Hola! :D Siento mucho la espera U.U Aquí os dejo por fin el capítulo 14 y espero que votéis en la encuesta que he puesto ñ_ñ
Sii! Inauguración! Hahaha xD En este capítulo, mis tributos se dirigen a la Arena =/ ¿Qué ocurrirá? Chan, chaan e.e Espero que disfrutéis del capítulo :3
Capítulo 14
La pregunta me obliga a pensar una respuesta correcta, hasta que contesto:
-Sinceramente: pienso luchar, me da igual si muero, pero voy a luchar hasta el último segundo-digo, porque se me ha venido a la mente que debo parecer fuerte.-Hasra que no pueda más. Y no tengo ningún método de momento. Pienso que debo de conocer un poco más a los demás tributos-miento.-Entonces, me vendría alguna idea. Pero no creo que ocurra eso.
Suena el sonido que indica que se ha acabado mi tiempo en la entrevista.
-Vaya, qué pena. Se nos ha acabado el tiempo-dice Caesar.-Debbie, te deseo toda la suerte del mundo, demuestra lo que vales.
Doy las gracias y me salgo con rostro tranquilo, pero paso ligero para quitarme de aquí inmediatamente. Le toca el turno a Max, que pasa la entrevista de la manera más rápida posible, haciendo las respuestas más largas o cortas para que Caesar se quede sin preguntas (y es lo que consigue). Max y yo nos reunimos y vienen Amy y Clare y nos dicen que hemos estado maravillosos.
Volvemos a nuestra planta número 6 y nos vemos obligados a compartir ascensor con los tributos del Distrito 2, que nos lanzan unas miradas bastantes asesinas, por así decirlo. Pero también tienen algo de odio dentro. Max no se da cuenta, pero yo sí y Amy seguro que también. Los dos tributos se bajan en su planta y cuando nosotros llegamos a la nuestra, Amy y yo esperamos a que Max y Clare se alejen un poco. Amy me coge del brazo cuando me dispongo a salir del ascensor. Me aprieta mucho.
-Tienes que alejarte todo lo posible de ellos
-Has captado la mirada...
-La he captado.
-La has captado-repito.
-Además, si piensas como un profesional, os van a torturar si os atrapan. Sobre todo a ti, no le han gustado esa parte en la que le dices a Caesar: "Voy a luchar hasta el último segundo"
Sólo puedo asentir con la cabeza, así que lo hago, me libero de su mano en mi brazo y me marcho a mi habitación. Me ducho tranquila y me intento quitar el decorado que me ha hecho en la pierna, que es el que me cuesta más trabajo quitarme, porque el del brazo se ha quitado rápido. La zona frotada se me pone roja como un tomate y al secarme, me obligo a echarme crema hidratante que huele a áloe vera. Me pongo un vestido casi transparente y me tumbo en la cama y me obligo a pensar en lo que me ha dicho Caesar: debo pensar algún método para ganar y por otro lado, pienso lo que me ha dicho Amy, de alejarme de los profesionales del 2 (y del 1, claro). Me estrujo tanto el cerebro en busca de ideas, que el sueño acaba conmigo y me quedo dormida.
Por la mañana, me despiertan unos golpes procedentes de fuera. Me pongo un albornoz rojo y abro la puerta. Amy está otra vez en el efecto de la morflina y empieza a gritarme nada más verme
-¡¿Es que no te das cuenta de que todo el mundo te está esperando?! ¡El aerodeslizador ya ha aterrizado! ¡Tu eres la única que queda por montarse!-me grita y me quito algunas gotas de saliva que han caído en mi cara.-¡Despierta! ¡Espabila de una maldita vez, vaga!
-¡¿Y tu quieres hacer el favor de no gritarme y escupirme?!-le grito.
Ella se marcha murmurando algo de que los tributos de hoy en día ya no son los de antes.
Es mentira, lo noté en su expresión. Está preocupada por nosotros. Max y Clare vienen y me tranquilizan, aunque en verdad no estoy enfadada. Hago un gesto para que olviden lo ocurrido y me meto en mi habitación. Me voy al cuarto de baño y me echo agua en la cara. Al salir, me encuentro a Helena en mi habitación y me tira rápidamente unos pantalones largos de color gris oscuro, una camiseta de manga corta verde oscura (casi negra) y unos pantalones del mismo color que la chaqueta. De calzado, tengo que llevar unas botas de cuero negra. Al vestirme, ella me peina y me fijo que lleva el broche que le regalé. Me ha peinado con mi cola de siempre. Le doy un fuerte abrazo y salgo hacia el ascensor, y me reúno allí con Max. Subo la rampa y entro en el aerodeslizador. Un avox me indica con el dedo índice mi asiento y me ayuda a abrocharme el cinturón. Me ha tocado junto a Lennie y un chico del Distrito 10, creo. Katy y Jasón está delante mía, algo pálidos, pero da igual.
