Tras estos días de inactividad (lo siento mucho, pero es que he estado entretenida con otras cosillas xD) os dejo un capítulo. Y ahora, para no dejar al blog con inactividad (porque estoy segura de que pasará -.-) programaré noticias de cine y más capítulos :3
Quería deciros por adelantado de que Diario de una Nefilim, está historia mía, está dividida en dos partes: la primera, de 25 capítulos y la segunda, de 10 capítulos + epílogo.
Simplemente, espero que os guste este capítulo, el penúltimo de la primera parte ^-^
Clic en más información para leer el capítulo :3
Aquí tenéis a Sebastian Michaelis, mi futuro mayordomo e.e JAJAJA |
Capítulo 24
-Pues, verás, un chico que no
conoces y que cuyo poder es ver acciones que ocurrirán, ha dicho que tu
saldrías sana y salva de esta-eso explica por qué no ha venido a buscarme-y que
además, yo le diría eso a Cam porque, ha visto algo que no sale detalladamente,
pero que pronto necesitaremos la ayuda de ese bando.
-Ah.
Eso explica varias cosas-digo, pero otro asunto importante se me pasa por la
cabeza.-Airan.
-¿Qué?
-Mi
hermana. Estaba en el bando de Lucifer, era una nefilim convertida, le dije que
fuese a la casa y que esperase allí mi llegada-Dan me mira extrañado.-Quiere
volver a ser humana.
No
perdemos el tiempo, cojo a Dan de la mano y alzo el vuelo arrastrándolo
conmigo, apenas le da tiempo a mover sus alas cuando yo lo sostengo y lo llevo
conmigo. Pronto coge mi ritmo y entre los dos volamos a cada aleteo varios
centímetros, haciendo que llevemos una gran ventaja a los demás, varios metros.
Veo la casa y me suelto de la mano de Dan.
-No va
a pasar nada, Doona, no sé por qué tienes tantas prisas-me dice cogiéndome de
nuevo de la mano.
-Porque,
imagínate: una demonio nefilim y que no llega ni a los doce años, con seis o
siete nefilim que hay allí metidos. ¿Qué crees que le harían?
-¿Creerla?-dice
irónico mientras seguimos volando.
Suspiro
y niego con la cabeza.
-A mí
me parece que no.
Llegamos
a la casa varios segundos (¿o minutos? El tiempo en el aire se me pasa rápido)
y entramos directamente en la puerta, sin esperar a que lleguen los demás. Me
quedo quieta, justo en la entrada. No sé dónde está esa “enfermería” que han
preparado. Al aterrizar lo he hecho un poco brusco y me he tenido que soltar de
la mano de Dan, pero cuando me ve quieta y sin saber qué hacer ni a dónde ir,
me coge de los hombros y me dice:
-Si no
te tranquilizas, irás más lenta-clava fijamente sus ojos grises en los míos. La
respiración se me vuelve agitada. Es que me da la sensación de que algo va
mal.-Respira.
Cuando
ve que me controlo, veo que poco a poco otros están aterrizando, pero se quedan
alejados de nosotros. Gabbe hace un intento de acercase, pero Jack la detiene y
veo que Arriane niega con la cabeza y susurra algo. Ce y Naty me miran
preocupada. Dan me hace una señal con la cabeza diciendo que me guía y lo sigo
a paso ligero por algunos pasillos y cruzando salas, hasta que llego a una
puerta de hierro una pared gris. Me recuerda a los pasillos y habitaciones de
las casa del otro bando. Entro dentro y sin rodeos, y es una habitación con
algunas camillas y sólo hay dos nefilim durmiendo tranquilamente. Hay todo tipo
de objetos de médicos, aunque no tan sofisticados, hay que tener en cuenta que
estos nefilim con poderes curativos tienen mi edad o incluso son más pequeños.
Las dos
paredes de los lados son blancas, y la que tengo frente a mí es de cristal y
tiene vista a un patio.
-¿Dónde
está la pequeña que hay?-pregunto mirando a un nefilim rubio y de ojos negros y
profundos, que frunce el ceño cuando mira a su compañera que tiene el mismo
aspecto que él. ¿Hermanos?-Sí, la niña de pelo castaño y ojos claros.
Los dos
enfermeros se miran con los ojos abiertos y se muerden los labios.
-¿Qué
le habéis hecho?-no obtengo respuesta.-¡¿Qué le habéis hecho?!
Los dos
hermanos, que estaban muy justos, se separan y dejan a la vista una camilla en
la que hay un cuerpo menudo y parece estar vivo, pero la respiración es lenta y
con un pulso lento. Está de espaldas a mí, pero aún así reconozco a mi hermana.
Tiene
plumas arrancadas de las alas y le sangran un poco, por no decir que tiene
varios moratones cuando se da la vuelta, dolorida. Mi cuerpo se llena de rabia
y me echo sobre los nefilim para darles lo que se merecen, pero Dan me agarra
por la cintura.
-¡¡Fuera
todo el mundo!!-grita mirando hacia atrás.-¡FUERA!
Todo el
mundo sale, incluso Jack y Arriane. Gabbe se queda y saca a ambos nefilim fuera
y ella vuelve a entrar cerrando la puerta tras de sí. Tiemblo entre los brazos
de Dan de la rabia que me da ver así a mi hermana, ver lo que le han hecho. ¡No
era justo! ¡Seguro que no la habían escuchado! ¡Seguro que vieron sus alas
doradas y se abalanzaron sobre ella! ¡Eran dos contra una niña pequeña! Aprieto
los puños y el cuerpo se me tensa más. Y de golpe. Dan me aprieta más fuerte
hasta que logro tranquilizarme. Y consigo que Dan me suelte.
Me
acerco a Airan y pongo mi mano en su mejilla mientras ella se estremecen.
-¿Qué
te han hecho?
-No... no
me creyeron-musita, apenas sin fuerzas.-Me encuentro mal. Quiero ser normal.
-Gabbe,
el antídoto-pide Dan al ángel y empieza a prepararlo rápidamente.
Pronto
acaba y se reúne junto a mí y a Airan.-Doona, hay que pincharle varias veces,
se le ve mal y si esto falla podría morir-me explica Dan con un tono de voz
raro, como si estuviese cansado.
Parpadeo
varias veces para reprimir las lágrimas. “Todo saldrá bien” me digo. “Todo”.
Aprieto los puños tras separarme del cuerpo casi inerte de Airan y me coloco junto
a Dan, que me envuelve entre sus brazos y me da ánimos. Gabbe asiente mirando a
Dan y empieza a pinchar el cuerpo de mi hermana sólo en algunas partes, como
las raíces de sus alas doradas pálidas. Airan gime y gruñe a la vez mientras se
estremece bruscamente cuando Gabbe le pincha en cada cicatriz e introduce un
poco de antídoto, que es de un color naranja. Luego le pincha en las venas de
los brazos y por último, un poco en la parte de atrás del cuello.
-Sólo
queda esperar-dice y luego, para dejarnos a los tres solos, se marcha.
El
labio me empieza a temblar. Tengo que hacer otra cosa para quitarme de la
cabeza una posible muerte de mi hermana pequeña. Si ocurriese, ¿qué pasaría?
¿Qué dirían mis padres?
-Venga,
cambiemos su ropa y vamos a dejarla limpia. Mejoremos su aspecto-me dice Dan.
-Se va
a poner bien, ¿verdad?-pregunto antes de empezar y él sonríe.
-Claro.
Tu hermana es como tú, fuerte y valiente. Seguro que lo hace, pero mejor, demos
tiempo al tiempo.
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