Jajaja! Espero que os guste ;)
Capítulo 9
En el entrenamiento de hoy aprendí a escalar a un árbol de manera rápida, ya que me costaba trabajo. Había pocos tributos, y sólo me encontré con el chico del Distrito 7. Me saludó y pensé que quizás quisiera aliarse conmigo, pero dejé la idea a un lado porque se lo tendría que comentar a los demás. La monitora del puesto del que vine antes, nos dijo que era la hora de almorzar y nos pusieron varias mesas con una gran cantidad de comida, parecía el tren, pero seguía siendo un nivel inferior de comida que en la planta 6. Me uní con Katy y le conté la idea de aliarnos con el chico del 7, pero se negó rotundamente y me dio una buena escusa.
-No creo que sea buena idea... Jasón me ha contado que ese chico sufre de vez en cuando un momento de locura y puede llegar a ser peligroso, aunque sea un verdadero especialista en lanzar hachas (su Distrito trabaja la madera) puede llegar a ser muy peligroso. Imagina un momento de su locura con un hacha, nos mataría a todos.
-No tenía ni idea-comenté, asombrada.
Por la tarde, me puse a estudiar las clases de frutos que podían comerse y los que son venenosos. La chica del Distrito 3, es muy inteligente y el monitor la tuvo que echar porque no dejaba explicar la teoría que el monitor empezaba a explicar. Ella se enfadó y se marchó del puesto. También aprendí a mejorar el tiro con arco. Acerté bien en dianas que estaban quietas, pero cunado ponían algo en movimiento, me costaba lanzar y clavar la flecha en el centro. El monitor me dijo que tenía buena puntería, y me aconsejó que antes de lanzar la flecha a un punto en movimiento, respire hondo y lance. Como último consejo me dijo que si me costaba cargar la flecha, que la mantuviese por lo menos cargada en el arco, aunque la estuviese sujetando constantemente.
Estuve esperando en la cola del puesto para encender una pequeña hoguera, aunque no me cueste mucho trabajo, porque en casa tenemos chimenea y la enciendo yo casi siempre. Le explicaría al monitor que quería aprender a hacer una, pero que no llamase la atención. Mientras esperaba en la cola (que quedaban unos tres tributos para que llegase mi turno) me fijé en que Max estaba en el puesto de subir a un árbol y recordé que teníamos que parecer débiles, y trepar a un árbol era una habilidad que a Max que le daba muy bien. Le iba a tocar el turno, estaba esperando a que bajase el chico que estaba montado en el árbol de mentira, pero resistente. Max ve que le estoy mirando y niego con la cabeza intentando decirle con gestos en la cara que no lo haga. Entonces, parece que comprende mi pensamiento y cuando le toca el turno, le dice algo al monitor. Éste baja los hombros y asiente con la cabeza y es cuando Max sale corriendo. Avancé unos pasos y me fijé en algo muy interesante... Me di cuenta de que en una zona alta que había, se veía claramente una especie de habitación con personas del Capitolio, y entonces, lo pienso mejor y musité:
-Los Vigilantes...
Estaban allí, los Vigilantes de estos Juegos. Había una persona, un hombre de unos treinta años con barba y ojos oscuros que iba vestido de negro y amarillo. Debía de ser el Vigilante Jefe. Todos estaban bebiendo y comiendo, sólo de vez en cuando nos echaban una mirada rápida.
El entrenamiento por hoy termina y nos despedimos de la monitora que nos explicó lo que íbamos a hacer estos días. Cogimos el ascensor de cristal (ya que todo el Centro de Entrenamiento era de cristal, la mayor parte) junto a Jasón y Katy y Max, claro. Estuvimos hablando de los puestos que había y de la comida que nos pusieron. En ese momento, Jasón me empezó a caer mejor que bien. Su risa era auténtica y cunado había algún asunto que no hacía gracia, sólo sonreía. Me dio lástima: estaba muy cansado. Cuando llegamos a nuestra planta, Amy nos dijo que lo habíamos hecho bastante genial y que el mentor de Jasón y Katy estaba de acuerdo con la alianza. Esta noche cené mucho porque tenía el estómago vacío, el entrenamiento era duro. Amy, de nuevo, estaba en el efecto de la morflina y sltó algunos gritos, pero antes, carcajadas.
-¡En la Arena, el agua es... vuestro verdadero amigo!-gritó levantando al aire una copa de agua que en el fondo de ésta estaba la pastilla blanca que debería de ser la morflina.
Le lancé una mirada rápida a Max y éste se encoge de hombros. ¿A qué se refiere con eso? Cuando termino de cenar, me fui a mi habitación y me duché. Me asombré de lo rápida que me había acostumbrado a usar la ducha, ya que está llena de botones de colores y al principio me quemaba con el agua o me caía un chorro de agua helada, intentando buscar la temperatura exacta del agua. Me eché en la cama en ropa interior, no tenía ganas de vestirme y me tapé con las sábanas y caigo en el mundo de los sueños.
Esta mañana, me despiertan unos golpes y me despierto asustada. Me visto con el mono de ayer, porque está limpio y lo tenía fuera del armario. Estoy pensando en decirle a Clare que deje de despertarme con los fuertes golpes de la puerta, ¿o será Amy la que golpea la puerta cada mañana? Me reúno con los demás en el comedor y desayuno lo de siempre desde que llegué al Capitolio, pero a parte de mi taza de chocolate caliente, pruebo unos "churros". Una masa larga y de un color marrón, tostada.
-Están más buenos si los mojas en chocolate caliente o le echas azúcar por encima-me aconseja Clare.
Lo mojo en chocolate y soplo porque debe de quemar un poco. Ñam. Le pego un bocado y me entra el calorcito del chocolate y el sabor del "churro". Ahora lo pruebo con azúcar y resulta que me gusta más que con chocolate. Amy aparece y veo que está mejor y lleva la ropa de ayer, está desaliñada. Decido sacarle el tema de lo que gritó ayer.
-Amy, ayer gritaste que el mejor amigo en la Arena era el agua. ¿A qué te referías?
-Humm... No me acuerdo-dice frunciendo el ceño y dice:-Lo digo en serio, no me acuerdo. No te enfades.
-Pues haz memoria-digo alzando un poco más la voz hasta que la vuelvo a bajar y añado:-por favor, Amy.
-Bueno, según tus palabras... sugiero que, bueno, en mis Juegos hubo muchas muertespor deshidratación, así que lo mejor es buscar agua y alimento-dice al fin, poniendo cara de asombro.
Asiento con la cabeza y añado sus palabras a mi lista mental: parecer débil en el entrenamiento, no acercarme a los cuchillos, conseguir alimento, agua, aliados. ¿Se me olvida algo? Supongo que no. Si se me olvida algo, ya lo recordaré.
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