Me han visto, pero parecen ausentes, en su propio mundo mental. Un hombre, de pelo naranja chillón, con una bata blanca se acerca a mí.
-Extiende el brazo derecho
Lo hago y el hombre me sube la manga de mi chaqueta y luego me coge de la mano para que tenga el brazo firme y saca de su aguja un bolsillo. Me pongo algo nerviosa, nunca me han pinchado y pregunto qué es.
-Es un dispositivo de seguimiento. De esta forma, los Vigilantes te podrán encontrar en cualquier punto de la Tierra.
¿De la Tierra? Increíble. Me pincha en el antebrazo y me produce un dolor agudo, pero enseguida se me pasa. Noto que estamos en el aire y en pocos minutos, aterrizamos. Mientras los tributos van pasando, Lennie me susurra algo.
-Recuerda que seguiremos a Jasón.
Asiento con la cabeza y me bajo. Me meten en una sala y me quedo sentada en un banco a ver si aparece alguien antes de meterme en el tubo de cristal que me llevará directamente a la muerte. A la Arena. Pasan algunos minutos y entra Amy. Me pongo de pie y la abrazo tras unos minutos de mirarnos mutuamente.
-Te recuerdo los consejos: alejarse de la Cornucopia. Encontrar agua y comida lo más rápido posible. No separarse de los aliados.
-Veinte segundos.
Le lanzo una mirada a Amy y ella tiene preocupación. La abrazo de nuevo.
-Amy, promete que serás útil cuando estemos en la Arena.
-Lo intentaré.
-No. Lo prometes.
-Lo prometo.
-Bien...-digo.
Me meto en el tubo de cristal. Me quedo mirando a Amy y ella se encoge de hombros. ¿Por qué no sube? Voy a salir del tubo cuando las puertas se cierran y retrocedo del susto.
-Diez segundos-dice la voz de nuevo.
La plataforma sube y estoy muy, muy nerviosa. Ya están casi todos los tributos fuera, sólo quedan unas cinco plataformas vacías. Busco a Jasón con la mirada: es la prioridad. Encuentro a Lennie, que señala con un dedo a Jasón. Y a Max y Katy, que hacen lo mismo que Lennie. Miro a Jasón y me hace un gesto de tranquilidad. Tengo menos de veinte segundos para ver el paisaje...
Donde moriré.
Suena el sonido que indica que se ha acabado mi tiempo en la entrevista.
-Vaya, qué pena. Se nos ha acabado el tiempo-dice Caesar.-Debbie, te deseo toda la suerte del mundo, demuestra lo que vales.
Doy las gracias y me salgo con rostro tranquilo, pero paso ligero para quitarme de aquí inmediatamente. Le toca el turno a Max, que pasa la entrevista de la manera más rápida posible, haciendo las respuestas más largas o cortas para que Caesar se quede sin preguntas (y es lo que consigue). Max y yo nos reunimos y vienen Amy y Clare y nos dicen que hemos estado maravillosos.
Volvemos a nuestra planta número 6 y nos vemos obligados a compartir ascensor con los tributos del Distrito 2, que nos lanzan unas miradas bastantes asesinas, por así decirlo. Pero también tienen algo de odio dentro. Max no se da cuenta, pero yo sí y Amy seguro que también. Los dos tributos se bajan en su planta y cuando nosotros llegamos a la nuestra, Amy y yo esperamos a que Max y Clare se alejen un poco. Amy me coge del brazo cuando me dispongo a salir del ascensor. Me aprieta mucho.
-Tienes que alejarte todo lo posible de ellos
-Has captado la mirada...
-La he captado.
-La has captado-repito.
-Además, si piensas como un profesional, os van a torturar si os atrapan. Sobre todo a ti, no le han gustado esa parte en la que le dices a Caesar: "Voy a luchar hasta el último segundo"
Sólo puedo asentir con la cabeza, así que lo hago, me libero de su mano en mi brazo y me marcho a mi habitación. Me ducho tranquila y me intento quitar el decorado que me ha hecho en la pierna, que es el que me cuesta más trabajo quitarme, porque el del brazo se ha quitado rápido. La zona frotada se me pone roja como un tomate y al secarme, me obligo a echarme crema hidratante que huele a áloe vera. Me pongo un vestido casi transparente y me tumbo en la cama y me obligo a pensar en lo que me ha dicho Caesar: debo pensar algún método para ganar y por otro lado, pienso lo que me ha dicho Amy, de alejarme de los profesionales del 2 (y del 1, claro). Me estrujo tanto el cerebro en busca de ideas, que el sueño acaba conmigo y me quedo dormida.
