Bueno, siento la espera >< Dije que esta semana tenía muchos exámenes, pero ahora que tengo un ratito libre, os dejo un capítulo ^^
Disfrutadlo.
Capítulo 9: Helen
Me echo sobre la chica y caigo sobre ella. Va vestida con una
camiseta marrón de manga corta y unos pantalones cortos de color verde oscuro y
de calzado, lleva unos zapatos de senderismo marrones a juego con la camiseta.
La chica es ágil y me aparta de un fuerte empujón y me apunta a la cabeza con
una espada que tenía colgada de su pantalón.
-En pie-dice con voz dura y lo hago despacio.
-Sólo vengo a pedir ayuda. No vengo a hacer daño-digo mientras me
coloca la punta de la espada en el cuello.
-No me confío-dice y empuja un poco más.
En una milésima de segundo toco la hoja de la espada y queda
congelada. Ya no se puede usar, ya no hace daño.
-Confía en mí, por favor. Sólo quiero un poco de ayuda.
Su rostro muestra dureza y poca confianza hacia todo.
-Convenceme y te podré ayudar. ¿Cómo has hecho eso, quién eres y
qué haces aquí?
-Me llamo Noa y soy... especial. Tengo poderes, exactamente el de
la congelación-digo y no le voy a decir el de leer el pensamiento, es entonces
cuando seguro que no me ayudaría.-Un tipo nos ha metido aquí.
-¿Nos?
-Sí. Aquí estamos otros seis más, dos de ellos dragones. Mi
propósito es buscarlos a todos y salir de aquí, pero lo que quiere Sombra...
-¿Sombra?-pregunta.
-Sí, el que nos ha metido aquí. Lo que él quiere es que uno de
nosotros, el primero, llegue a la cima de la montaña, que será el ganador
mientras los otros mueren. No tengo nada más que contarte.
La chica duda un momento, pero al final asiente y me dice:
-Te puedo ayudar, Noa. Me llamo Helen-dice, se guarda la espada y
extiende una mano y se la estrecho.-Dentro de pocas horas va a oscurecer, en
marcha.
Andamos durante horas, parándonos en un río a beber. No me fío
mucho de la chica, pero mientras me pueda ayudar a buscar a los demás, mejor.
No le he intentado leer la mente, así que cuándo me ofrece unos cocos para
beber (a parte de agua) y unos plátanos para comer, le intento leer el
pensamiento.
No lo consigo, su mente es fuerte como la de Dragnus, pero no
tanto. Estoy cansada y sin energía para leerla, así que ya lo haré en otro
momento. Le he pedido a Helen que me cuente algo sobre qué hace ella aquí y si
ha visto a alguien.
-Me encerraron aquí, llevo cerca de tres meses. Desperté
aquí-dice, y entonces, noto que su mente baja la guardia y me cuelo en ella.
Miente. Aquí la han encerrado, pero no ha despertado aquí, conoce a Sombra,
guarda relación con él.-¿Qué haces?-me pregunta y me doy cuenta de que la estoy
mirando atentamente.
-Lo siento, estoy cansada y me tengo que mantener
despierta-miento.-Pregunto de nuevo: ¿has visto a alguien?
-No, pero el otro día hay cerca de la playa a algo o alguien con
una respiración muy fuerte. No me atreví a acercarme.
-No te preocupes. ¿Crees que era... grande?
-¡Enorme!-exclama, pero noto un poco de mentira en su voz. No debe
de estar asombrada.
-Entonces me imagino quién es-digo, pensando en los dos dragones.
La noche pasa tranquila, hemos dormido bien, pero creo que Helen
me ha estado observando durante un tiempo a lo largo de la noche. A la mañana
siguiente, me despierto con un olor a quemado y me siento rápidamente sobre el
suelo.
-Despierta-llamo a Helen y se coloca en la misma posición que yo
en un santiamén.-Huele a quemado-le comento y ella respira el aire.
