Capítulo 17

Hola hola tributos! :D

Aquí os dejo por fin el capítulo 17. Siento la espera, es que esta semana tenía tres exámenes (al final el cuarto lo han dejado para la semana que viene). Pero lo mano es que.... T^T La semana que viene también tengo exámenes, así que pasará como esta semana, que intentaré subir algún capítulo cuando pueda =/

En fin, que aquí os dejo el cap. 17. Espero que os guste! :)

Capítulo 17

Al llegar al suelo, Lennie se levanta y tiene los ojos rojos. Puedo haber llorado o puede  ser de que no ha dormido muy bien. Recogemos las cosas y apagamos el fuego a pisotones y echando arena encima. Nos ponemos en marcha de nuevo. Tras andar varios minutos, me fijo que hay algo o alguien tirado en el suelo entre los arbustos. Nos acercamos corriendo y nos damos cuenta de que es el tributo al que han matado. No hace mucho que sonó el cañonazo. Tiene una lanza clavada en la espalda y tiene la camiseta llena de sangre. Katy le arranca la lanza y se la queda como arma, le damos la vuelta al cuerpo inerte del tributo y comprobamos los bolsillos. Lo único que encontramos es otro cuchillo y se lo damos a Lennie, que no tiene nada para defenderse. Ella lo acepta, pero se ha negado varias veces, dice que lo suyo no son las armas. Dejamos el cuerpo sin nada y nos ponemos de nuevo en marcha.
-Deberíamos de tener una idea de dónde nos encontramos. Hay que escalar a un árbol alto y ver dónde nos encontramos-comenta Lennie.
-Yo subo-dice Max y escala a un árbol alto.
Max empieza a escalar y compruebo mis cuchillos. Por fin baja y nos cuenta.
-Si tiramos para el norte de nuestra posición, llegaríamos a la Cornucopia. Lo demás es todo bosque, excepto que si volvemos al campamento y tiramos en dirección contraria de la que hemos tomado para llegar aquí, iríamos hacia la montaña nevada.
Nos quedamos en silencio unos momentos y al final decidimos.
-Deberíamos ir a la montaña nevada. Llevamos horas sin beber. ¿Algo de agua?-pregunta Jasón y Max niega con la cabeza.-Por eso, los Vigilantes no han puesto río alguno ni lago ni nada, porque el agua debe de estar en la Arena, pero en otro estado que no sea líquido...
-¡Sólido! ¡La nieve!-exclama Lennie.-Buena vista, Jasón. Si cogemos nieve y la derretimos, habrá agua y es dulce-exclama ilusionada.

Tomamos la ruta y volvemos a los pocos minutos al campamento. Tomamos la dirección contrario. Creo que llevamos andando cerca de una hora y a algunos de nosotros ya le ha sonado la tripa. Decidimos parar para buscar algo y comer.
-Podríamos comer las galletas-comenta Max.
Niego con la cabeza y le explico que las galletas son en caso de emergencia. Nos separamos para buscar algún fruto o un animal, pero con la condición de no alejarnos mucho de la X que ha hecho Jasón  en la tierra con la espada. Miro cada árbol, cada arbusto y oigo un grito cerca a mí. Corro hacia el grito que suena fuerte y parece de dolor intenso. Me encuentro en un pequeño claro y a pocos centímetros me encuentro a Jasón tumbado en el suelo y encima de él a Lennie con un tridente en la mano. Lennie está de pie y tiene los pies encima de cada brazo y éste se retuerce. De manera rápida, cojo un cuchillo del bolsillo de mi pantalón mientras dejo preguntas de qué hace Lennie con un tridente, cuando nunca lo ha mostrado y por qué ha querido atacar a Jasón si es de su propio equipo. Le lanzo un cuchillo y éste se queda clavado en el costado de Lennie. La tributo del Distrito 3 produce un aullido de dolor y cae al suelo mientras se intenta sacar el cuchillo que le he lanzado. Jasón se pone de pie de manera lenta y Lennie se sienta en el suelo y se saca poco a poco el cuchillo. Ella hace un grito ahogado y se saca el cuchillo. Tiene las manos llena de su propia sangre. Saco otro cuchillo de mi chaqueta y antes de lanzarlo, digo:
-Lo siento, Lennie, nos has traicionado-musito y se lo lanzo.
Se lo clavo en el corazón. Lennie se desploma al instante y suena el cañonazo. Me lanzo corriendo hacia Jasón, que aún está tirado en el suelo. No se ha podido levantar y me arrodillo junto a él.
-¿Estás bien?
Lo que nos falta es que se vaya él también. Asiente con la cabeza y lo abrazo todo lo fuerte que puedo. En la camiseta, tiene un corte bastante largo. Saco de la maleta que llevo a la espalda las vendas y le quito la camiseta. Olvido su cuerpo y me concentro en la herida. No soy muy buena con las heridas, pero creo que sólo es un corte, así que le tapo la herida con las vendas y le ayudo a ponerse de nuevo la camiseta y la chaqueta y le ayudo a ponerse en pie.

Parece que puede andar, así que lo suelto y me voy hacia el cuerpo de Lennie y le quito los cuchillos, los limpio con unas hojas de un arbusto y recojo el tridente del suelo, que está a poco centímetros del cuerpo. Le paso el tridente a Jasón.
-Lo sabrás manejar, ¿verdad?
-Claro.
-Explica.
Suspira y empieza.
-Estaba recogiendo yo solo unas bayas de un arbusto y entonces, Lennie aparece de la nada, se echa sobre mí y me hace el corte con el cuchillo que le dimos. Se lo quito de un manotazo y entonces ella coge la postura en la que nos viste y saca de un bolsillo de su pantalón una especie de lápiz sin punta, pulsa un botón y se convierte en un arma. Me contó que su padre lo creó y se lo enseñó. Luego, dice que se lo pasó al mentor que tenía y éste se lo dio a uno de los Vigilantes para colocarlo cerca de la Cornucopia. Entonces fue cuando tu llegaste y la mataste, gracias.
-Era peligrosa.
Suspiro de alivio y llegamos al lugar de la X, Max y Katy están allí con las manos llenas de moras. Lo explico todo y ellos dejan su preocupación.
-Una menos-susurra Katy.-Sinceramente, no me fiaba de ella.
Tras un incómodo silencio, puedo meditar lo sucedido. Todo ha sido mi culpa, si no hubiese convencido a los demás para que Lennie se uniese a nosotros... Entonces pienso que los familiares de Lennie deben de estar furiosos conmigo, los Vigilantes lo habrán transmitido todo en directo, nos habrán grabado.
-Me siento culpable.
-No, al revés. Ahora queda una menos y habría muerto de todas formas, con o sin nosotros. Todo el mundo comete errores-me consola Jasón.