces?
-¡Elegiste
por mí!-le digo.-¡Cuándo me dijiste que te gustaría que me uniese a esto,
acepté! ¡Pero era una especie de trampa! ¡Al aceptar, entré en este bando
cuando a lo mejor, yo no quería!
-Nunca
hemos hecho eso. Ni yo ni nadie como Gabbe, Jack o Arriane.
-¡Mientes!-digo
y aterrizo.-Elegiste por mí.
No
puedo evitarlo y una lágrima sale y aparece y se resbala por mi mejilla.
-Entonces,
¿estás diciendo que yo elegí el bando por ti? ¿Crees eso?
-Sí,
creo eso y lo peor es que pienso que tu me quieres para que esté de vuestro
bando.
-Eso
jamás lo haría. No juego con los sentimientos.
Miro a
Roland, que observa a Dan fijamente.
-Sabes
que te puedes ir-me dice Dan.-Pero si te vas, quiero que sepas que no elegí
bando, aún no has elegido por si no lo sabes y además, quiero que sepas que aún
te quiero, y no es una farsa.
No
contesto, simplemente salgo volando y me alejo mientras oigo a Cam carraspear y
decir un “seguimos”.
Me
alejo de allí. Y me poso en las ramas de un pino que sigue vivo y que, es raro,
pero me extraña. Me seco las lágrimas que han salido por el camino. Me enfado
con Dan por el pasible que ha sido cuando le he dicho que ha elegido por mí y
el resto de las cosas que le he dicho. Me siento cruel, lo he dejado tirado
ahí. A saber que es lo que estarán haciendo ahora, debería de haberme quedado
allí y haber apoyado a mi bando. Pero Dan ha dicho que no he elegido aún.
Si es
así, le digo tanto al Cielo como al Infierno que elijo al bando del Cielo. No
sería capaz de vivir en el bando de Lucifer. Quiero ser quién soy y no cambiar
mi actitud por nada en el mundo. Roland ha tenido que cambiar. Él no quería
estar en el bando de Lucifer, a él sí que le obligaron y yo veo a Roland más
feliz sin bando que en el bando en el que está.
Meditar
todo esto hace que una corriente caliente me pase por las alas y una luz blanca
salga de mi pecho. Una leve luz, como la de una cerilla al encenderse. Noto mis
alas activas y energéticas. Me noto bien, no noto mi enfado.
¡Es
cierto! ¡No he elegido bando! ¡Dan no ha elegido por mí!
Ahora
sí que sí. Yo acabo de elegir el bando tras pensar todo esto. Contemplo mis
alas, que ahora no son blancas con un tono celeste en las puntas, sino que son
blancas totalmente, blancas como si hubieran salido de una lavadora y tienen
las dos últimas capas de un color
plateado. Son espléndidas.
Debo de
pedir perdón a Dan y ahora sí que debería de unirme a ellos. Antes no elegí.
Ahora sí.
Alzo el
vuelo y vuelvo con ellos.
Pero
algo va mal, mi instinto no suele fallar.
Al
llegar, todo se ha vuelto una batalla con ángeles volando y peleando con otro.
Algunos se han escondido en los árboles e incluso tienen las alas plegadas o
pegadas al cuerpo, a modo de protegerse.
El
corazón se me para al ver un cuerpo pequeño y menudo, un cabello castaño como
el mío y unos ojos que no se están quietos, que mira para todos los lados,
nerviosos y asustados.
Airan.
Me
acerco volando como una bala hacia ella, que está sentada en la rama más alta
de un pino y se muerde las uñas.
-A mamá
no le gusta que te comas las uñas-le digo justo en frente de ella, que gira la
cabeza nerviosa.
-¡Doona!-exclama
y se echa a llorar mientras se echa sobre mí y me abraza.
La estrecho
entre mis brazos y contemplo sus alas, que son como las mías pero adaptadas a
un nefilim joven (y a su altura) y de un tono dorado pálido.
Sin
soltarla, de mis brazos nos alejamos un poco del lugar para que me hable
tranquilamente.
Nos
paramos en una piedra gris oscura que sobresale del suelo y que se puede ver
los puntos plateados, dorados y otros desde aquí.
-¿Qué
ha pasado cuándo me he ido?-le digo secándole las lágrimas.
-No
sé... yo estaba al final de mi bando y no sé cómo, se empezaron a oír los
gritos de Cam unidos a los de Dan y luego... empezó...-empieza a gemir.-No lo
sé. Ha sido todo muy rápido.
-Chist...-La
estrecho de nuevo en mis brazos. No puedo creerme que mi hermana sea un nefilim
del bando de Lucifer, todo este tiempo... ¿Es cómo yo, desde que nació? ¿O es
una de los que se han convertido?-¿Cómo que eres nefilim?-le pregunto cuando ya
está más tranquila.
-Salía
del colegio para irme a casa sola y una chica, Vicky, me llama y me pide que la
escuche un momento. No tenía más remedio porque, no sé, irradiaba confianza. Me
llevó a un callejón y me mostró sus alas y me explicó que era un ángel caído y
que si quería ser como ella.
>>Al principio no la creía, pero
luego me dejó tocar sus alas y ver de dónde le salían. Me enseñó más cosas como
un poder que tiene que consiste en controlar a las sombras de un objeto o
cualquier cosa. ¡Hizo un unicornio con la sombra de un coche! Entonces, me
preguntó si quería ser nefilim, medio humana medio ángel y acepté.
-¿Qué
te dice mamá con los desconocidos?
-¡Ya lo
sé! Pero me daba un aire de confianza. Yo sólo quiero volver a casa. Quiero
irme y dejar de ser nefilim...
-¿En
serio?
-Bueno...
esto de tener alas he de decir que mola, pero... quiero volver a ser humana. ¿Y
tú eres nefilim de verdad?
-Sí, a mí
no me convirtieron.
-¿Cómo
me lo puedes haber estado ocultando todos estos años?
Me
encojo de hombros. Las palabras de Airan me tranquilizan y me recuerdan a la
hermana que es, un poco asustadiza pero en el fondo valiente. Si es cierto que
quiere volver a ser humana, lo será.
-Airan,
tienes que hacer una cosa. Por mí.
-De
acuerdo. ¿De qué se trata?
-Vuela
hacia el norte, sin acercarte a la pelea que se está formando-digo señalando en
la dirección que le he dicho.-Encontrarás una casa, que es la de mi bando.
Entra allí que habrá algunos como yo, nefilim con poderes curativos y di que, a
pesar de ser del otro bando, eres hermana de Doona y que eres conocida de Dan,
di que quieres volver a ser humana, pero que esperen a que lleguemos.
Le
empieza a temblar el labio inferior.
-¿Qué
harás tú? ¿Vendrás conmigo?
Niego
con la cabeza.
-Tengo
que hacer algo antes. Luego nos encontraremos.
-¿Me lo
prometes?
Le doy
un beso en la frente y seguidamente la estrecho entre mis brazos y le susurro:
-Te lo
prometo.
Hola, acabo de descubrir tu blog y me gusta mucho-mucho. Así que ya te sigo, este es mi blog, sería genial que me siguieras de vuelta.
ResponderEliminarhttp://somosabracadabrantes.blogspot.com.es/
Nada más, me quedo por aquí cotilleando.