Este es uno de los breves textos que os dije. Lo he llamado Querida mamá, que se basa (os cuento brevemente...) en una especie de carta que le hace una hija a una madre :3 La he pasado a dos personas para que me diesen su opinión y, la verdad, es que me han dicho que es triste y bonito el texto. Es un texto, o un corto (como a mí me gusta llamarlo) que se compone de 7 páginas en un word.
Para que no se haga la entrada muy larga, lo dividiré en tres partes o cuatro.
Simplemente, espero que os guste esta primera parte o primer trozo. En cuanto el ordenador me deje otra vez, subiré la segunda parte :3
¡No olvidéis comentar pls!
Pincha en más información para leer el trozo :3
Querida mamá:
Desde que te fuiste,
han pasado grandes cosas en mí. ¿Recuerdas cuando te fuiste? A papá le empezó a
ir mal el negocio, ya nadie quería llevar sus zapatos rotos, así que papá acabó
en la ruina. Él nos sostenía a las dos, al igual que tu venias contenta a veces
porque te habían pedido que hicieses algo, como aquella vez que la mujer te
pidió que le cosieses un vestido...
Desde que a papá le falló el negocio, tuvimos que vivir como
pudimos. No pagamos los impuestos y nos obligamos a vivir como pobres, en la
calle, pidiendo. Papá siempre me daba lo que conseguía, y apenas había para él
después. Siempre me animaba cuando yo estaba triste y le decía que íbamos a
morir.
La gente nos daba lo
que podía a veces, y los que nos conocían a veces nos daban un pan o alguna
pieza de fruta. Incluso alguna manta que ya no necesitaban.
Pero un día, llegó y fue horrible.
Papá me dijo que
iría a buscar algo para dármelo de desayunar, ya que la noche anterior no había comido nada. Cuando papá se fue, no volvió. Me dijo que me quedase en el sitio
donde estaba y no me moviese. Estuve ahí quieta durante dos días, y comía a
base de pedir y me daban cualquier cosa.
Al tercer día, papá no llegaba y pensé que me había abandonado
porque era una carga para él, pero por rumores, oí que había muerto.
Mamá, no lloré. Estaba tan débil, cansada y apenada por la vida
que tenía que las lágrimas desaparecieron una vez y no han vuelto a aparecer.
Pero echo de menos a papá. A ti también, no te preocupes.
Tenía hambre. Con
papá costaba trabajo comer, pero al menos comía. Yo sola no consigo nada.
Un día por la mañana, vi un puesto de fruta y el vendedor
hablaba con una mujer junto a su puesto, sin echar cuenta de éste. No tenía más
remedio que coger algo, porque me iba a desmayar en cualquier momento. Así que
me acerqué al puesto y cogí una manzana. Cuando iba a salir huyendo, al darme
la vuelta choqué con dos guardias y me atraparon. El vendedor, asombrado, se
acercó a los dos hombres y a mí y pidió que me soltasen. Le miré, y le tuve que
mirar de tal manera que al vendedor le tembló el labio y me miró de forma
tierna y apenada.
- Es mi hija-soltó-por favor, suéltenla.
Los guardias no se lo creyeron, claro. ¿Un vendedor con buen
aspecto y que se veía cuidado iba a ser padre de una niña sin padres y con
ropas que deberían de ser trapos? No.
Los guardias soltaron una breve risa y luego amenazaron al hombre con algo que no entendí muy bien. El señor me observó triste y frunció los labios, para después agachar la mirada.
Los guardias soltaron una breve risa y luego amenazaron al hombre con algo que no entendí muy bien. El señor me observó triste y frunció los labios, para después agachar la mirada.
Mamá, hay gente
bastante buena en el mundo, recuerda esto.
Los dos guardias,
aún agarrándome por los brazos, me llevaron a los calabazos. Nada más pasar el
umbral de la puerta, me llegaron sonidos de llantos, chillidos, voces... y olor
a sudor, a peste; olores y sonidos horribles que no quería oír (ni quiero)
nunca más. Los hombres que me tenían sujeta me llevaron en volandas entre
celdas, por las cuales las personas que había dentro sacaban sus brazos para
agarrar a los guardias, o incluso a mí. Me llevaron a unas celdas que estaban
más al fondo... donde había niños.
Me encerraron en una celda, donde también había otro chico,
mayor que yo, sentado y atado con cadenas a la celda. A mí me cogieron un pie y
ataron a mi tobillo unas esposas para luego atarme a una celda. Al menos, podía
moverme un poco.
y tu blog de manbius? y el de animal crossing?
ResponderEliminarPueeees, no sé a qué "blog de manbius" te refieres xD Sólo tengo este y el del Animal Crossing: nerea-of-animals.blogspot.com/
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