Capítulo 23

Hola lectores!^^

Aquí os dejo el siguiente capítulo (23).
Siento la espera, pero es que siempre se me pasa subirlo, para ser sincera xD
Estos días intentaré tener más cuidado y subiré más uvu

Capítulo 23

 

Tras ver cómo mi hermana se alejaba en el aire en dirección norte hacia la casa, decido volver al punto de partida, donde dejé a Cam y a Dan hablando tranquilamente. O al menos parecían que hablaban así. A pesar de sentirme orgullosa y con satisfacción en el cuerpo por haber elegido bando, no significa que sea ángel. Un nefilim se queda nefilim, a pesar de haber elegido bando.

Llego al lugar donde se está produciendo la batalla, si es que se le puede llamar así realmente, y nada más pisar el suelo, alguien se me echa encima.

-¡Abajo nuestro bando!-grita.

Clavo los ojos al nefilim que está sobre mí, con sus pies en mis hombros. Tiene los ojos de color avellana y su pelo es rizado.

-¿Doona?

-¿Delly?

Delly, mi buena amiga, que por todos estos años ha estado pasando por humana, ahora resulta ser nefilim. ¡Y del bando contrario!

-¿Qué haces aquí?

-¿Qué dices? Desde siempre he sido nefilim-espeta y me muestra sus alas de color cobre oscuro.-No me imaginaba que tu serías eso.

-Yo tampoco.

-Ni las demás.

-¿Las has visto?

-Sí, pero no les he echado cuenta-comenta y se quita de encima mía mientras me extiende una mano para ayudarme a levantarme.

Pero ya no confío tanto en ella, no cuando es una de mis amigas y nunca me ha contado esto. Aunque yo tampoco lo haya hecho. 

Tampoco debo tratarla así. Ce y Naty han hecho lo mismo. De todos modos, me levanto por mí misma y no acepto su mano.

-Contigo haré lo mismo. No sé lo que tramas al volver aquí tras haberte ido antes, pero haré como si no te hubiese visto y no te hubiera conocido-explica y luego, se da media vuelta y se marcha.

Frunzo el ceño y giro sobre mis talones, pero dos nefilim se me echan de nuevo encima y gritan mi nombre.

-¡Te dábamos por muerta!-exclama Naty.-Pero sigues viva.

-Al menos, a vosotras os algrea verme-comento triste, pero a la vez alegre.

-¿A qué te refieres?

-De vosotras pensaba que no vendríais a buscarme porque no os dejaría salir, pero de Dan...

-¡¿Qué dices?! ¡Preparamos algunas cosas para salir en tu búsqueda! Pero Dan nos pilló in fraganti. ¿Sabes? Los amigos son como las estrellas; a veces no las ves, pero sabes que siempre están ahí-dice Ce y con el dedo índice me toca el corazón.

Le sonrío, pero vuelvo al tema.

-¿Dan?-pregunto.

-Claro. ¿Sabes que no ha dado clase? Estaba súper preocupado por ti y cuando daba clase, estaba como si estuviese en otro mundo. Cuando te marchaste antes, Dan le pidió a Gabbe que empezase a dar el antídoto a aquellos que quisieen ser de nuevo humanos, pero Cam se abalanzó sobre él y empezaron a pegarse, hasta que todos entramos en acción.

                        >>Pero antes de que Cam se abalanzase sobre Dan, se acercó a nosotras y nos dijo que no sabía de dónde habías sacado el tema ese de que él eligió por ti. Se puso más deprimido aún y más triste. Cuando se dirigió hacia Gabbe, le oí decir en susurros que quizás era una indirecta de que estabas rompiendo con él por no haberte ido a buscar-termina de explicar Ce.

Y ahora soy yo la que se siente deprimida y culpable por haber pensado así de mal sobre Dan.

-Tengo que buscarle-digo.

-¡Bien pensado!-exclama Naty.-¿Y qué le dirás? ¿”Lo siento, pensé mal, ¿me perdonas?”?

-Sí-contesto seria y alzo el vuelo en busca de Dan.

Toda la zona es un revoltijo de pocos ángeles y muchos nefilim luchando entre sí.

Hasta que lo veo.

Está ahí en medio quieto y esquivando golpes que otros le intentando dar. Aterrizo a unos metros de él y nada más verme con las alas quietas, se asombra y sonríe triste y creo verle una lágrima resbalando por las mejillas. Nunca le he visto así. No se mueve, me acerco andando tranquilamente hacia él. Pero algo desde el aire me echa hacia el lado. ¿Nunca me dejarán tranquila? Delly atacándome, Ce y Naty con los abrazos, y ahora Cam que me coge y no sé cómo, me rodea por la cintura y me pone mirando hacia Dan, con una...

-¡¡BASTA!!-grita Cam y me deja sorda durante una milésima de segundo.

Todos se detienen. Todos. Algunos se quedan flotando en el aire, otros tirados en el suelo y otros de pie. Todos miran hacia Cam y se quedan asombrados.

La punta roma de una flecha estelar está apuntándome hacia el pecho.

-Iros o ya sabes lo que hago-le dice Cam serio, pero noto que el brazo por el que me rodea la cintura le tiembla.

-Hum... Cam, tu brazo tiembla-le digo en un susurro y me acerca más la flecha al pecho.

-¿Decías?

No creo que me mate, pero si lo hace, ya no cumpliré lo que le prometí a Airan. No volveré y Dan también fallará lo que me dijo de que no me ocurriría nada.

-Déjala en paz, Cam, sabemos que no lo vas a hacer-dice la voz tranquila de Dan y parece que piensa en algo.-Vale. Os dejamos tranquilos si la sueltas. Nos vamos.

Cam se lo piensa unos segundos, por si ve que hay alguna trampa y cuando lo tiene bien meditado me susurra muy flojito en el oído:

-Lo siento si te ha molestado esto. Dan tiene razón, solo querías asustarlos.

Luego se guarda rápidamente la flecha estelar, me gira (haciendo que ahora le pueda ver) y me pega un fuerte empujón por los hombros. Doy unos pasos hacia atrás a punto de caerme, hasta que lo hago y me caigo de culo al suelo, cerca de Dan. Veo cómo el demonio me guiña un ojo con una sonrisa triste y que luego se marcha.

Cuándo todos los nefilim y demonios del otro bando se alejan y no son más que diminutos puntos surcando el cielo, Dan aparece junto a mí y me ayuda a levantarme. Antes de que pueda decir algo, me da un fuerte abrazo y yo lo rodeo por el cuello con mis brazos. Mi mandíbula inferior tiembla, así que la apoyo sobre el hombro y noto los dedos de Dan tocando mi pelo mientras su brazo que me rodea por la cintura me atrae más hacia él, a modo de que él sea un escudo para mí, se aferra para porque no me va a dejar esta vez que me quiten de al lado suya tan fácilmente.

Cuando me suelta, sólo soy capaz de decirle:

-Lo siento, tenías razón. No elegiste bando por mí, yo pensé mal.

-Tranquila. Todos cometemos errores.

-¿Por qué habéis dejado que se fuesen? ¿Por qué lo habéis hecho?

Dan me mira con una sonrisa de satisfacción.