Capítulo 16

Hola ^^ Siento mucho, esta mañana estuve fuera de casa y no lo pude subir, pero ahora sí, aquí os lo dejo :D Que disfrutéis :3 No olvides comentaar! ;D

¡Ah! Me tenéis que ayudar, en mi 3er libro, estoy algo liada. ¿Hago uno sobre los zombies o uno sobre semidioses? Es que... anoche soñé sobre que pertenecía a la familia de un dios griego y me metí en un lío... Creo que el de mi sueño está mucho mejor ^^ que el de los zombies. ¡Votad en la encuesta!

Capítulo 16

Llega la ambulancia y me llevan al hospital. Mientras me llevaban al hospital, dentro de la ambulancia me ponían tubos, máscara de oxígeno, de todo. Creo que ya estoy en mi habitación en el hospital, porque estoy sobre algo blando. No estoy segura de cuánto tiempo estoy en el hospital, pero aunque esté dormida y no note nada, estoy consciente. Oigo como se abre la puerta y oigo varios pasos que se acercan a mí, deben de ser los médicos. Me giran despacio y empiezan a susurrar cosas que no oigo. Me deben de estar mirando el cuello, porque mi cabeza se apoya de un lado a otro en la almohada.
-Nada. Ha fallecido a las 12:47 horas, del 28 de junio. Comunicarle a los padres que ha fallecido-dice uno de ellos.
Oigo como alguno se va por la puerta, de hecho, creo que se han ido todos. Al cabo de un rato, oigo un grito de dolor, pienso en mi madre que lo debe de estar pasando horrible. Pasan las horas y una persona entra en la sala. Debe de ser la persona que prepara a los fallecidos antes de enterrarlos, no recuerdo el nombre del oficio. Me dan la vuelta de nuevo, me maquillan la cara y con ayuda de otra persona, me visten. Creo que me ponen un vestido, aunque no estoy segura. Pasan las horas y ya han venido varios vecinos, amigos de mi antiguo pueblo y familiares. Deben de haber viajado hasta aquí con un vuelo de urgencia nada más oír mi "muerte". Oigo llorar a alguien y me coloca algo entre las manos, pero luego me lo quitan. Me llevan flores, porque oigo a mi madre decir entre llantos "gracias", "huelen de maravilla".

Al día siguiente, me llevan en una camilla y me meten en el ataúd y me llevan en el coche hasta el cementerio. No tardamos nada, porque al cabo de poco tiempo, noto que me mueven de nuevo. Ya no oigo nada, pero si pequeños llantos y una voz. Creo que es el cura que está dando la misa. A un tiempo que no pude calcular, ya no se oía nada. Creo que ya estoy bajo tierra. Pasan las horas y noto que el corazón me vuelve a funcionar, los pulmones también. Todo. Llevo horas sin moverme por mí misma o respirar, así que al notar aire en mis pulmones, empiezo a tomar bocanadas de aire. Cuando ya tengo la capacidad de respirar normal, tengo una preocupación...  ya que puedo respirar, ¿no me podré morir definitivamente cuando el aire se acabe dentro del ataúd? No me puedo preocupar, sino, tendré que respirar más y es cuando necesitaré aire de verdad. Me pongo a pensar en otras cosas. No sería medio vampiro si no me hubiese mudado... si no hubiese aceptado el reto de Lucy... No le echo las culpas a ella, fui yo la que se bebió aquel líquido, pero mi cuerpo no respondía a mi cerebro. Por fin puedo abrir los ojos. Todo está oscuro, el cuello no lo puedo mover, lo he intentado, pero noto un agudo pinchazo en la parte de atrás. Mi vista se va adaptando a la oscuridad. No hay nada que pueda entretenerme viendo, así que los vuelvo a cerrar e intento dormir.

Es inútil. No puedo dormir tranquila. Noto que algo se está moviendo en la superficie y en pocos minutos, algo está arañando la tapa del ataúd. Se escucha a algo o alguien abriendo la tapa. Abro los ojos y veo la cara del vampiro. Ya es de noche, por fin.
-Buenos días, es hora de levantarse-me dice con una sonrisa.
Hago un gruñido al intentar sentarme en el ataúd.
-¿Cómo te sientes?-me pregunta ayudándome con la mano libre que tiene a levantarme, la otra la tiene sujetando la tapa del ataúd.
-¿Literalmente? Rígida. Es cómo si no hubiese andado desde hace siglos...-digo y caigo en la cuenta de que ya estoy empezando a hablar como un vampiro.
-¿A ver ese cuello?-me dice, girándome y levantando mi pelo para ver el cuello por detrás.-Te lo voy a mover para que no te duela más. Notarás un agudo pinchazo, aguanta un poco-me dice.
En ese momento, me echa la cabeza para atrás y luego para los lados. Noto ese pinchazo, pero no me ha dolido tanto, lo ha hecho muy rápido
-¿Ya?
-Ya. Deberías de salir de aquí y andar un rato por los alrededores para que tu cuerpo se adapte de nuevo a caminar y otros movimientos. Estira un poco-me aconseja
-¿Cómo salgo?-pregunto. Él se da la vuelta y me subo como puedo a su espalda, en menos de un segundo, ya estoy fuera del hueco de la tumba.
-Venga, vete a dar una vuelta por ahí mientras yo tapo este agujero-me dice.
Empiezo a andar por los alrededores. Me duele todo el cuerpo, no puedo doblar casi nada y entonces, es cuando me pongo a doblar primero los codos, que hacen horribles chasquidos. Lo hago varias veces; luego giro los brazos y las muñecas. Ya me duele menos esas partes y puedo moverlas bien. Hago lo mismo con las piernas; doblo las rodillas, muevo un poco los tobillos y hago pequeños saltos. Giro despacio para que no me duela el cuello, pero como el señor Rhamus me lo colocó bien, ahora no me duele nada. Ya tengo el cuerpo de nuevo activo, me siento nueva.