Aquí os dejo un capítulo más, espero que os guste y no olvidéis comentar!! :DD
Capítulo 19
Cam me encierra en el cuarto de
baño de las chicas con la ropa que saqué, champú y un peine que él mismo saca
de la bolsa. Luego se va. Me ducho tranquila. El cuarto de baño es una
habitación algo grande con unas cuantas duchas (diez, más o menos) y unos
bancos junto a las paredes. Dos retretes y tres lavabos grandes con espejos. Me
meto en uno del rincón y cierro la puerta de cristal oscuro y cuando el agua
sale caliente, me meto bajo el chorro y me enjabono bien hasta que me quedo a
gusto. Me froto bien la sangre de la cabeza, aunque no la vea y la de las
manos. También despliego las alas y las mojo, a pesar de que en la ducha no hay
suficiente espacio, pero las mojo igualmente. Salgo enrollada en una toalla
blanca con las alas desplegadas y totalmente mojadas, chorreando. Las sacudo
rápidamente, me seco y me pongo ropa interior que he sacado también limpia.
Luego me pongo los pantalones cortos que me quedan bien, el vestido-camiseta
que tiene la parte del pecho en puntas hacia arriba y por detrás no y que me
queda como una camiseta grande y es ceñido a la cintura. Me pongo los zapatos Converse.
Sin olvidarme de la muñequera negra con la estrella plateada, que me la pongo
en el brazo derecho, por debajo del codo. Me gusta ahí. Me seco el pelo y noto
que las alas se me secan rápidamente también. Me lo cepillo y lo noto un poco
más largo, casi por la cintura.
Me
acerco a la puerta para ver si está abierta. Y si lo está, pero con Cam
fuera.
Me guía
de nuevo a la habitación en la que estaba atrapada antes de que Maug me sacase.
Y lo primero que veo: una cámara de vigilancia en la esquina superior izquierda
de la habitación, en la pared de en frente. Además, han puesto un cristal en la
ventana en vez de los barrotes.
-Blindado-dice
señalando al cristal. Me lo suponía.-Te vigilan-lo he visto-te graban, mejor
dicho.
Gira
sobre sus talones, y se marcha, pero vuelve a entrar, sólo se asoma y me dice:
-Ah,
casi se me olvidaba. Toma-y me lanza el pequeño paquete negro.
Se
marcha definitivamente y me quedo con “qué rapidez” porque se lo quería decir.
Han sido rápidos en hacer todo esto.
Me tiro
en la cama de colchón duro y suspiro y contemplo el paquete negro, que luego
pongo bajo la cama. El cielo a través del cristal empieza a ponerse oscuro, las
oscuras sombras de la noche se acercan. Llaman a la puerta y me tapo la cara
con la almohada. Oigo la bandeja en el suelo y me suena la barriga. No había
notado que tenía hambre. Me levanto de golpe, no soportaría ver ahora de nuevo
la cara del demonio de ojos verdes, pero no lo puedo evitar y lo miro.
Error.
Es
Roland.
-Me han
contado lo que has hecho hoy-comenta cuando cojo la bandeja y me siento de
nuevo en la cama y empiezo a comer. Es pasta con atún, un vaso de zumo y un
poco de pan.
-Ah,
¿sí?-digo, sin saber qué decir al respecto.
-Me ha
parecido valiente, pero parece que Cam se ha mosqueado un poco con lo que has
hecho.
-Que
haga lo que quiera.
Roland
contempla el cristal y silba.
-Blindado.
Interesante.
-Sí.
-Además,
los de fuera no te pueden ver, pero tú a ellos sí-lo miro.-Lo sé porque esos
cristales así son de un color gris claro y que se confunden con transparentes.
Hay un
silencio que me pone los pelos de punta.
-¿Roland?-lo
llamo y gira la cabeza hacia mí.-¿Cuándo vamos a tener esa batalla?
-Charla-me
corrige. ¡Estoy harta de que lo hagan!-Cam quiere hacerlo pasado mañana.
-¿En
serio?
-No te
miento.
Me
quedo fascinada. ¿Pasado mañana? ¡Es genial! ¡Podré salir de aquí! ¡Veré a Naty
y a Ce! ¡Y a Dan! Bueno, no me hace mucha ilusión, pero es él y según su buen
amigo Roland me quiere. ¿Pues cómo que no ha venido a buscarme?
Termino
de comerme la comida de la bandeja, ilusionada principalmente por salir de aquí
y se la doy a Roland, que se marcha con ella.
Nada
mas irse, me quito la ropa y la guardo en la bolsa negra donde tengo la otra
ropa guardada. No me gustaría que la ropa que me ha regalado Dan se arrugase
mucho. Me meto en la cama de colchón duro y me quedo mirando el techo, al menos
la almohada es blanda.
Mirando
el techo, me imagino en esa “charla” junto a Cam, atada por las muñecas
mientras mi bando me miran con preocupación o intentando hacer algo. Me imagino
a Cam y a Dan hablando tranquilamente; Dan intentando convencer a Cam para que
deje que el antídoto que ha preparado Gabbe se lo tomen los nefilim
convertidos, para que vuelvan a sus casas olvidando todo lo que han visto y han
aprendido durante estos meses.
Y todo
acabando, todos felices y yo pidiéndole a Dan una explicación de por qué ha
hecho esto, si me quiere de verdad y pidiéndole que me pida al menos perdón o
diga un leve “lo siento”.
Algo
así de fácil. Sencillo y rápido, que Cam tenga razón cuando llama a esta
disputa una “charla”. No es mucho pedir, ¿verdad?
Y así, me quedo dormida,
pensando en pasado mañana, en dentro de unas cuantas horas.
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