Por la mañana, me despiertan unos golpes procedentes de fuera. Me pongo un albornoz rojo y abro la puerta. Amy está otra vez en el efecto de la morflina y empieza a gritarme nada más verme
-¡¿Es que no te das cuenta de que todo el mundo te está esperando?! ¡El aerodeslizador ya ha aterrizado! ¡Tu eres la única que queda por montarse!-me grita y me quito algunas gotas de saliva que han caído en mi cara.-¡Despierta! ¡Espabila de una maldita vez, vaga!
-¡¿Y tu quieres hacer el favor de no gritarme y escupirme?!-le grito.
Ella se marcha murmurando algo de que los tributos de hoy en día ya no son los de antes.
Es mentira, lo noté en su expresión. Está preocupada por nosotros. Max y Clare vienen y me tranquilizan, aunque en verdad no estoy enfadada. Hago un gesto para que olviden lo ocurrido y me meto en mi habitación. Me voy al cuarto de baño y me echo agua en la cara. Al salir, me encuentro a Helena en mi habitación y me tira rápidamente unos pantalones largos de color gris oscuro, una camiseta de manga corta verde oscura (casi negra) y unos pantalones del mismo color que la chaqueta. De calzado, tengo que llevar unas botas de cuero negra. Al vestirme, ella me peina y me fijo que lleva el broche que le regalé. Me ha peinado con mi cola de siempre. Le doy un fuerte abrazo y salgo hacia el ascensor, y me reúno allí con Max. Subo la rampa y entro en el aerodeslizador. Un avox me indica con el dedo índice mi asiento y me ayuda a abrocharme el cinturón. Me ha tocado junto a Lennie y un chico del Distrito 10, creo. Katy y Jasón está delante mía, algo pálidos, pero da igual.
Me han visto, pero parecen ausentes, en su propio mundo mental. Un hombre, de pelo naranja chillón, con una bata blanca se acerca a mí.
-Extiende el brazo derecho
Lo hago y el hombre me sube la manga de mi chaqueta y luego me coge de la mano para que tenga el brazo firme y saca de su aguja un bolsillo. Me pongo algo nerviosa, nunca me han pinchado y pregunto qué es.
-Es un dispositivo de seguimiento. De esta forma, los Vigilantes te podrán encontrar en cualquier punto de la Tierra.
¿De la Tierra? Increíble. Me pincha en el antebrazo y me produce un dolor agudo, pero enseguida se me pasa. Noto que estamos en el aire y en pocos minutos, aterrizamos. Mientras los tributos van pasando, Lennie me susurra algo.
-Recuerda que seguiremos a Jasón.
Asiento con la cabeza y me bajo. Me meten en una sala y me quedo sentada en un banco a ver si aparece alguien antes de meterme en el tubo de cristal que me llevará directamente a la muerte. A la Arena. Pasan algunos minutos y entra Amy. Me pongo de pie y la abrazo tras unos minutos de mirarnos mutuamente.
-Te recuerdo los consejos: alejarse de la Cornucopia. Encontrar agua y comida lo más rápido posible. No separarse de los aliados.
-Veinte segundos.
Le lanzo una mirada a Amy y ella tiene preocupación. La abrazo de nuevo.
-Amy, promete que serás útil cuando estemos en la Arena.
-Lo intentaré.
-No. Lo prometes.
-Lo prometo.
-Bien...-digo.
Me meto en el tubo de cristal. Me quedo mirando a Amy y ella se encoge de hombros. ¿Por qué no sube? Voy a salir del tubo cuando las puertas se cierran y retrocedo del susto.
-Diez segundos-dice la voz de nuevo.
La plataforma sube y estoy muy, muy nerviosa. Ya están casi todos los tributos fuera, sólo quedan unas cinco plataformas vacías. Busco a Jasón con la mirada: es la prioridad. Encuentro a Lennie, que señala con un dedo a Jasón. Y a Max y Katy, que hacen lo mismo que Lennie. Miro a Jasón y me hace un gesto de tranquilidad. Tengo menos de veinte segundos para ver el paisaje...
Donde moriré.
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