-¡Quítate!-me grita mientras veo como una bola de fuego viene
hacia nosotras. Doy un giro por el suelo y me pongo en pie mientras veo como
las llamas empiezan a pasar entre los árboles sin quemarlos y se dirigen hacia
nosotras.-¡Por aquí!-me dice y me hace un gesto para que la siga.
Salimos corriendo de allí. Una bola se dirige hacia nosotras y
grito “¡Al suelo!” mientras las dos lo hacemos a la vez. Seguimos corriendo.
Las llamas nos persiguen como si fuesen nuestras propias sombras. No queman los
árboles, por lo tanto deben de ser artificiales. Corremos más rápidas y nos
detenemos en un lugar. Helen se sienta exhausta y echa la cabeza hacia atrás.
Me monto sobre una roca de bastante altura y contemplo que el fuego se ha
detenido y desaparece dejando humo en el cielo. Oigo un pequeño grito agudo y
miro a Helen: tiene el antebrazo rojo, quemado. Helen se muerde la mano del
brazo sano para aguantar un grito, pero no puede y en ve de hacerlo, suelta una
palabrota. Me acerco a ella y le toco la herida.
-Alivia-me dice y asiento con la cabeza.
Le pongo una fina capa de hielo muy resistente alrededor del
antebrazo quemado y se pone rápidamente en pie.
-Las llamas ya no se acercan-le digo.-Descansemos.
Ella se sienta y se toca despacio la capa de hielo. Me doy cuenta
de que estamos a pocos centímetros de la playa (otra vez) y le veo.
Su pelo rubio brilla bajo el sol y le da un toque más oscuro. Su
uniforme está rajado por la manga y contempla el mar tranquilo.
-Niall.
Parece haberme oído, pues cuando musito su nombre se gira y me ve.
No puedo reprimir salir corriendo hacia él, cruzar el bosque y abrazarlo
fuertemente. Él hace lo mismo y me estrecha entre sus brazos.
-Te he encontrado-le susurro.
-Creí que no encontraría a nadie.
Me separo de él y veo cómo Helen se acerca a nosotros.
-Niall, te presento a Helen. Helen, éste es Niall, un compañero y
tiene el poder de la invisibilidad-presento. La chica sólo se limita a asentir
con la cabeza.-¿Qué te ha pasado en el brazo?
-Una especie de oso me cogió en plena noche y me arañó. Me libré
fácilmente de él. ¿Sabías que los osos tienen un excelente olfato? Sobre todo
si sólo has visto agua salada y no te has bañado en unos días.
No puedo evitar reírme.
-Cuenta.
-Vale, desperté en la playa y lo primero que hice fue adentrarme
en la isla tras ver el mensaje de tierra. Los otros, si han sido listos, no se
habrán acercado a la montaña. Estarán deambulando por ahí en busca de los
demás-dice y me fijo en que parte de la mejilla derecha la tiene también un
poco arañada.-Ahora que somos tres, deberíamos de buscar a los demás. He hecho
sobre esos árboles de ahí, un lugar seguro cubierto de hojas. Podríamos
descansar un poco.
-Deberíamos de ponernos en marcha. Si queréis buscar a los demás
debemos de movernos-comenta la chica que hasta ahora no había hablado.
No me fío de ella-oigo el pensamiento de
Niall y lo miro. Yo creo que tampoco. Si es verdad que guarda relación con
Sombra, no creo que éste le haya encerrado aquí a propósito. Pero es la única y
posiblemente ayuda que tenemos.
Por ahora.
-¿Para qué quieres ponerte en marcha?-le pregunto y ella se pone
tensa.
-Si queréis encontrar a vuestros amigos, es mejor movernos que
quedarnos quietos-dice.-Por cierto, ¿cómo sabes qué árbol es el que tienes
preparado?-pregunta a Niall. Evita el tema.
-Fácil...-le corta un sonido. Un dragón.-Luego lo explicaré.
Salimos corriendo.
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